Tensión en Timor Oriental antes de primeras elecciones presidenciales

DILI (DPA).- La tensión impregna el ambiente antes de las primeras elecciones presidenciales en Timor Oriental, que se celebrarán el lunes tras cinco años de ardua independencia, en los que los disturbios y la violencia siempre estuvieron presentes. El actual primer ministro y Premio Nobel de la Paz, Jose Ramos Horta, apeló a los alrededor de 500.000 electores a acudir pacíficamente a las urnas. «El que actúe violentamente ni sirve a los intereses de su partido ni a los de su país», dijo en la televisión.

Durante la semana hubo enfrentamientos entre seguidores de los distintos candidatos, con el resultado de 35 personas heridas y 15 detenidos. Ramos Horta cree que la causa de la violencia es la pobreza.

Ramos Horta es uno de los ocho candidatos que se presentan a la sucesión del presidente Xanana Gusmao. En las encuestas, el candidato del partido izquierdista Fretilin, Francisco Guterres Lu'Olo, se encuentra en cabeza. El Fretilin lideró la oposición contra Indonesia y tiene 55 de los 88 escaños del Parlamento.

Ramos Horta se presenta como candidato independiente y es un estrecho aliado de Gusmao, que quiere presentarse a las elecciones parlamentarias en septiembre para ser primer ministro.

Timor Oriental es el país más pobre del Sureste asiático. Fue colonia portuguesa durante 400 años y tras la marcha de los europeos fue anexionado por Indonesia. La región es atractiva por sus tesoros subterráneos, como el petróleo y el gas.

En un referéndum celebrado en 1999, más de tres cuartos de la población se expresaron favorables a la independencia. Partidas de enfurecidos habitantes proindonesios crearon entonces, con la permisividad del Ejército y la policía, una situación de condiciones similares a la guerra civil en la que murieron cientos de personas.

El país, de mayoría católica, estuvo hace un año de nuevo al borde de la anarquía. Una ola de violencia se desató con motivo de una huelga de soldados que denunciaron haber sido discriminados por motivos étnicos. Los rencores entre los habitantes del este y el oeste se avivaron y 100.000 personas tuvieron que dejar sus casas para instalarse en campamentos vigilados por tropas internacionales.

Los disturbios se saldaron con la dimisión del primer ministro Mari Alkatiri, del partido Fretilin, y su sustitución por Ramos- Horta.


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