Títeres andariegos copan la ciudad

De festival. Los titiriteros tomaron por asalto Bariloche y, hasta el próximo domingo, desplegarán arte, magia y creatividad en distintos escenarios locales. Mónica Segovia, organizadora del encuentro, celebra este hecho artístico.

Colorido y pleno de alegría , el espíritu d volvió a manifestarse durante el Gran desfile de Gigantes, que inauguró el sábado pasado el XVI Festival de Titiriteros Andariegos y se extenderá durante toda la semana en distintos escenarios de Bariloche, con elencos de Mar del Plata y Rosario, Colombia, Uruguay, México y España.

“Fue maravilloso, impresionante”, resumió la directora del festival, Mónica Segovia, quien dice haber arribado a lo que parecía una utopía.

Escogido el camino de los títeres como medio de expresión artística, oficio y sustento laboral junto a Alejandro Koconos, el lenguaje propio asomó con el emprendimiento “El Abrojito” desde cuyo blog expresa que una de las cualidades humanas que enaltecen, que alimentan el espíritu para ser mejores: “Por eso el teatro de títeres es tan importante, porque a través de ellos podemos expresar nuestros sentimientos más profundos y los valores que sostienen nuestra tarea de comunicadores responsables. Para la dignidad, para la vida”, sostiene Segovia.

Trayectoria de tres décadas que fuera reconocida por el Concejo Municipal local al otorgarle el sábado el premio al Mérito Artístico, Cultural y Social. “Lo considero un premio del pueblo de Bariloche a través de sus representantes y expresión de que los sueños no son imposibles, las utopías pueden concretarse”, valora durante un diálogo telefónico con este diario.

Sueños compartidos con su hermano Eduardo, fallecido a inicios de 2000. “A él le debo el festival, fue mi compañero espiritual”. El primer indicio de acompañamiento de público fue la insuficiente capacidad del Salón Cultural de Usos Múltiples para albergarlo. Surgió entonces la posibilidad de ampliarla en la sala de la Biblioteca Sarmiento administrada por Eduardo, prolífico gestor de actividad cultural en la ciudad.

Aunque temas, técnicas y estéticas de cada grupo participante manifiesten diversidad creativa, sostuvo, “lo que nos une es el oficio, abordar temas como la paz y el amor por el ser humano, sembrar para crecer como personas. Compartimos grandes sueños, por eso el éxito. Nuestra utopía es hacer surgir lo mejor de la esencia humana. Como artistas comunicadores emitir mensajes estéticos, de contagio para nuevas vocaciones, transmitiendo valores”.

Elencos y obras

“A la sombrita” fue creado en la andaluza Écija en 2001. Con la dirección artística de José Diego Ramírez y la producción de Luz Riego, aquí presentan “El patito feo”, versión de la obra de Hans Christian Andersen, una historia de superación, y “Un trocito de luna”, adaptación a teatro de sombras del cuento de Michael Grejniec.

Desde Bogotá (Colombia), arriba la Fundación Teatro de Títeres El Guiño del Guiñol con Camilo Cuervo. Ofrecerá “El último árbol”, fábula de la naturaleza escrita por Alberto López de Mesa. Un leñador deberá enfrentar a los animales que habitan el anciano tronco.

El grupo Guiñoleros nació 1990 por herencia de la tradición titiritera de la Universidad Autónoma de Sinaloa-Carpa Universidad Pública de Culiacán (México). Presentan “La carpa de los dos colores”: a l pueblo llegaron dos circos que deben enfrentar la resistencia de un vecino gruñón.

Javier Peraza retorna con los títeres de Cachiporra, fundado en 1973 en Uruguay. Ofrecerá aquí “Sopa 2 platos” preguntándose ¿por qué algunos hombres deben someter a los demás haciendo uso del poder que circunstancialmente poseen? Y también, “ Historias del camino” integrado por “La calle de los fantasmas” –dos niños enamorados deben superar el peligro de lo desconocido– y “Perico y la luna” –anécdotas de un infante que lucha por ser poeta y halla en la luna su único aliado–.

Director artístico de El Vagón de los Títeres y del Festival FestiTíteres, Daniel Di Lorenzo llega desde Mar del Plata representando al Teatro Andén de Trapo con “El panadero y el diablo”, versión de la obra de Javier Villafañe.

Santa Fe está representada por Celia y Ana Fernández con Títeres Sotavento. Compartirán aquí “Había una vez… una semillita”, historia sobre el ciclo de la vida y la magia cotidiana de la naturaleza.

Las entradas (90 pesos) podrán ser adquiridas una hora antes de cada espectáculo.


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