“Todo sobre el asado”: viaje a lo profundo de una pasión ¿argentina?

“Río Negro” se entrevistó con los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat, quienes contaron detalles del filme y de por qué el Negro Álvarez es su voz en off.

Durante tres años, los directores Gastón Duprat y Mariano Cohn recorrieron el país indagando acerca del asado. El resultado fue “Todo sobre el asado”, esta película culinaria que, bajo la conducción del Negro Álvarez, invita al espectador a conocer de qué se trata este ritual. Fenómeno central de la cultura argentina, el asado forma parte de la identidad nacional, hasta el punto de ser considerada casi una cuestión de Estado. Con un tono ácido y sarcástico, “Todo Sobre el Asado” recorre sus mitos y, sin ninguna clase de reservas, expone la gran herida narcisista: el asado no es argentino.

P- ¿Cómo nació la idea de hacer una película que trate sobre el asado?

Mariano Cohn- Estábamos haciendo “El Ciudadano Ilustre” (2016), que nos llevó cinco años entre que la hacíamos y no, así que hubo mucho tiempo muerto fulero en el medio que puede terminar con la depresión de uno o dos directores tranquilamente. Entonces dijimos de buscar algún proyecto que podamos hacer en estos parates que se pueda hacer por acumulación. “Todo Sobre el Asado” tiene como 50 horas de material, aunque sacamos un extracto de una hora y media, Viajamos por todo el país, a todos los festivales, pasamos por muchísimo asadores, hablamos con infinidad de personas expertas en hacer asado. Fue un largo viaje pero que funcionó por acumulación. En los tiempos muertos nos tomábamos el palo, había un trabajo de investigación en algunos casos, amigos que nos daban información en otros…

P- ¿Y por qué el asado?

MC- Estábamos justamente los dos en un asado reunidos con un productor de Los Ángeles. Estaba acá en Argentina y lo invitamos a comer un asado en mi casa. El tipo estaba fascinado, a mí me gusta cocinar, asar, y creo que lo hago bien. Y mientras estábamos comiendo nos preguntó si no había un documental o una película que hable sobre el asado porque estaba buscando información. No había. Era un déficit, en el país de las vacas, de la tira de asado, no había una obra que analice ese fenómeno: de hacer y comer asado, todo el ritual. Así que nos pareció un muy buen punto de partida. Nos parecía un embole si lo retratábamos con solemnidad y con el respeto que le imprimiría un documentalista al tema. Así que decidimos hacer una construcción, que no se sabía hacia dónde iba a disparar, pero sí sabíamos que lo íbamos a tomar de manera desprejuiciada al tema, que lo íbamos a poner en contradicción y verlo con ciertos ojos de observador con distancia y por momentos con mucha cercanía. Y así fue, la película tiene mucho de “Televisión Abierta” (1999), de “Cupido” (2001), de “Yo Presidente” (2003), de “Enciclopedia” (1998), de “El Ciudadano Ilustre” y de “El Hombre de al Lado” (2008). Todas esas lecturas se pueden hacer pero tiene la novedad de usar todos esos recursos en una película culinaria que, generalmente, son aburridísimas.

P- ¿Cómo se decidieron por el Negro Álvarez como narrador?

Gastón Duprat- Había tal diversidad de material en esos años de filmación, que se grabó en todo el país, y de muy diversos géneros: registros más televisivos, de documental, más de ficción, cuestiones más abstractas, de todo. Entonces necesitábamos a alguien que pueda hilar eso, y como con Mariano nos gusta mucho el Negro Álvarez como artista, como humorista, como cuentista, y como también trabaja en sus aparentes chistes toda una cuestión de fondo muy densa que tiene que ver con la idiosincrasia argentina, decidimos llamarlo para ver si se prendía en el proyecto. Lo hicimos y por suerte había visto nuestras películas y le interesaba mucho el tema porque es un gran comedor de asado y sabe mucho. Es casi un sommelier. Era ideal y nos ayudó a hilar tan diverso material.

MC- Y para mí esa tonada, esa música que tiene en su voz es espectacular. Es como esos narradores que tiene los filmes de los hermanos Coen, si querés. Esos cowboys viejos, con voces quebradas increíbles. Desde ese lugar también construimos un personaje que no deja de ser de ficción, porque no es el Negro, es un Frankenstein junto con la película. La experiencia fue bárbara, y tiene también que ver un poco con rescatar ese glamour del capocómico, del teatro de revistas, del humor de los años ochenta y sumergirlo en esta coyuntura actual de la Argentina de 2017 y todo el fenómeno del asado.

P- ¿Cómo se nutrieron de estos personajes tan peculiares que aparecen en el film?

GD- Muchos fueron buscados por nosotros que los queríamos y otros aparecieron de manera sorpresiva. Como por ejemplo, en un viaje con el equipo miramos una revista de Aerolíneas Argentinas y ahí había un aviso de una página de la odontóloga experta en halitosis. Así que la fuimos a visitar al barrio de Belgrano en donde tiene su consultorio. Eso fue sorpresivo. Después otra gente queríamos que esté, como Alberto Samid, Norman Ramírez porque es un amigo, David Lerán otro amigo de Bahía Blanca. Pero en el ínterin van a apareciendo personajes muy poderosos con discursos muy potentes porque el tema convoca mucho y todo el mundo piensa que sabe y eso le da una energía inusual a lo que dicen.

P- La primera vez que lo presentaron fue en el Festival de San Sebastián del año pasado, ¿cómo fue la reacción del público?

MC- De todas las funciones se fue una sola persona, y ocurrió a los tres minutos de iniciada la proyección. Era un japonés que seguramente fue a ver alta cocina, porque se presentó en una sección gastronómica, culinaria (NdR: Culinary Zinema: Cine y Gastronomía), donde se estrenan las películas más refinadas y top a nivel mundial sobre este tema. Después en la recepción de la sala fue increíble. Los organizadores del festival nos contaron que fue la primera vez que el público se rió con una película gastronómica. El público nos pidió que hagamos “Todo Sobre la Paella”, que ahí nace otra idea después de esa proyección que es hacer una serie de televisión, o de películas, donde se retrate una comida típica de un país como excusa para hablar de la idiosincrasia y de todo el fenómeno que produce esa comida ahí.

P- ¿Se armó una especie de polémica en el festival, no?

MC- Posterior a la proyección hubo un concurso, o un campeonato, entre el asado de tira y la chuleta vasca. Un chef de San Sebastián, con dos estrellas Michelin, cocinó el chuletón vasco, que es un bife angosto pero con hueso y muy alto. Viene de vacas de 15 años de edad, pero la carne está refrigerada y madurada en heladeras, que eso hace que se ablande. Hicieron eso versus el asado, que llevamos nosotros junto con el chimichurri. Y nos recontra ganó, estaba buenísimo, muy rico. El tipo era un experto en carnes. Apretó nuestra carne, se la puso en la cara para olerla, era un entendido y nos reventó. Lo único bueno nuestro fue el chimichurri.

P- Supongo que probaron todos los distintos tipos de asado de los lugares a los que fueron, ¿pueden decirme cuál fue el que más les gustó?

MC- Las Talas del Entrerriano es uno de los mejores lugares. Queda en Boulogne y allí despachan una cantidad de asado impresionante. El asado de tira es espectacular.

GD- Es un asado grueso, hecho lento. No es el asado moderno.

MC- El de La Brigada también es muy bueno, de cocción corta y más contemporáneo.

GD- Ir a Las Talas es toda una experiencia. Después del estreno de la película fuimos a comer ahí con Luis Brandoni, Norman y Guilherme Winter, el de Moisés y los Diez Mandamientos. Fue una cena increíble. Y éramos un grupo bastante ecléctico.

P- ¿Qué es lo que tiene planificado para el futuro?

GD- Tenemos un par de proyectos nuevos. Uno es una comedia con Guillermo Francella que se llama Mi Amigo Bruno y que comenzamos a filmar en agosto. El año que viene tenemos otra película, aún sin elenco, pero que va a contar con actores de renombre también. Una especie de largometraje de encierro, un film de concepto muy fuerte que toca lateralmente el tema de la inseguridad y que se va a filmar en marzo.

MC- O el tema de seguridad, dependiendo de qué lado estés…

“Se nos ocurrió mientras hacíamos ‘El ciudadano ilustre’, que nos llevó como cinco años y que tenía mucho tiempo muerto”,

cuenta Cohn sobre el origen de la idea de “Todo sobre el asado”.

“Fueron apareciendo personajes muy poderosos con discursos muy potentes. Todo el mundo piensa que sabe, y eso le da una energía inusual a lo que dicen”,

describe Duprat.

“Esa tonada, esa música que tiene en su voz es espectacular. Es como esos narradores que tiene los filmes de los hermanos Coen”,

explica Cohn acerca de la presencia del Negro Álvarez en el filme.

Datos

“Se nos ocurrió mientras hacíamos ‘El ciudadano ilustre’, que nos llevó como cinco años y que tenía mucho tiempo muerto”,
“Fueron apareciendo personajes muy poderosos con discursos muy potentes. Todo el mundo piensa que sabe, y eso le da una energía inusual a lo que dicen”,
“Esa tonada, esa música que tiene en su voz es espectacular. Es como esos narradores que tiene los filmes de los hermanos Coen”,

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