Tras la reunión con Bush, ahora está en duda el viaje de Kirchner a Cuba 15-01-04

El viaje del presidente Néstor Kirchner a Cuba, que se especuló podía concretarse el mes próximo, fue puesto ayer en dudas por integrantes del Gabinete que advirtieron que todavía no figura en la agenda oficial.

El acercamiento del gobierno de Kirchner a Cuba, que designó embajador en la Habana después de dos años de ausencia y que se manifestó también por la negativa del canciller de Rafael Bielsa a entrevistarse con los dirigentes opositores a Fidel Castro, generó la semana pasada una polémica con la administración de George Bush.

El disparador fueron las declaraciones del secretario de Asuntos Hemisféricos del gobierno norteamericano, Roger Noriega, quien manifestó su «decepción» por lo que consideró «el giro a la izquierda» del gobierno de Kirchner.

Sin embargo, Bush y Kirchner evitaron ayer abordar el tema durante la reunión que compartieron en Monterrey, México, y la tensión se dio por superada.

Ayer, finalmente, al ser consultados por la prensa, tanto Bielsa como el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, advirtieron que la visita a Cuba todavía no fue confirmada. «No está definido», contestó por la mañana Bielsa cuando fue consultado en el Aeroparque Metropolitano, minutos después de llegar de Monterrey.

Poco después, Fernández también dejó abiertas las dudas sobre la resolución de la visita. «No recuerdo haber visto en la agenda ese viaje, pero surgió el tema y muchos repitieron que viajaba a Cuba y, a partir de las declaraciones de Noriega y demás, se especuló mucho con esto. Particularmente no recuerdo que estuviera en la agenda», contestó el jefe de Gabinete.

 

Una posición dura

Antes del entredicho diplomático por las críticas sobre la posición hacia Cuba, que fueron ratificadas por el secretario de Estado Colin Powell y el Departamento de Estado, la visita del presidente a Cuba se daba por confirmada.

Cuando el canciller visitó la isla se negó a recibir una representación de disidentes.

La actitud provocó el enojo del sector anticastristas, que tiene una enorme influencia en la política exterior norteamericana de la administración Bush.

Luego de las críticas de Noriega, Kirchner rechazó enérgicamente las especulaciones que consideraban que Bush lo esperaría en México para pedirle explicaciones. «A la Argentina no la cita nadie, y menos para retarla», advirtió entonces el jefe del Estado, quien enfatizó que los argentinos «debemos dejar de ser alfombra» y hasta se permitió bromear con «el round» que mantendría con Bush, diciendo que «vamos a ganar por nocaut».

Finalmente, en la reunión del martes entre el presidente norteamericano y el argentino no se tocó el tema, según se informó oficialmente, y el problema de la deuda dominó la mayor parte de la conversación.

Sólo la situación política de Bolivia y Venezuela fue analizada por Bush y Kirchner.

«El presidente sabe a donde debe ir y cuando», sentenció ayer, al ser consultado, el titular de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Ramón Puerta, quien acompañó al presidente en la visita a Monterrey.

(DyN)

Consideran positivos los resultados de la gira

El Gobierno celebró ayer el resultado de la reunión que el presidente Néstor Kirchner mantuvo con su colega estadounidense, George Bush, y su participación en la Cumbre de las Américas, y tras considerar «más que positivo» el saldo, afirmó que la Argentina tuvo la posibilidad de dejar «más clara» su posición, sin «intermediarios que han hecho mucho daño».

El canciller Rafael Bielsa fue el encargado de transmitir la satisfacción oficial durante una conferencia de prensa que ofreció en el aeroparque metropolitano, no bien se bajó del avión que trajo a Kirchner y a su comitiva de la ciudad mexicana de Monterrey.

Luego se sumaron las voces del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Bielsa destacó la importancia de que la Argentina haya podido dejar su posición «más clara», sorteando «intermediarios que han hecho mucho daño» al país.

«Fue un viaje muy positivo», resaltó. En posteriores declaraciones radiales, Alberto Fernández fue más enfático al definir el saldo como «más que positivo».

El titular del Palacio San Martín estimó que ahora «se abre un espacio para seguir trabajando con rigor, con seriedad», aunque señaló: «Si usted me dice 'qué cambia', 'qué va a percibir la gente de las bondades de la reunión', nada».

Bielsa consideró que el discurso de Kirchner en la Cumbre de las Américas fue «como se dice en la Argentina, el que baja más línea» de los expresados en ese ámbito.

En referencia a la elaboración de un «Plan Marshall» para la región, como lo reclamó el Presidente Kirchner en su discurso de clausura de la Cumbre, el canciller aclaró que el tema fue instalado por el jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) Horst Köhler y dijo que no se trata de una idea «descolgada». Por el contrario, enfatizó, es una idea que «vale la pena explorar» pues por la vía de los organismos multilaterales de crédito «hay mucho dinero que se desperdicia». Y la importancia de la iniciativa, recalcó, es haberla expresado «ante un foro colectivo, en forma de idea articulada».

El marte, en una reunión que se prolongó por 40 minutos, Bush le reiteró a Kirchner el apoyo de los Estados Unidos a las negociaciones con el FMI, aunque el mandatario norteamericano le aconsejó despejar «habladurías» acerca de que la Argentina no «cumplirá con sus compromisos externos para marzo».

(DyN)

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