Turquía: piden disculpas, pero sigue la represión

Antes, el vice de Erdogan admitió excesos policiales.

AP

ESTAMBUL (AFP).- La policía volvió a utilizar bombas de gas lacrimógeno y cañones de agua a presión para dispersar centenas de manifestantes en Estambul y en la capital, Ankara, al fin de una jornada que había comenzado con un pedido de disculpas del viceprimer ministro a las víctimas de la represión.

Grupos de manifestantes trataron de concentrarse ante las oficinas del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en las dos principales ciudades del país e ignoraron llamados policiales para dispersarse.

En la mañana, el vice primer ministro turco, Bülent Arinç, había pedido disculpas a los manifestantes heridos por la represión policial durante las protestas que desde hace cinco días agitan el país, aunque horas más tarde miles de manifestantes volvieron a ocupar la plata Taksim, en Estambul.

El gobierno turco recibió elogios de Estados Unidos por su pedido de disculpas a los manifestantes heridos, pero la iniciativa de Arinç no parece haber disminuido la fuerza de las protestas.

Durante la jornada, durante una visita a Argelia, Erdogan, calificó como “extremistas” y “vándalos” a los manifestantes.

La respuesta de las protestas no se hizo esperar, y ya al caer la noche en Estambul una multitud había vuelto a ocupar la plaza Taksim. “Los vándalos están aquí, ¿Dónde está Tayyip?”, coreaban los manifestantes.

Para muchas de las personas que participan en las protestas, Erdogan –quien ganó tres elecciones nacionales consecutivas– es el responsable por imponer reformas conservadoras de cuño islámico, en un país mayoritariamente musulmán pero constitucionalmente secular.

“Si ellos se van, si cambian algo en Turquía, si terminan con todo ese conservadurismo y las cosas que hicieron, entonces tal vez la multitud retorne a casa”, dijo el estudiante Didem Kul, de 24 años, acompañado de varios amigos en la plaza Taksim. “Pero no podemos ir a casa sin manifestarnos. Y aún si vamos a casa, el sentimiento no cambiará”, añadió.

Inclusive hinchas de fútbol de dos equipos ásperamente adversarios, Besiktas y Fenerbaçe, se unieron y se presentaron de manos dadas en las protestas.

La jornada fue marcada por el inédito pedido de disculpas de Arinç, iniciativa que parece haber marcado un distanciamiento entre el vice primer ministro y Erdogan. “Me disculpo ante quienes sufrieron la violencia por ser sensibles a las cuestiones ambientales”, dijo Arinç. “Lo que hizo descontrolarse las cosas fue la utilización de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad, por una u otra razón, contra personas que tenían inicialmente exigencias legítimas”, añadió Arinç en una rueda de prensa en Ankara tras reunirse con el presidente Abdulá Gul.

Desde que se inició la movilización, Gul y Arinç, ambos del partido AKP de Erdogan, se han mostrado más conciliadores que el jefe de gobierno.

Pero la poderosa Confederaciones de Sindicatos del Sector Público (KESK, que representa cvasi medio millón de trabajadores) lanzó un llamado de una huelga de dos días. El portavoz de KESK, Baki Cinar, dijo que el pedido de disculpas de Arinç “es apenas un control de daños, y solamente porque saben que están atrapados”.

La Policía volvió a recurrir a la violencia ante manifestaciones que se vuelven cada vez más radicalizadas.


AP

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora