Un cargo nacional en el círculo rionegrino


Weretilneck aprovechó la designación de Soria y avanzó en la campaña de oposición a Nación. No alterará la alianza. Una paradoja: roquense y exgobernador juntos con el mismo proyecto.


La designación de Martín Soria en el gabinete de Alberto Fernández transfiguró la atmósfera rionegrina.

El FdT cree que esa proyección será un ordenador provincial y el oficialismo advierte que esa irrupción puede derivar en súbitos cambios, más allá de que inicialmente le ofreció un blanco para su simulada oposición al gobierno nacional.

Antes, Juntos se reunió en Cipolletti para pensar en código electoral. Encauzó tensiones hasta después de las elecciones. El “amor expuesto” fue fingido, desde la misma apertura de Weretilneck. El resto lo siguió. La gobernadora Carreras terminó contenta. Creía que los intendentes la incomodarían con las quejas conocidas. No fue así. Seguirá el estrés oficial por el enlace de sus polos de poder.

Pandemia mediante, esa dirigencia tiene la esperanza que se suspenda y se la libere de las PASO, que en el 2017 derribó a esa fuerza. En Cipolletti, para deshacerse de aquel fracaso se arengó que el presente es diferente, pues JSRN tiene más territorio, con 18 gobiernos locales, en el 70% de la población.

Desaferrarse políticamente de la Nación fue el núcleo temario, a pesar de que no hay plan cierto de cómo. Apareció el nombramiento de Soria en Justicia y Weretilneck manoteó la oportunidad y lanzó una ofensiva periodística -estratégica y sentida- contra el ministro designado.

Para preservar lazos con Cristina Fernández, el exgobernador la despegó, pero él sabe bien que el roquense será ministro por la vicepresidenta. No faltó, luego, un reclamo de Casa Rosada de que sus condenas impactaban en el presidente.


El encargo de choque al Poder Judicial conlleva riesgo e influencia. Pero ya se lo ubica distinto en En Río Negro. El anhelo justicialista cree que ese ascenso servirá de ordenador provincial.


Esa alianza de hecho en el Congreso no tendrá mayores alteraciones. Es más, en pocos días, habrá un extraño cuadro para los rionegrinos. Soria tiene su primera faena en la embestida al Poder Judicial: la salida del Procurador interino, Eduardo Casal, empezando por la trabada reforma del Ministerio Público, con media sanción del Senado. Ese proyecto, aun la mano del FdT en el texto, tiene la autoría del exgobernador. Paradoja: Soria actuará en favor de una formal iniciativa de Weretilneck y además, el diputado Luis Di Giácomo tampoco podrá negar tanto su voto. El oficialismo necesita de los aliados para su aprobación.

El encargo de choque y de remodelación judicial conlleva un alto riesgo para Soria, pero también, potencial influencia y proyección en Nación. Eso ya lo ubica distinto en Río Negro, sacudiéndose su reciente depreciación. La desenfrenada aspiración justicialista indica que ese ascenso será ordenador. Esta teoría tendrá su prueba en la definición de las próximas candidaturas.

En principio, Martín Doñate no alteró su foco y continuó como enlace con Nación. El jueves reunió en Cinco Saltos a intendentes con el ministro Mario Meoni y seguirá esta semana con mandatarios del FdT con el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.

El gobierno de Carreras cerró -por unos meses- la discusión por los salarios, con una pauta base del 29%, incierta frente a la inflación pero adecuada en el contexto. El acuerdo se demoró cuando UnTER lo rechazó, con un paro, y obligó a otra negociación donde poco más logró. La mejora fue subir una suma complementaria de 500 a 700 pesos, y de tres a ocho meses. Traducido: 4.100 pesos más, en ocho meses. El gremio dice que el alza es superior porque el adicional será bonificable.

Sí, UnTER logró que Educación acepte cubrir con nuevos cargos a docentes dispensados (con tareas en sus casas) y no son pocos. Superan el millar, con su fuerte impacto en la masa salarial.

ATE sigue atento y reaparecerá cuando tenga algún otro anuncio estatal, confeccionado en la esfera oficial. UPCN mantendrá latente el conflicto y planea medidas para el resto de marzo.

Pero la preocupación gubernamental regresa al plano del coronavirus, con la anunciada segunda ola y el faltante de vacunas. Retorna el pesar social por lo sanitario y las restricciones que se preparan. La pesadumbre es lógica frente a un laberinto aún sin salida a la vista.


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