Un forjador de ilusiones

Por Jorge Colás, Periodista de Viedma

Julio Alberto Mucarsel, conocido también por el apelativo de El Negronació en la localidad de General Roca, provincia de Río Negro, el 16 de noviembre de 1924.
Sus padres, Emilio Mucarsel e Isabel Jacobo, eran originarios del Líbano. Con apenas 22 años se casó con María Esperanza Borbalas, de la misma edad, hija de españoles de Almería, radicados en Roca. De esa unión nacieron Delia Beatriz en 1947, Silvia Cristina en 1960 (fallecida en el 2002) y Susana Graciela que nació en 1961. Posteriormente se instaló con un taller propio en Centenario, en la provincia de Neuquén.


En 1950 regresa a Roca, cambia de rubro e instala el restaurante y parrillaEl Morocho del Abasto. Su visión y entusiasmo convierten el local en un mítico y simbólico ambiente de encuentro donde Carlos Gardel y el tango son figuras relevantes y principales atractivos del comercio. Ubicado en la calle 25 de Mayo 1026, frente a la estación del ferrocarril, el nuevo emprendimiento gastronómico se ganó el apoyo del público por la calidad de sus platos y la eficiencia del servicio. Su esposa, María Esperanza, y su hija, Delia Beatriz, acompañaron ese esfuerzo empresario con un ponderable aporte de trabajo personal.


El Morocho del Abastoestuvo habilitado hasta 1958. Mucarsel, un apasionado admirador de Gardel, había acopiado durante muchos años fotografías, recortes de diarios con noticias y reportajes del cantor y todo tipo de elemento relacionado con el Zorzal Criollo. Ese especial material, prolijamente enmarcado, cubrió prácticamente las paredes del local.


Fue justamente en ese lugar donde Lisandro Tadeo Segovia, con solamente 15 años, inició su actividad laboral. El primer día de trabajo barrió los pisos del local y le preguntó al dueño del comercio quién era hombre que aparecía en las fotografías. ¿Cómo? ¿No conocés a Gardel?, inquirió asombrado. Mucarsel le transmitió a Segovia la pasión y el sentimiento hacia el máximo exponente del tango. Años más tarde Segovia, acompañado por otros amigos, fundaron en Viedma el Museo Gardeliano.


Pero una noche de 1958 las puertas delMorocho del Abasto no se abrieron. Las melodías y las voces tangueras también se apagaron. Paralelamente, el tango inició para esa época un largo camino de abatimiento, de sombras y silencios que se fueron profundizando con el tiempo.


Después agregó a su foja laboral, en Roca, tareas de conserje del Club Argentino del Norte y Río Negro, tuvo una calesita que marchaba al son de los tangos de Gardel, fue propietario del copetín al paso llamado Caminito, también del restaurante El Lazo, e inauguró la whiskería Keops. También tuvo una despensa y carnicería.


En otra arriesgada experiencia comercial en la década del sesenta, Mucarsel habilitó uno de los más famosos y recordados cabaret del Alto Valle de Río Negro. Frente a la estación del ferrocarril, Mogambo abrió sus puertas e iluminó por muchos años las noches de General Roca.


Ya en la década del 70, con su legajo laboral compuesto por muchos éxitos y rotundos quebrantos, decide probar suerte en la floreciente localidad de Sierra Grande. Mucarsel comienza con la provisión de insumos a los concesionarios de los comedores del emprendimiento. Llevaba pollos y otros productos de General Roca. Construye con sus propias manos una vivienda para su familia y siete monoambientes que rápidamente alquiló a trabajadores de la mina de hierro. Ganó buen dinero, pero por situaciones que viven los seres humanos especialesMucarsel retornó a su pueblo natal, General Roca.


Su salud sufre un prematuro desgaste. Tiene dificultades motrices en sus desplazamientos. Ante el avance de la enfermedad ósea los traumatólogos aconsejaron una intervención quirúrgica. Mucarsel se opone y el mal se agrava.


Una gripe que se transforma en neumonía fue el detonante de otro mal que culminó cuando los médicos descubren un avanzado y terminal cáncer de pulmón.


Tenía 71 años cuando una noche de invierno Julio Alberto Mucarsel detuvo su larga búsqueda. Murió el 5 de julio de 1995 un forjador de ilusiones, un trabajador de la noche de General Roca. El trabajo, la familia, el tango y Gardel fueron los elementos que forjaron una vida cargada de sueños.


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