Un incendio arrasó un taller repleto de autos en Neuquén

NEUQUEN (AN).- En pocos minutos y con una ferocidad devastadora, un incendio destruyó ayer gran parte de un taller de chapa y pintura de esta capital y provocó graves daños a más de una docena de autos y camionetas que estaban en reparación.

El hecho se produjo minutos después de las 13.30 en el taller de Sergio Harasimiuk, ubicado en Río Negro 870. A pesar de que una explosión originó las llamas y siete empleados estaban trabajando en el interior, no se registraron heridos.

El incendio comenzó como consecuencia de una explosión en el horno de pintura, luego de que los trabajadores introdujeran en éste un Renault Scénic.

«Abajo del horno hay una cámara de oxigenación donde se filtran los gases producidos por la pintura, pero según las primeras pericias no tenía suficiente ventilación», indicó en declaraciones a «Río Negro» el comisario Daniel Mellado, titular de la comisaría Segunda que, junto a la delegación de Bomberos, participó del operativo para controlar las llamas.

Al no contar con ventilación adecuada, y ante la elevada temperatura a la que trabaja el horno, se originó la explosión. Si bien no fue de gran magnitud, tuvo la suficiente fuerza como para generar las llamas de fuego.

Un factor determinante en la dimensión que adquirió el incendio, fue el hecho de que el techo estuviera recubierto por poliuretano expandido. Las llamas se propagaron con celeridad porque es un material altamente inflamable y provocó una «lluvia de fuego» sobre los autos en reparación.

Las casas aledañas al taller no fueron afectadas.

Al menos tres de los trec autos que estaban en el interior quedaron destruidos, según indicó el comisario de los bomberos Gustavo Sosa. El resto sufrió graves daños y todos fueron teñidos por las cenizas negras. Casi todos eran rodados último modelo, entre los que había distintas camionetas 4×4, Fiat Siena, Ford Escort, Fiat Duna y Renault Mégane, entre otros.

«Todo pasó en menos de diez minutos» se les escuchaba repetir a los empleados del taller, que evitaron tomar contacto con la prensa. «Ni siquiera tuvimos tiempo de sacar a los autos», explicaban a los uniformados.

Dos autobombas intervinieron en el siniestro y, ante la dimensión que adquirió, un carro hidrante que la policía utiliza en manifestaciones asistió al taller para brindar apoyo. «Tuvimos que pedirlo porque tenemos cuatro autobombas rotas», afirmó Sosa.

El incendio quedó controlado alrededor de las 14.30 y luego de un impresionante operativo policial organizado para alejar del lugar a los vecinos y curiosos que se acercaron a ver el siniestro.

Los bomberos afirmaron que no existe riesgo de derrumbe en las instalaciones, «ya que la mayor parte de la estructura es de material y las chapas del techo fueron supervisadas y están dentro de todo en condiciones». De todas formas, no descartaron la posibilidad de desmantelar el techo por completo en las próximas horas.

El de ayer es el segundo incendio que afecta a un taller de chapa y pintura en los últimos tiempos, y uno de los de mayor dimensión ocurridos en esta capital.

«No hubo personas heridas, y todos los empleados y vecinos del lugar están en buenas condiciones de salud», destacaron los investigadores.

Uno de los más grandes de los últimos tiempos

NEUQUEN (AN).- El incendio ocurrido ayer es uno de los de mayor gravedad de los últimos años en esta ciudad, detrás de los que devastaron la tienda Balbi, el Tribunal de Faltas del municipio y el taller de chapa y pintura de Roberto Jankowsky.

El 31 de diciembre de 2001 las instalaciones de Balbi quedaron reducidas a cenizas como consecuencia de un incendio que, según las pericias, fue intencional.

Recién después de 12 horas de trabajo, las dotaciones de bomberos que intervinieron en el siniestro lograron controlarlo.

Las pericias efectuadas por los peritos de Bomberos determinaron que las llamas se originaron en forma intencional, aunque nunca se encontró al responsable y al tiempo Balbi volvió a abrir sus puertas.

A mediados de junio del año pasado, el fuego arrasó con otro taller de chapa y pintura ubicado a pocas cuadras de la tienda Balbi.

Las instalaciones quedaron devastadas y 30 autos que permanecían en el interior fueron en su mayoría consumidos por las llamas.

Al igual que el siniestro de ayer, en este caso las llamas se originaron en el horno de pintura y, si bien los empleados y el propietario intentaron controlarlo con matafuegos, el fuego se propagó con celeridad sobre el techo y en pocos minutos consumió las instalaciones.

Cuatro meses después, otro incendio arrasó con el Tribunal de Cuentas municipal.

La mayor parte de la documentación que contenían las estanterías de la dependencia quedó hecha cenizas.

Al igual que en el caso de Balbi, existen sospechas de que se habría originado en forma intencional. Aunque aún las pericias judiciales no pudieron confirmarlo.