Comer, rezar, amar
Roberts y Bardem hablan de la película que protagonizan.
Javier Bardem volvió a la gran pantalla en un drama protagonizado por Julia Roberts, con un personaje que le permitió tocar un tema que le apetecía: “De las personas que se atreven a perdonar y perdonarse”, dijo el actor español que actúa “con conciencia crónica de estado de buena esperanza”. En el papel de Felipe, un brasileño que plantea una encrucijada vital al personaje de Roberts en “Comer, rezar, amar”, Bardem dijo que no sabe si marca una diferencia con sus papeles previos en Hollywood pero “sí me apetecía tocar ese tema”. Lo dice mientras juega con un encendedor y con una caja de cigarrillos sobre la mesa del patio de una suite en un hotel de Napa Valley, norte de California. “Yo creo que no es una comedia loca de carcajadas, creo que es una película amable, que toca en dos o tres momentos cosas, a mi juicio, importantes, de una forma sutil y bien construida”. “Mi personaje tiene un propósito, un lugar que es el de apoyar el viaje de ella, que es la que al final tiene que atreverse a perdonar y perdonarse y la película habla de las personas que como puedan y sepan buscan perdón”, Distendido pero particularmente cuidadoso de hablar sólo de la película y evitar referencias a su vida personal, Bardem contó que le gustó el personaje “por la idea de debilidad de él, veo que es una persona débil y que en esa conciencia de su debilidad radica su fuerza”. El papel de un hombre sensible y jovial llegó más de un año después que Bardem ganara un Oscar como el villano de “Sin lugar para los débiles” (2007). Al ser consultado sobre si esa estatuilla cambió el tipo y número de ofertas de Hollywood, el protagonista de “Mar Adentro” (2004) señaló: “No es tanto la cantidad como la calidad, quizás ya te ven de una forma diferente y ven la posibilidad de que hagas papeles más complejos”. Pero es tajante cuando se le pregunta si cambió su forma de elegir los papeles: “Para nada, en ese sentido siempre he intentado mantenerme bastante fiel en elegir”. “Desde el principio, desde que empecé en el 90, elijo basado en lo que me despierta una intuición positiva, una especie de atracción emocional hacia el material, independientemente de quién lo haga, dónde se haga, qué se pague o qué no se pague”. “Es una cosa que aprendí desde mi entorno familiar, si puedes tener la posibilidad de elegir, que es un privilegio en esta profesión –y en cualquier otra–, evidentemente pues aprovéchalo”, agregó. “Comer, rezar, amar”, se enfoca en la crisis existencial de una mujer que vive una realidad cómoda por su trabajo, esposo y situación financiera pero arriesga todo para superar su insatisfacción interna. “Yo creo que como todo en la vida, dos cosas muy distintas son lo que la gente percibe y lo que realmente es”, comenta Bardem al ser consultado sobre los riesgos que tomaría para salir de esa “zona de comodidad” que pareciera vivir un actor extranjero reconocido en una industria como Hollywood. “Yo pertenezco a ese afortunadísimo grupo del 10% de los actores mundiales que tienen trabajo, eso ya es una zona no de confort sino de conciencia crónica de mi estado de buena esperanza”, dice sonriendo.
ENTREVISTA: Javier bardem
Julia Roberts confirma su vigencia al cargar con todo el peso de “Comer, rezar, amar”, la película en la que interpreta a una mujer que “busca encontrar un lugar” en el mundo. Con 42 años y con el cabello oscuro como en “Mujer bonita”, Roberts ofreció una rueda de prensa en un exclusivo hotel-spa del Valle de Napa para hablar sobre esta biografía adaptada al cine que ya se ve en los Village Cines de Neuquén. El libro “lo había leído antes de que fuera tan ampliamente popular, y cuando había pasado 30 páginas pensé que era tan estupendo, que me fui a Amazon.com y envié un ejemplar a mi mejor amiga en Chicago, y le dije: ‘¡Deja que leas esto!”, contó. La película es la adaptación de un ‘best seller’ estadounidense en el que su autora, Liz Gilbert, decide romper con su vida de mujer moderna –carrera exitosa, casa, esposo–, al sentirse perdida y confundida sobre sus deseos personales justo cuando coqueteaba con la posibilidad de tener hijos con su pareja. ¿Qué tan cerca se sintió de la crisis que atraviesa el personaje que interpreta? Roberts aseguró que pasó por esas búsquedas pero “no de la forma urgente como lo experimenta” Gilbert. “Pero definitivamente sabía que mi vida iba a seguir evolucionando hasta que encontré ese lugar para ocupar y vivir, que es la casa que tengo ahora”, comentó Roberts en una de sus tantas referencias a la familia que construyó junto al camarógrafo Daniel Moder, con quien son padres de los gemelos Hazel y Phinnaeus, nacidos en noviembre de 2004 y Henry Daniel, de junio de 2007. Al pensar sobre la confusión del personaje que lleva todo el peso de esta película rodada en Bali, Nueva York, Roma y la ciudad india Pataudi, Roberts remarcó que “fue definitivamente bueno tener un sentido de satisfacción de mi propia vida” al compararse con la ficción. El reparto de la película cuenta con actores como Javier Bardem, James Franco, Richard Jenkins, Billy Crudup y Viola Davis, y está bajo la dirección de Ryan Murphy, creador de dos exitosas series, “Nip/Tuck” y “Glee”. Entre sus productores ejecutivos figura Brad Pitt. Julia Roberts se animó a conocer a Gilbert en pleno rodaje, cuando estaban en Roma. “No quise conocerla antes porque sabía que Ryan (Murphy, el director) y ella estaban en constante comunicación”. “También me preocupaba que me ‘enamorara’ mucho de ella, que terminaría queriendo ser ella en vez de interpretarla como actriz”, dijo Roberts cerrando cada respuesta con esa sonrisa que le roba el rostro por completo. Tanto en el libro como en la cinta, la protagonista es sorprendida por el amor de Felipe, un brasileño híper sensible interpretado por Bardem, que tuvo la oportunidad de conocerlo y se preguntó: “¿Por qué me han llamado a mí?, es mucho más guapo y divertido que yo”. Bardem tampoco reparó en halagos hacia su colega. “Me encantó ver cómo es una persona… normal no es la palabra, trabajadora, trabaja muchísimo, es una tía muy libre a la hora de actuar, es una persona muy creativa, muy, muy generosa en el sentido en que está trabajando y no está obcecada con su forma de hacerlo, con su plan, sino que te incluye a ti y quiere que la cosa sea un baile”. Roberts confesó que le “aterraba un poco estar cerca de él después de ‘Sin lugar para los débiles’” pero terminó definiéndolo como “un cachorro lleno de energía”, un tipo encantador y “dulce”, dijo Roberts antes de volver a reír con su sonrisa marca registrada. (AFP)
Javier Bardem volvió a la gran pantalla en un drama protagonizado por Julia Roberts, con un personaje que le permitió tocar un tema que le apetecía: “De las personas que se atreven a perdonar y perdonarse”, dijo el actor español que actúa “con conciencia crónica de estado de buena esperanza”. En el papel de Felipe, un brasileño que plantea una encrucijada vital al personaje de Roberts en “Comer, rezar, amar”, Bardem dijo que no sabe si marca una diferencia con sus papeles previos en Hollywood pero “sí me apetecía tocar ese tema”. Lo dice mientras juega con un encendedor y con una caja de cigarrillos sobre la mesa del patio de una suite en un hotel de Napa Valley, norte de California. “Yo creo que no es una comedia loca de carcajadas, creo que es una película amable, que toca en dos o tres momentos cosas, a mi juicio, importantes, de una forma sutil y bien construida”. “Mi personaje tiene un propósito, un lugar que es el de apoyar el viaje de ella, que es la que al final tiene que atreverse a perdonar y perdonarse y la película habla de las personas que como puedan y sepan buscan perdón”, Distendido pero particularmente cuidadoso de hablar sólo de la película y evitar referencias a su vida personal, Bardem contó que le gustó el personaje “por la idea de debilidad de él, veo que es una persona débil y que en esa conciencia de su debilidad radica su fuerza”. El papel de un hombre sensible y jovial llegó más de un año después que Bardem ganara un Oscar como el villano de “Sin lugar para los débiles” (2007). Al ser consultado sobre si esa estatuilla cambió el tipo y número de ofertas de Hollywood, el protagonista de “Mar Adentro” (2004) señaló: “No es tanto la cantidad como la calidad, quizás ya te ven de una forma diferente y ven la posibilidad de que hagas papeles más complejos”. Pero es tajante cuando se le pregunta si cambió su forma de elegir los papeles: “Para nada, en ese sentido siempre he intentado mantenerme bastante fiel en elegir”. “Desde el principio, desde que empecé en el 90, elijo basado en lo que me despierta una intuición positiva, una especie de atracción emocional hacia el material, independientemente de quién lo haga, dónde se haga, qué se pague o qué no se pague”. “Es una cosa que aprendí desde mi entorno familiar, si puedes tener la posibilidad de elegir, que es un privilegio en esta profesión –y en cualquier otra–, evidentemente pues aprovéchalo”, agregó. “Comer, rezar, amar”, se enfoca en la crisis existencial de una mujer que vive una realidad cómoda por su trabajo, esposo y situación financiera pero arriesga todo para superar su insatisfacción interna. “Yo creo que como todo en la vida, dos cosas muy distintas son lo que la gente percibe y lo que realmente es”, comenta Bardem al ser consultado sobre los riesgos que tomaría para salir de esa “zona de comodidad” que pareciera vivir un actor extranjero reconocido en una industria como Hollywood. “Yo pertenezco a ese afortunadísimo grupo del 10% de los actores mundiales que tienen trabajo, eso ya es una zona no de confort sino de conciencia crónica de mi estado de buena esperanza”, dice sonriendo.
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