Un pedacito de Roma en el corazón de Cipolletti

CIPOLLETTI (AC).- Un diario italiano lo describió como 'un pedazo del Coliseo en el corazón de Argentina'. Su ideólogo y hacedor lo sintetizó como 'el sueño de un loco'.

Cuando en 1986 el médico Leonardo Calí (81) tuvo la idea de hacer un monumento a los italianos en Cipolletti, lejos estaba de imaginar la obra que finalmente concluyó.

Largas gestiones, insistentes pedidos de donaciones, mucha constancia y esfuerzo, lograron que con los años se pudiera concretar un trabajo increíble, cuyo costo final ronda los 500.000 pesos, según las estimaciones.

Este 28 de febrero el «Monumento a los italianos», como se bautizó a esta obra imponente emplazada en el parque Rosauer de Cipolletti, será inaugurada con todos los detalles, todo su esplendor.

En el acto se pondrán en funcionamiento los cuatro juegos de agua y un sistema de luces que hacen más bello aún a este 'acueducto romano', dirigido por Oscar Gasser.

No hay visitante que ingrese a Cipolletti por el acceso Mariano Moreno y no clave su vista sobre este monumento-anfiteatro, que tiene capacidad para unas 700 personas.

Entre los árboles del parque, emergen enormes arcos y una fuente que sostiene a la imagen de la loba con Rómulo y Remo. Estos y otros grandes detalles hacen que los observadores se trasladen por momentos al viejo continente. Añoranzas para algunos; una maravilla para todos.

La historia de este monumento es larga. Ni siquiera su impulsor sabía cómo podía terminar.

En 1986, cuando ya presidía el Círculo Italiano de Cipolletti -aún sigue estando al frente y se considera un presidente 'crónico'- Calí pensó en realizar un monumento a los italianos.

Empezó las gestiones y consiguió el predio ubicado en Avenida Alem e Italia. Se hizo un bosquejo. Pero por los plátanos de la avenida se desistió de ese lugar. El segundo espacio fue entre Sarmiento e Italia, y el tercero al lado de la biblioteca Bernardino Rivadavia.

En cada caso se hizo un dibujo y se fueron agregando detalles.

De algo muy simple se empezó a gestar un proyecto ambicioso, «un monstruo». Pero sin concreción.

En 1992 todavía seguían dando vueltas con el lugar aunque ya estaba la gran protagonista: la loba, que les costó 5.000 dólares, pesa 750 kilos y se hizo en la Base Naval Puerto Belgrano.

Parecía que no se tendría una definición cuando surgió el predio del Parque Rosauer. Era 50 metros por 50 metros, con posibilidad volcar la imaginación en cemento, ladrillos, luces y agua.

No fue fácil. La obra empezó en 1996, se paralizó, siguió, volvió a detenerse un poco y continuó lentamente. Hubo hasta algunos robos y destrozos de por medio. «La loba observaba cómo iban creciendo las paredes a su alrededor», recordó Calí.

El resultado fue maravilloso. Ahora sólo faltan terminar algunos detalles de iluminación y colocar dos estatuas. En uno de los flancos del acueducto se pondrá la imagen de San Pedro, el primer Papa. En el otro, irá la del emperador Augusto. Ambas miden dos metros de alto.

En total la obra ocupa unos 40 metros y tiene 9 metros de altura. Según Cali «no hay en sudamérica un monumento tan grande en homenaje a Roma».

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