Un voto castigo al oficialismo

CARSTEN HOFFMANN

Las primeras elecciones palestinas en diez años atrajeron a muchos votantes furiosos a las urnas. Con una rabiosa indignación hacia el gobernante movimiento Al Fatah del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, el mecánico de 34 años Said marca su boleta electoral en Ramallah.

«Espero que esto les dé una buena lección», dice. «Su gobierno no nos ha beneficiado en nada». El hombre, que votó con mamaluco y las manos manchadas con aceite, votó esta vez por la organización radical Hamas.

«Siempre hemos votado por Al Fatah», señala Rami, de 24 años , sobre la orientación política de su familia. Ahora sin embargo confiesa estar harto de las peleas internas, con frecuencia violentas, y el nepotismo de Al Fatah. «Tenemos que probar otra cosa. Estamos buscando un cambio», señala.

Su deseo es que ganen Hamas y los candidatos independientes. En el local electoral de una escuela del barrio de Masyun, los observadores internacionales atraviesan las puertas incesantemente. Policías con metralletas custodian la entrada del edificio.

Después de décadas de monopolio político, Al Fatah puede perder su mayoría absoluta, aun cuando mantenga el primer lugar en la votación.

Más de un año después de la muerte del líder palestino Yasser Arafat, Hamas, organización considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, desafía en abiertamente a Al Fatah. La entrada de los islamistas en el parlamento es segura, y se discute su participación en el gobierno palestino.

El reformista palestino Mustafa Barguti saludó el esperado fin del partido único en la política palestina, y dijo ver ya cambios en la visión que la UE tiene de Hamas. «Espero que no exageren», advirtió. El ex ministro palestino de Planificación Nabil Kassis, un palestino cristiano, previene sobre una reacción internacional desmedida. «El partido en el poder debe someterse a prueba», afirma. «El mundo exterior debería dejar de inmiscuirse». (DPA)

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