Una biblioteca forma los lectores del 2028

En Bariloche, crearon una “Bebeteca” para incentivar a las mamás y a los niños a leer. Ahora esperan recibir nuevos aportes.

El hábito de lectura nace en la infancia. Lo saben bien los responsables de la Biblioteca Popular Sarmiento, de Bariloche, que apuestan a consolidar un proyecto de promoción de la lectura con un objetivo a largo plazo: plantean que, cuando esa entidad cumpla cien años, en 2028, asistan a ella los bebés y niños que hoy aprendan el camino de la mano de sus padres o abuelos o en la panza de sus madres. Por eso es que han creado una “Bebeteca”, un espacio físico pensado para los niños de 0 a 5 años y para sus madres. Posee un sillón hamaca, mantas, cajas, mesas, libros, títeres, música, móviles y muchos materiales y escenas (excusas) para narrarle al bebé. “Este espacio era la excusa para que los bebés o las panzas de embarazo trajeran a sus padres. Cuando ellos venían, nuestras bibliotecarias aportaban herramientas para que acercaran a sus hijos-nietos-sobrinos a la lectura. El acercamiento lo hacía el adulto que traía al bebé. Nuestro objetivo era que aprendieran la técnica para que se convirtiesen en multiplicadores de lectura con todos los otros bebés que llegarían a su vida”, cuenta María Graciela Antognazza, responsable de la iniciativa. Desde que se inició, en 2007, el proyecto contó con aportes de la Fundación Telefónica, de la Fundación Minetti y de la Hispanics in Philanthrophy (HIP) en el marco de la convocatoria de la Fundación Gente nueva de Bariloche. “Presentamos el Proyecto: Formando al lector del 2028: La Bebeteca era nuestro plan de trabajo 2007-2010.Con él apuntábamos a formar los socios lectores que festejarían en el 2028 el cumpleaños 100 de la Biblioteca”. El proyecto tuvo acciones dirigidas a embarazadas, otras a familias de bebes, otras a Bibliotecarios de Patagonia, e incluyó charlas abiertas. Antognazza explica que ”trabajamos con las adolescentes embarazadas que se acercaban a nuestro salón de lectura para las tareas de la escuela media. A ellas les acercamos técnicas como la narración a la panza, la comunicación con el bebé con el masaje, la palabra y la música. También les dimos materiales para que pudiesen seguir con esto cuando el bebe naciera”. “Después trajimos a los centros de Madres Cuidadoras de la Municipalidad. Tuvimos 28 grupos en 7 meses. Nosotros pagamos los traslados, trajimos jardines dependientes de la municipalidad y otros maternales privados”. Las supervisiones de Nivel Inicial reubicaron docentes jardineras en la biblioteca que “fueron las verdaderas hacedoras de la magia del espacio”, afirma María Graciela. En 2008 solicitaron que el Plan Nacional de Lectura dictara una capacitación a las personas involucradas, pero terminó siendo para toda la Patagonia. El 17 de marzo “sacamos la Bebeteca a la calle” festejar el cumpleaños 80”. Pero el financiamiento se terminó en junio de 2008. “La Bebeteca sigue abierta al público pero no contamos con aportes para seguir trayendo grupos. Sólo seguimos entregando nuestro folleto a los padres”. Ahora, una nueva expectativa se abre porque el proyecto es uno de los cinco finalistas en el certamen Viva la Lectura de la Fundación Santillana. Uno recibirá $20.000, otro una Mención de Honor y los otros tres, menciones, medallas y publicidad. “Estar seleccionado entre los cinco primeros es el verdadero premio, aunque… el dinerillo no vendría nada mal”, afirma Antognazza. Y concluye: “saber que hacemos las cosas bien es una gran alegría para nosotros y para los socios que nos mantienen con su cuota. Demostramos que a pesar de la situación se pueden seguir fomentando acciones de lectura. Quizá, la selección al premio, anime a los empresarios a destinarnos fondos. Sabemos invertirlos con creces”.


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