Una dama de la moda alemana a los 60

Jil Sander aún es un referente en el universo del diseño.

HAMBURGO (dpa) – La diseñadora alemana Jil Sander celebró este año un espectacular regreso. Cuando presentó a principios de octubre en Milán su primera colección de ropa femenina después de tres años de pausa creativa, parecía llevar en la mano el cetro de la moda internacional. Las alabanzas se escuchaban bien alto. Sander, quien hoy cumple sesenta años, parece haber sacado provecho de su descanso. «De repente tuve tiempo para llegar a mí misma», aseguró.

En enero de 2000 abandonó la presidencia de la empresa que ella misma fundó, la Jil Sander AG, controlada por el grupo italiano Prada. La compañía continuó funcionando, con el nombre de Jil Sander, pero sin Jil Sander y esto le trajo más perjuico que beneficio, pese a los ambiciosos planes del presidente de Prada, Patrizio Bertelli.

Mientras tanto, la rubia diseñadora se dedicaba a vivir. Hacía cruceros por el Caribe, iba a fiestas, cuidaba su vida privada. Antes, su vida se reducía a un trabajo intenso. La biografía de la modista más importante de Alemania está marcada por la disciplina, la comprensión y una visión precisa de las necesidades de las personas modernas. Sin exagerar, su obra puede ser comparada con los resultados de algunos artistas del Bauhaus en la arquitectura.

Junto a Giorgio Armani ha contribuido a crear un claro lenguaje de las formas en la moda. En ella, la perfección material y la estética ajena al tiempo se unen en un todo. «Queen of the Less» le llaman en el mundo de la moda. Su filosofía, de que menos es más, fue considerada una revolución al principio de su carrera. «Cuando más mayor me hacía, cada vez tenía más problemas para aceptar que es lo que 'se' tiene que llevar», dijo Sander, recortando su juventud en los años 50. Jiline Sander, nacida en Wesselburen, en el norte de Alemania, creció con su madre en Hamburgo. Más tarde, estudió Ingeniería Textil en Krefeld y trabajó algunos años como periodista de moda y estilista.

En 1968 abrió en Hamburgo su propia boutique, el embrión de su propia marca.

Hoy, la Jil Sander AG es un imperio que produce moda para mujeres y hombres, bolsos, zapatos, gafas y cosméticos. Pese a algunos fracasos, Sander consiguió imponer con una energía sin igual y con gran éxito una moda versátil y al mismo tiempo sensual.

El punto más alto de su creación pareció verse alcanzado en 1997, con la salida al mercado de su primera colección de ropa masculina. Sin embargo, al mismo tiempo cambiaba el mundo de la moda. Las grandes casas de moda internacionales se vieron obligadas a realizar fuertes inversiones para resistir a la competencia.

En 1999, cuando Prada se hizo con la mayoría de Jil Sander AG, pareció una solución elegante para afrontar juntos el futuro. Sin embargo, pronto hubo disputas entre Patrizio Bertelli y Sander, que condujeron a su salida de la compañía. Después de largas negociaciones secretas, Sander sorprendió al sector en mayo con la noticia de su regreso. Y con una moda más débil, más ornamental.

Sin embargo, sigue manteniendo su principio de «me dan pena las mujeres que parecen bombones». Su estilo Bauhaus no se está transformando en barroco, sino se mueve más bien hacia un «Art déco».


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