Una disculpa que sigue pendiente

Un pueblo de 2.000 habitantes estuvo durante un mes a merced de impulsos que surgían del desconocimiento de policías y funcionarios judiciales con un paraguas desde el poder político. Cada vecino miraba al otro con desconfianza, se instaló la actitud de manejarse por susurros y sospechas.

El 22 de febrero la historia de Las Ovejas quedó impregnada de sangre. Lorenzo Muñoz apuñaló a Carina y Valentina Apablaza, madre e hija, a plena luz del día en la plaza, y luego huyó. Todavía no se sabe cuánto costó el impactante despliegue de fuerzas y recursos para dar con su paradero. Se lo encontró muerto, se suicidó, a 300 metros del lugar. Lo que esta semana se conoció es que murió a las pocas horas de cometer el doble femicidio.

Muchos recordaron el caso de la familia Pomar, que fue buscada durante 24 días en el 2009 y estaba en el mismo lugar donde sufrió el accidente en su vehículo. El fiscal general José Gerez recordó al caso de Santiago Maldonado, que fue buscado por tres fuerzas federales durante 90 días y estaba en el río a 200 metros de donde se lo había dado por desaparecido.

Para el gobernador Omar Gutiérrez y su ministro de Seguridad Mariano Gaido fue más que incómodo el informe. Desde la semana anterior venían de capa caída con la patética demostración de fuerza, por parte de la policía, después del caso de Facundo Agüero. Le sentaron a su lado el Día de la Policía a un efectivo que había sido separado por agresor, luego de que, tras un mes de misterio, echó a los tres policías que golpearon a Agüero.

Obviamente que no sucumbieron a la exposición. Los voceros políticos hacían y respondían preguntas como entrenados por “coaching” que los someten a supuestos interrogatorios periodísticos y les enseñan cómo responder.

“Lo encontró la policía y no un niño que anduviera jugando por el lugar”, dijo Gustavo Pereyra. “Hubiera querido encontrarlo vivo y juzgarlo por lo que hizo”, se excusó José Gerez, el jefe de los fiscales.

Sólo ellos se animaron a defenderse después de que la familia de las víctimas anticipara que iba a pedir que se investigara su actuación y la de los fiscales y el policía que tuvo a su cargo el operativo.

El sacerdote de Las Ovejas, Diego Canale, describió el panorama social y se animó a solicitar un pedido de disculpas públicas por haber inmerso al pueblo en un manto de miedo. El poder político apuntó su energía a mostrar realidades paralelas porque el otro tema sin resolver, el de los docentes, se postergó para la semana entrante. Para no dar lugar a dudas se incluye en el concepto de poder político al oficialismo y la oposición identificada con el MPN y con Cambiemos.

La invasión de fuerzas con armas que sufrió Las Ovejas tuvo lógica en función de buscar un femicida. La contundencia del informe que rubricó Néstor Daniel Centeno, el director del Laboratorio de Entomología Aplicada y Forense de la Universidad de Quilmes, sembró dudas sobre quiénes habían impuesto sospechas durante esos interminables 23 días.

Los dominantes fueron dominados por su propia estrategia como hace cinco años lo definió con una simpleza impactante el periodista Jesús Quintero, el creador de “El perro verde” en la televisión española.

En ese momento puso en duda la liviandad con que se entretenía y se analizaban los fenómenos de la actualidad. Habló de alfabetizados, que saben leer y escribir pero que no ejercen, y de que el mecanismo para interpretar, supuestamente, lo que se demanda para buscar una oferta acorde termina siendo lo que domina a quien, en teoría, ostenta ese mote.

Todas las preguntas que formulan a modo de selfie verbal el vocero político de la policía y el jefe de fiscales tienen respuestas lógicas. ¿Se lo podría haber encontrado antes? Sí. ¿Lo encontraron quienes lo buscaban? Sí. ¿Podría habérselo hallado después? Sí. ¿Se ocultó información? No.

Lo que aún está pendiente de respuesta es el malestar social de un pueblo que debe asimilar un triple duelo.

Se conoció el informe científico que indicó que Lorenzo Muñoz se suicidó a metros del crimen. Durante los 23 días de búsqueda el cuerpo estuvo ahí.

El sacerdote de Las Ovejas ofició de vector de los sentimientos de frustración y miedo que se inyectaron en la localidad tras el sangriento hecho.

Datos

Se conoció el informe científico que indicó que Lorenzo Muñoz se suicidó a metros del crimen. Durante los 23 días de búsqueda el cuerpo estuvo ahí.
El sacerdote de Las Ovejas ofició de vector de los sentimientos de frustración y miedo que se inyectaron en la localidad tras el sangriento hecho.

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