Una voz en el teléfono

La actriz que protagoniza el éxito de internet “Ni una sola palabra de amor” cuenta cómo se hizo este corto.

El corto “Ni una sola palabra de amor”, de El Niño Rodríguez, se convirtió en un éxito en la red. Desde que se coló en la web lo vieron más de 300.000 personas. Andrea Carballo es la actriz que le presta el gesto a este pequeño filme que toma una grabación real olvidada en un contestador automático para convertirla en el punto de partida de una comedia ácida y divertida.

Carballo, que vive en España, interpreta a María Teresa, una mujer solitaria y obsesionada con Enrique, un hombre que no le presta atención y a quien le deja un sinnúmero de mensajes telefónicos que por su repetición y dramatismo creciente adquieren un tono patético y delirante.

Sobre la base de los mensajes que esa mujer real dejó en un contestador automático encontrado en un mercado de pulgas, el corto transmite –a través de una magnífica interpretación de la actriz– desesperación, amor, ansiedad, soledad, miedo, frustración y locura, un aluvión de sentimientos que padece esta mujer despechada que no obtiene ninguna respuesta de su pareja.

En diálogo telefónico desde España, Carballo contó cómo hicieron el corto.

–¿Cómo surgió este fenómeno que se está dando en internet y ahora también en la televisión?

–La cinta de María Teresa y Enrique es un audio real y original encontrado en el mercado de pulgas. Llegó a mis oídos de la mano de mis amigos. Fue un chiste interno en nuestro grupo durante meses; nos fascinaba el material y un buen día decidimos hacer algo con él.

¿Cómo fue tu trabajo con El Niño Rodríguez?

–Fue muy divertido, imagínate que a María Teresa la teníamos bastante estudiada, así que fue ajustar los detalles que a la hora de filmar tenían que ser muy precisos. Fue un proceso muy auténtico y divertido.

–¿De qué manera construyeron el personaje de María Teresa?

–Desde el punto de vista de la interpretación teníamos la voz, esos mensajes, que son muy específicos y potentes, y sus emociones también lo son; es muy transparente todo lo que le pasa a ella. Creo que no hay dudas de cómo se siente. Así que por ese lado fue meterse en esas emociones de lleno. Y por el otro, en cuanto a su aspecto y cómo contar la historia, fue pura imaginación y trabajo en equipo.

–¿Cómo trabajaron con la grabación del contestador telefónico?

–Primero fue pasar todos los mensajes en limpio. Siguió memorizar hasta el último suspiro de ella, todo, especialmente la respiración. Para poder hacer ese doblaje había que meterse en su respiración. Creo que escuché la grabación infinidad de veces, iba con auriculares en el colectivo escuchándola sin parar. Fue todo un trabajo de detalles. Y luego trabajar con la grabación hasta hacer coincidir los tiempos perfectos. Fue un desafío muy interesante.

–¿Hasta dónde llega el fenómeno “Ni una sola palabra de amor”?

–La realidad es que se “viralizó”: a las 24 horas de haberlo soltado a internet tenía más de 50.000 visitas. Y hoy por hoy ya perdimos casi la cuenta, porque lo compartió muchísima gente, sumado a todos los portales y blogs que sacaron notas. Me despierto con cantidades de mensajes por Facebook, mail y Twitter todos los días. Lo pasaron en televisión y lo recomendó Juan José Campanella, ¡es increíble!

¿Cuántos visitantes tuvo en internet?

–Por lo que el director y yo tenemos controlado desde nuestros canales de Vimeo y YouTube, al día de hoy estamos arriba de las 270.000 visitas. Algo impresionante, porque además se vio en España, Italia y muchos otros países del mundo.

–¿Cuáles son tus preferencias, si es que tenés algunas, a la hora de recibir un guión o una propuesta para actuar?

–Lo único que necesito para sentir esa “preferencia” es sentir un vacío en el estómago al leer el guión, una especie de ansiedad, alegría y despertar. Ahí me doy cuenta de que es para mí, de que voy a poder trabajar con dedicación y verdad.

(Télam)

NI UNA SOLA PALABRA DE AMOR


El corto “Ni una sola palabra de amor”, de El Niño Rodríguez, se convirtió en un éxito en la red. Desde que se coló en la web lo vieron más de 300.000 personas. Andrea Carballo es la actriz que le presta el gesto a este pequeño filme que toma una grabación real olvidada en un contestador automático para convertirla en el punto de partida de una comedia ácida y divertida.

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