“Volver a entusiasmarnos”

“Neuquén ciudad capital” es el slogan que, desde que Horacio Quiroga asumió la intendencia en 2011, acompaña el edificio municipal y todos los actos de gobierno.

No es una combinación azarosa de palabras, sino un concepto. “Había que recuperar esa mística social, el orgullo de sentirnos ciudadanos de Neuquén, y de ser la capital de la provincia”, dice el jefe comunal en vísperas de lo que será el décimo aniversario que le tocará como intendente.

En el balance que realiza a la mitad de su tercera gestión, Quiroga evita hablar de obras –su histórico caballito de batalla– y se limita a entregar a “Río Negro” cinco hojas tamaño oficio: “Estas son las que hicimos y las que vamos a hacer”.

La remodelación del balneario Río Grande, la primera etapa del Parque del Oeste, el traslado de la ex Feria de Vuelta de Obligado, la Fiesta de la Confluencia y la eliminación de lavacoches en la vía pública son algunos de los logros que destaca de su gestión.

Las Obras que vienen

Lo que sigue, en estos últimos meses que quedan del 2013, serán unas quince obras de pavimento e infraestructura por más de 26 millones de pesos. Eso mientras espera la aprobación de Nación para aplicar los bonos por 200 millones que permitirían la ejecución de proyectos más ambiciosos.

“Los vecinos tienen mayores expectativas. Nos sentimos cada vez más comprometidos para trabajar y esforzarnos más”, reflexiona Quiroga.

En el 109º aniversario de Neuquén, el intendente asegura que la ciudad ha mejorado tras lo que llama “el bache” entre 2007-2011, pero aclara: “todavía no estoy conforme”.

“Hoy nos encontramos con una ciudad de grandes contrastes, de la informalidad, de las denominadas tomas que forman parte del vocablo urbano de la ciudad, con realidades socioeconómicas complejas. Por otro lado, con la ciudad de la inversión inmobiliaria y comercial. Integrar estas dos realidades es una tarea compleja”, señala.

En el horizonte

En ese camino está y probablemente el desafío resulte aún mayor -para él y los que vendrán- que el primero que encaró, de “convertir un pueblo grande en ciudad”. “Eso lo logramos con algunos anclajes que nos identifiquen, como el MNBA, la terminal nueva, la consolidación del Parque y la Plaza de las Banderas”, asegura Quiroga. “En coincidencia con el centenario de la ciudad había un vecino muy atraído e identificado con las consignas que nos entusiasmaban. Teníamos cosas para empezar a mostrar”.

Ahora, dice, se necesitan “consignas que nos vuelvan a entusiasmar con el Neuquén que queremos pero a lo mejor no sabemos cómo ejecutar” y se aventura a proponer dos: “ciudad de buenos modales” y “la más limpia de la Patagonia”. El tiempo dirá si acaso son identidades que se pueden imponer o construir desde una intendencia. Pero Quiroga, fiel a su estilo, hará todo por conseguirlo: “Son consignas para recomenzar una ciudad que merezca ser vivida y disfrutada”.