Ató una mosca con pelos de Uma y «desde el cielo de los perros» le mando una trucha tremenda

Diego Hernández, el último día de la temporada de pesca, fue con sus amigos de la banda de Limay Medio Desembocadura (LMD), y pusieron el broche de oro con una linda sorpresa, digna de recordar un día como hoy.

«Esta trucha se la dedico a una de mis mejores amigas, la incondicional, la que siempre me esperaba y me daba todo su cariño sin pedir nada a cambio. Uma que hoy está en el paraíso canino», escribe Diego Hernández en sus redes y comparte dos fotos. Una de su perra detrás de la mosca que ató con sus pelos. En la otra foto, aparece la trucha que sacó en Limay Medio, una tremenda migratoria caída del cielo.

El último día de la temporada de pesca, para la banda de Limay Medio Desembocadura (LMD), tuvo un broche de oro con una linda sorpresa. La temporada va desde el 1 de noviembre al 31 de mayo y en este lugar en el que hay truchas de buen porte durante todo el período.

LMD es un grupo de amigos que tiene un campamento en Limay Medio. Tres de sus integrantes Diego, Pablo y Antonio se fueron a pasar el día allá, “en un momento nos fuimos a tirar unos tiros, los últimos del día porque después había que volver para empezar a desarmar, por el cierre de temporada», dice Diego cuando comienza a narrar la historia de su pique.

Salieron en la lancha, pasaron por dos pozones. Iban probando por diferentes lugares, como lo hacen siempre: viajan por el agua, bajan, tiran desde la costa. “Cambiamos de moscas. En el último pozón pongo la mosquita de Uma y sin hacer ningún tiro le digo a Pablo ‘amiguito esta mosca me va a a dar una buena trucha’”, recuerda.

Continuaron río arriba, pararon en otro pozón hizo un tiro… el segundo… y al tercero… «se prendió la trucha».

Era una trucha «migratoria macho que cuando la tomó, pegó un salto y se empezó a anclar abajo, no la podía traer. La empezamos a arrimar, pegó dos corridas importantes. Se venía acercando con el copo y con Pablo la sacamos», cuenta Diego. Luego, se sacaron una foto rápido y la devolvieron al río como hacen siempre.

Diego aclara que generalmente la lucha de una trucha muy buena son diez minutos, o cinco, no más de eso. En la temporada sacó varias buenas. Comparte las fotos y los videos. “Esta fue una temporada muy buena”, dice como dedicándole unas palabras de despedida y agradecimiento.

Otro buen pique en el Limay Medio

La mosca de Uma


La mosca que le dio la última trucha grande de la temporada, para Diego es muy importante. La ató en medio de la pandemia de Covid, cuando la mayoría de los pescadores, encerrados sin poder ir al río, calmaban sus ganas de pescar atando moscas. Un día su perrita Uma lo miraba mientras hacía el trabajo y se le ocurrió sacarle unos pelitos de atrás de la oreja, del lomo y ató esta mosca.

“Siempre la tenía en caja, de recuerdo y ayer por primera vez la vi y la usé. Saqué la trucha y la volví a guardar”, Diego de inmediato recuerda los 9 años que pasaron con esa amiga, hija de un coquer y un caniche que fue tan importante para él y su pareja. Con pena dice que murió el año pasado, pero mientras vivió, fue la reina de la casa.

No sabe por qué, después de tanto tiempo sin usarla decidió probarla. Tal vez porque era uno de los últimos tiros que daría esta temporada, tal vez, por los colores que eran parecidos a un alevino. «Quise ver como funcionaba, la puse un ratito y dio muy buenos resultados», piensa.

Noches de atado de moscas, usando patrones que anduvieron bien durante el día.

La banda, con una linda historia vuelve a casa por unos meses y ya cuentan los días que faltan para el 1 de noviembre.

Diego, comparte sus piques y las salidas de pesca con amigos en sus redes. Facebook: Diego Hernandez e Instagram: @dieguito_hernandez.


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