El Parque Nacional Laguna Blanca hoy está de aniversario y se prepara para la pesca invernal
No solo protege uno de los humedales más importantes del país: también ofrece una experiencia diferente en cada estación. Y en invierno, cuando la mayoría de los pescadores se guarda en casa, este lugar abre la temporada.

Ubicado cerca de Zapala, el Parque Nacional Laguna Blanca está escondido de la estepa patagónica y es ideal para disfrutar de la naturaleza, o pescar percas durante el invierno. También es un refugio clave para aves y un Sitio Ramsar de importancia internacional.
Cada 31 de mayo, el Parque Nacional Laguna Blanca celebra su cumpleaños. Fue creado en 1940 y, aunque no suele estar en el radar de los destinos turísticos más populares, guarda un encanto especial: combina paisajes agrestes, un humedal repleto de aves y una de las pocas temporadas de pesca que se vive, en pleno invierno.
A diferencia de la mayoría de los lagos de la región, donde la temporada de pesca termina hoy, en la Laguna Blanca, arranca. Desde abril hasta fines de octubre, familias enteras llegan abrigadas, caña en mano, a este espejo de agua enclavado en la estepa neuquina, a solo 36 kilómetros de Zapala.

El premio más buscado: la perca, un pez que, aunque fue introducido en el pasado, hoy puede pescarse de manera recreativa para ayudar a controlar su población.
Este parque tiene algo que lo hace único. Con apenas 11.000 hectáreas, es hogar de la misma variedad de aves que otros parques veinte veces más grandes. Por eso no se permite navegar en la laguna: el agua está reservada para las miles de aves que la eligen para alimentarse, descansar o criar.
Es Sitio Ramsar por la importancia de sus humedales y conserva vestigios de la vida mapuche que enriquecen su legado cultural. Y además de la pesca, es un lugar ideal para desconectarse, acampar bajo el cielo patagónico, caminar entre antiguos conos volcánicos y practicar avistaje de aves.
Eso sí: hay reglas claras. Está prohibido ingresar con mascotas, hacer fuego fuera del área habilitada o dejar residuos. El agua de la laguna no es potable y no hay proveedurías, así que conviene ir bien preparado.
Para quienes quieran disfrutar de esta joyita natural, el acceso es muy sencillo: se llega por ruta asfaltada desde Zapala. No hay transporte público hasta la entrada, así que lo ideal es ir en auto o contratar una excursión.
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