Retrató el nacimiento de estrellas y fue premiado: Patagonia, un faro para la astrofotografía mundial
Desde su campo, Gerardo Ferrarino, un apasionado atrofotógrafo retrató una nebulosa oscura que pocos logran capturar. Con paciencia, técnica y gracias a los cielos purosalcanzó un reconocimiento internacional en Astrobin, la red más prestigiosa del rubro.

Cuando las labores del verano quedan atrás en Las Grutas, y llega el invierno, Gerardo Ferrarino viaja todos los meses a su campo cerca de Valcheta. “Siempre trato de ir la semana que hay luna nueva, porque el cielo está más oscuro y si acompaña el clima puedo hacer fotos”, dice, con la calma de quien ya sabe que lo que busca no está a simple vista.
Esta vez, su objetivo era muy específico: una nebulosa oscura que se esconde en los confines del cielo austral. “Está tan al sur que, para fotografiarla bien, tenés que estar vos también bien al sur”, explica Ferrarino (@g.ferra) e. No alcanzaba con tener equipo de alta gama ni con dominar la técnica: hacía falta paciencia y esa suerte caprichosa del clima en la estepa.
A fines de mayo, entre el 28 y el 30, las condiciones se alinearon. Comenzó a sumar luz en exposiciones largas. Ocho horas de registro en total. “Venía viendo que la estabilidad atmosférica no iba a ser buena, así que esperé un par de días para hacer las fotos con mi telescopio grande de un metro de focal. Arranqué los primeros dos días con un telescopio más chico, que no es tan afectado por la turbulencia atmosférica. Cuando se dieron las condiciones, empecé a sumar horas durante dos noches”, dice.
Y lo que capturó fue elegido en AstroBin. “AstroBin Image of the Day and Top Picks”, abreviado como IOTD/TP, es un sistema de largo alcance para promover astrofotografías bellas, interesantes, o sorprendentes, centrándose en la excelencia técnica. Es algo así como el templo virtual de la astrofotografía. Una red donde se almacenan imágenes astronómicas en alta calidad, pero también una suerte de Olimpo con jurados y curadores que eligen las mejores capturas del mundo.
Tiene tres etapas. “Primero votan astrofotógrafos especializados, luego otro jurado más riguroso y, por último, los jueces más sabios que hacen la selección final. Es uno de los premios más importantes del mundo”, dice. Es como llegar a la final de Wimbledon, pero con estrellas.

Que esa imagen, difícil, técnica haya sido seleccionada no es un dato menor. “Tal vez un australiano, o algún observatorio más al sur que los de Chile, podría haberlo hecho también. Pero no hay muchas fotos como esta”.
Hace unos días, su colega, el barilochense Martín Moliné tuvo una imagen publicada en la página de la NASA como “Astronomic Picture of the Day” (APOD), o Imagen astronómica del día, una mención que Gerardo también recibió tiempo atrás por una foto tomada en Villa Traful. No es casual: además del talento de los astrofotógrafos, hay un ingrediente fundamental en estas imágenes: el cielo puro.
La imagen no solo revela lo invisible. También habla del rol silencioso que juega la Patagonia en este tipo de hazañas. “Todavía tenemos cielos oscuros. Eso no es solo importante para ver las estrellas. La contaminación lumínica es mala: afecta la salud humana, desorienta a los animales, cambia los ritmos biológicos. Tener cielos oscuros no es solo un lujo, es una forma de preservar la naturaleza”.
La mayoría de las personas nunca vio la Vía Láctea a simple vista. No lo sabe, pero se la pierde. “Se cree que solo el 5% de la población mundial ha visto el centro galáctico. Uno sale de noche, mira el cielo y parece que hay una nube, pero en realidad no es una nube: es el centro galáctico. Es algo increíble, y tenemos la suerte de poder verlo así, tan potente y tan contrastado, gracias a los cielos oscuros que todavía tenemos en el hemisferio sur”.
Allá, donde la estepa se mezcla con el cielo y las noches son una promesa de silencio y contraste, un hombre sigue buscando estrellas. O mejor dicho: retrata las que nacen. Porque esa nebulosa oscura es, en el fondo, una guardería estelar, y su autor, un testigo privilegiado.
¿Qué es una nube molecular de Camaleón I?
Gerardo Ferrarino es aficionado a la astrofotografía y a la astronomía. Nació en Lamarque, pero desde hace 32 años vive en Viedma y en Las Grutas con su familia. Una de las cosas que más le gusta en la vida es mirar el cielo, retratarlo y salir a cazar estrellas, galaxias o satélites.
Hace un par de años, capturó el centro de nuestra galaxia en Villa Traful y la NASA eligió esa imagen como la “Astronomy Picture of the Day” (APOD), es decir, la foto astronómica del día.
No era la primera vez que una fotografía suya recibía reconocimiento internacional. Otra imagen, tomada en Bahía Creek, fue publicada en el sitio Sky y votada por el público para convertirse en APOD.

El joven patagónico habla con pasión y conocimiento de lo que hace. Aunque todo comenzó como un hobby con un curso básico de fotografía, hoy se especializa en retratar paisajes nocturnos. Se capacitó con grandes astrofotógrafos y se perfecciona de manera autodidacta.
Con precisión técnica, describe lo que fotografió ahora: “Es una nube molecular de Camaleón I. En el interior de esta nube, a unos 650 años luz, se desarrolla una activa región de formación estelar. Se destacan la nebulosa polvorienta con forma de C (Ced 110), la azulada Ced 111 y la Nebulosa Infrarroja del Camaleón (Cha IRN), con su característica forma en V y tonos anaranjados, esculpida por los flujos de gas de una estrella joven”, escribe. Estas estructuras, inmersas en gas y polvo interestelar, revelan las primeras etapas del nacimiento de nuevas estrellas en una de las regiones más cercanas al sistema solar.
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