Ruta 40: Aldana viaja en moto rumbo al sueño de llegar al km 0

Por estos días, atraviesa Neuquén: así pasó por el volcán Lanín, Caviahue y Chos Malal, entre paisajes y pueblos que no olvidará. Si el viento lo permite, espera llegar en 20 días a Cabo Vírgenes, Santa Cruz. Aquí comparte su apasionante diario de viaje.

¿Conocés las aventuras de Aldana Humberto? En el Voy la seguimos en cada uno de sus alucinantes viajes en moto. Ella trabaja en una pizzería en Mar de las Pampas y cuando termina la temporada de verano arranca sobre ruedas. Por estos días atraviesa Neuquén rumbo a su sueño de llegar al kilómetro 0 de la mítica ruta nacional 40 que atraviesa el país, la meca de una legión de viajeros que recorren sus 5194 km de Santa Cruz a Jujuy. Aquí comparte su diario de viaje desde Bardas Blancas (Mendoza) rumbo al sur con escalas en Chos Malal, el Parque Nacional Lanín y Caviahue.

El año pasado debió interrumpir su viaje en la provincia cuyana por el frío y la nieve. Ahora acelera con destino final en Cabo Vírgenes. Hoy por la mañana, antes de salir hacia Bariloche, le decía al Voy: «Espero llegar entre el 20 y el 22 de mayo, ojalá. Dependo mucho de que el viento me deje salir a la ruta, pero allá vamos». En Por la tierra y el mar, como la encontrás en las redes, está su declaración de principios: «Soy una loca por vivir como si fuera el último día. En mi locura, encontré la libertad».


De Bardas Blancas a Chos Malal: 272 km


Tramo 6 – 28/04/22. «Salió el sol, nada de viento, después de 4 noches en Bardas Blancas, de nuevo a la ruta. No podía salir de la cama de lo calentita que estaba, pero con una sonrisa de oreja a oreja, pegué un salto, preparé todo, café calentito y a rodar. Pensé que iba a tener muchísimo frío porque el pronóstico marcaba -2° y la verdad es que no fue tanto, no se si era por la adrenalina de salir o porque realmente no se sentía.

En Chos Malal. @porlatierrayelmar

Unos 15 km y de cabeza al ripio, los primeros km hasta la pasarela estaban super bien, lo único que había eran unos serruchos terribles por el viento de los días anteriores. Después de la pasarela se pone más complicado porque hay más acumulación de piedra y no hay huella tan marcada, pero nada imposible si se lo hace con tranquilidad.

Arrieros en la ruta 40. @porlatierrayelmar

«La Peque es una máquina, fuimos tramos a 40 km/h y varios a 60 km / h, claramente frenando mil veces porque no podía parar de sacar fotos. Después de la pasarela los paisajes son mágicos, y el volcán Payen que se lo ve durante casi todo el trayecto es imponente.

Asombrosos paisajes de Chos Malal. @porlatierrayelmar
Asombrosos paisajes de Chos Malal. @porlatierrayelmar

Durante un largo tramo viajé rodeada de piedras negras volcánicas y de repente colores de los que quieran, el cielo con las nubes que parecían de otro planeta, la ruta serpenteante, lo que la hacía aún más linda.

En Chos Malal, en la mitad de la ruta 40. @porlatierrayelmar

Cerca de las 18 hs llegué a Chos Malal, exactamente la mitad de la Ruta 40, me saqué la foto en el típico cartel, compré unas cosas en el supermercado y me fui unos 4 km por la Ruta 43, ya que me esperaban en Cabañas Las Diucas.


De Chos Malal a Caviahue: 194 km


Tramo 7 – 29/04/22. «Qué lindo es despertarse, ver un sol radiante y saber que es un día espectacular para viajar. Desayuné, fui a comprar aceite para La Peque (creo la más cara que me vendieron en mi vida) y salí. Tenía la opción de hacer todo asfalto yendo por Las Lajas, pero como ya saben me gusta mucho el ripio y la aventura. Así que desde la 40 desvíe por la ruta 4 que va hasta El Huecú, agradecí cada km por haber tomado esa decisión.

Rumbo a Caviahue. @porlatierrayelmar

«De frente al ripio y a esa inmensidad, puse primera y arranqué. Como me pasó en el Balcón de Pissis (Catamarca), al avanzar me daba cuenta que la única manera de llegar era escalando esas montañas con picos nevados, que en un principio parecían lejanos y de un momento a otro estábamos sumergidas en ellos.

Por suerte el sol, ya había derretido el hielo del camino, despacito pasamos la cima. Paré mil veces, no podía dejar de sacar fotos y filmar. Paisajes de película, el reflejo del sol en la nieve, las montañas que nos hacen sentir pequeños en este mundo, el darme cuenta que era yo la que estaba ahí, La Peque que no le aflojó ni un minuto, el calor del sol, la belleza en sí misma… esas y muchas otras cosas son las que me hacen sentir viva.

«Caviahue es un pueblo que no me voy a olvidar nunca». @porlatierrayelmar

Después de El Huecú siguió el ripio hasta Loncopue, la ruta que pasa por el Salto del Agrio estaba cerrada por la nieve, y desde ahí asfalto a Caviahue, la sensación de estar entrando en el corazón de la montaña no la puedo explicar con palabras, todo completamente nevado, no lo podía creer.

Llegué a Caviahue y me emocioné cual niña por la cantidad de nieve que había, yo vi nevar poco, vi mucha nieve en la montaña, pero nunca tanta en un pueblo, al extremo que tuve que dejar la moto a dos cuadras del hostel porque las calles internas estaban intransitables. Mates sobre la nieve a orillas del Lago y a descansar. Mañana será otro día.

La «Peque» y el lago Caviahue, un espejo cuando no hay viento.

Caviahue es uno de esos pueblos de los que no me voy a olvidar jamás, no sólo porque fue el primero en mi vida que vi tan nevado, sino porque es de cuento. Enclavado en el medio de la montaña, a orillas de un lago con su mismo nombre y sus callecitas angostas. Vi fotos en verano y parecía otro lugar del que conocí. Todo el pueblo vestido de blanco por la cantidad de nieve que había caído. Mágico. El lago un espejo, donde se veían reflejados cielo, árboles y montañas.


De Zapala a Parque Nacional Lanin: 222 km


Tramo 9 – 01/05/22. Después de descansar en Zapala y recargar pilas con el cafecito de la mañana, salí rumbo al Parque Nacional Lanin. No quería llegar muy tarde porque quería acampar. No hay mucho para contar sobre este trayecto, hay muchos tramos de la ruta 40 que no dicen nada. Casi llegando al empalme con la ruta 234 el paisaje cambió: montañas, el volcán Lanin que se dejaba ver en casi todo momento, la ruta comenzaba a serpentear y así todo tenía otro color.

Unos mates de cara al lago Huechulafquen. @porlatierrayelmar

Iba tan entretenida con el paisaje y disfrutando tanto, a pesar de que fue el día que más frío tuve en ruta hasta el momento (nada que no se pueda soportar, esperemos siga así), que no me había dado cuenta que ya había hecho 18 km de la Ruta 234, de casualidad vi un mojón y se me abrieron los ojos como un búho al darme cuenta que no era la 40. Frené, miré mi mapa y efectivamente me había equivocado. Así que gruñendo volví.

Los paisajes del Parque Nacional Lanín. @porlatierrayelmar

Llegué a Junín de Los Andes, cargué nafta y me fui al Parque Nacional Lanin, ya eran más de las 15 hs. Costeando el lago Huechulafquen hay varios campings. De repente ví un espacio verde hermoso, donde el sol aún daba de lleno. Entré, pregunté y ahí me quedé. Por suerte estaba cerrado el que me habían recomendado, porque el espacio verde y las vistas al lago de @bahia eran diez veces mejor. Y con todos los servicios, ducha, lavadero, wifi, un restaurante, un almacén y hasta dos playitas de arena volcánica.

Aldana y su carpa en el Parque Nacional Lanín antes de partir rumbo a Bariloche. @porlatierrayelmar

Armé la carpa y unos minutos después conocí a tres mujeres maravillosas que estaban de paso, habían entrado para comer algo a la parrilla y me invitaron. Como soy vegetariana, me llevé galletas, queso y me hicieron tomatito a la parrilla. El rocío comenzó a caer y el frío a hacerse sentir. Así que metida en la bolsa de dormir me tomé un té calentito y acá estoy».


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