Degustar delicias de Bariloche a pie

Una caminata guiada introduce a los turistas en los sabores típicos de la ciudad, en un recorrido de dos horas por quince cuadras céntricas que despierta todos los sentidos. ¿Nos acompañás?

Nueve escalas y mucho sabor. Con la premisa de enaltecer y dar a conocer los productos regionales, Diego Bonardi ofrece paseos guiados a pie para conocer los secretos de los sabores patagónicos que son marca registrada en el mundo.

Replicando la modalidad de walking-tours que existen en las principales ciudades del mundo, donde los turistas optan por un paseo caminando, este guía de turismo lleva a los visitantes a descubrir los “Sabores de Bariloche” en una caminata de degustación de comidas y delicias regionales por el transcurso de dos horas y en un radio de quince cuadras.

El tour se realiza los martes y viernes en dos horarios, a las 11 y a las 18, y no tiene ninguna exigencia física porque sólo se transita a pie por calles céntricas, con escaso desnivel. La propuesta es llegar abiertos para descubrir sabores y también con apetito porque al finalizar el recorrido se evidencia que la degustación es abundante con ahumados, productos a base de rosa mosqueta, carnes regionales, embutidos, quesos, cervezas, vinos patagónicos, helados y chocolates.

El paseo, similar a un menú en pasos, tiene nueve estaciones, cada una con un sabor. El punto de encuentro –como en el resto de los paseos caminando que ofrece Diego– es la Oficina de Informes Turísticos del Centro Cívico y, a medida que se avanza, surgen las explicaciones y los detalles que hacen motivadora la caminata. Diego invita a los visitantes a identificar –antes de salir a la calle– la fauna nativa y la introducida, así como los frutos que identifican a la Patagonia. El objetivo es conocer si los sabores que se referencian con Bariloche son propios. La respuesta se va revelando a medida que se avanza por las estaciones, pero hay que hacer el paseo completo para saberlo.

Las nueve paradas

1. Hija de pioneros en ahumados, Karina Weiss sigue la tradición familiar iniciada hace 40 años con carnes, pescados y quesos ahumados. Los orígenes en Bariloche están vinculados a algo casual y natural: el padre de Karina, siendo conserje de un hotel, comenzó a realizar ahumados en pescados a pedido de la propietaria del establecimiento y también de huéspedes. Sus conocimiento venían de Austria, donde sus antepasados se dedicaban a ahumar carnes.

El proceso del ahumado se puede ver sólo en la fábrica ubicada en la península San Pedro, pero en este paseo guiado se llega al local de la calle Mitre para conocer la historia y degustar trucha ahumada, patés y quesos, toda una delicia para comenzar.

2. La rosa mosqueta crece de manera natural y silvestre y tiene un gran abanico de propiedades. En el local del Paseo de la Catedral de Ambar, Miriam Arenas recibe al contingente y cuenta cómo se extrae el aceite y cuáles son las propiedades de la rosa mosqueta. La degustación invita a probar un té, suave dulzón, con unos pequeños muffins de harina también de rosa mosqueta, una innovación y creación barilochense que está en plena expansión.

Un aperitivo, antes de seguir a la próxima parada, es con un licor de rosa mosqueta que producen en la fábrica La Scala que tiene base en Dina Huapi.

3. La empanada no es un producto que se asocie directamente a Bariloche, pero sí es una tradición argentina y su toque patagónico está en el relleno. La tercera escala invita a degustar unas sabrosas empanadas bien regionales en Punto Empanada, en la calle Palacios. Las de cordero, de trucha al roquefort, de ciervo o de hongos “vuelven locos a los turistas”, asegura Sabrina que cuenta que se focalizan en ofrecer un producto de calidad y, aunque no tienen salón para comer en el lugar, se explota el concepto “take away” (para llevar).

4. La cerveza artesanal no puede estar ausente en un paseo que transita los sabores de Bariloche. Se convirtió en los últimos años en una referencia de la ciudad con unas treinta cervecerías artesanales.

La cuarta estación invita a conocer una tradición bien barilochense: la cerveza Bachmann en su local céntrico de Quaglia y Elflein. Como novedad, ofrecen una serie especial de IPA con el lúpulo llamado Tehuelche-Mapuche, que se produce en El Bolsón. “A medida que el paladar se refina tiene otra valoración el lúpulo propio. Al turista lo atrapa, le llama la atención”, contó Hernán Llanes.

5. El cordero es una de las carnes que se busca en Bariloche si se llega como turista. El más tradicional plato es el cordero al asador, pero en esta ocasión la quinta parada invita a probar un cordero grillado con una salsa criolla en un entorno íntimo, sentados en sillones junto a la cava del restaurante Familia de Caso, ubicado en la calle España a pocos metros del Monolito.

Este es punto medio de la caminata guiada, con una pausa más prolongada en la estación y con la degustación de sabores intensos.

6. En Bariloche no se produce vino pero sí en el Alto Valle y la zona de Neuquén, por eso también los turistas tienen en este itinerario un paso de degustación de un vino rionegrino –en este caso un Pinot Noir de General Roca– maridado con un salame de ciervo, provola ahumada y panes artesanales con oliva.

La propuesta de la sexta parada está en la calle San Martín, en una fusión comercial de Patagonia Vinos y La Quesería, que comparten el local y combinan a la perfección sus productos en este stop del paseo que cuenta con la explicación de un sommelier.

7. Los sabores regionales en helado son parte del atractivo gastronómico y no hay que esperar el verano para probarlos.

La estación del postre de este tour comienza con Helados Jauja, donde los sabores regionales son los destacados. Se ofrece pasar por cuatro sabores con un toque regional: Amerisqueta (crema americana con rosa mosqueta), Mousse Piltri (una fusión de dulce de leche con almendras caramelizadas), Boysenberry (frambuesa y mora) y el clásico de la casa: Chocolate profundo. La carta es amplia y en verano se suman el calafate y el maqui, dos frutos bien patagónicos.

8. Si se mencionan la frambuesa y al chocolate, los que son habitué de Bariloche saben que esa fusión es la estrella de la chocolatería Rapa Nui y forma parte de la degustación de la octava parada de este tour.

El “franui” es una frambuesa natural de El Bolsón, bañada en una fina capa de chocolate blanco y luego chocolate de leche. Hay una segunda opción con chocolate amargo. El sabor es sublime.

9. La última estación también es dulce y con sabor a chocolate. El final de la travesía caminada y luego de dos horas de recorrer el centro llega a la esquina más linda de la calle Mitre: Mamushka. Esta chocolatería es una tradición en la ciudad y referencia para los visitantes. Su propuesta es producir el chocolate desde el origen, para lo que trae el cacao directamente desde sus plantaciones en Centro América o países de América del Sur.

Los walking tours o caminatas guiadas son una forma de conocer las ciudades mediante recorridos grupales a pie acompañados de un guía de turismo.

Precio y horario

Fotos Alfredo Leiva

Datos

Los walking tours o caminatas guiadas son una forma de conocer las ciudades mediante recorridos grupales a pie acompañados de un guía de turismo.
$ 500
es el valor por persona de la caminata guiada “Sabores de Bariloche”. Se hace martes y viernes a las 11 y a las 18.

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