Experiencias nuevas al alcance de todos

La Capital Nacional del Turismo Aventura atrae a los viajeros que llegan en busca de contacto directo con la naturaleza. La ciudad ofrece una cantidad de variantes difícil de igualar.

Vivir la cercanía con el entorno natural de manera directa, sin margen alguno para las metáforas. Así podría definirse lo que buscan los visitantes que eligen el turismo de aventura, y que encuentran en Bariloche una cantidad de variantes difícil de igualar. La geografía que rodea a la ciudad garantiza, de por sí, escenarios ideales, ya que no faltan los relieves exigentes, el agua, los grandes árboles, la nieve, estaciones bien marcadas y un clima cambiante que se combinan para sumar desafíos.

En 2012 Bariloche fue declarada capital nacional del turismo de aventura, ya que es allí donde nacieron y se desarrollaron la mayor parte de las actividades incluidas en el rubro.

Desde entonces esa modalidad creció sin pausa y demostró tener dinámica propia, con una usina de propuestas que se renueva cada temporada, en abierto contraste con el turismo tradicional o “contemplativo”, que ofrece desde hace décadas las mismas excursiones.

El turismo de aventura pasó a ser un componente clave en la oferta de Bariloche y la única limitación objetiva que encuentran los prestadores son las regulaciones y condiciones para la habilitación. En muchos casos las normativas corren detrás de la aparición de nuevas actividades, y también la superposición de organismos de control (Parques, Prefectura, provincia, municipio) conspira contra el desarrollo del sector.

La red de picadas y refugios que ofrece Bariloche es de las más importantes del país y es un emblema del turismo activo. Según Parques Nacionales, en 2017 tramitaron su permiso de trekking 21.276 personas y en lo que va de 2018 la cifra es de 14.315.

Los operadores aclaran que hay una cifra igual o mayor de gente que “camina la montaña” y no cumple con el registro.

Algo parecido ocurre con la “explosión” de las actividades acuáticas, que se multiplicaron con la oferta de kayaks, un botes semirrígidos y tablas de stand up paddle, sumada a la cantidad y accesibilidad de los espejos de agua que rodean a Bariloche.

Además hay clásicos que todo el tiempo ofrecen nuevas opciones y circuitos, como las cabalgatas, el canopy, el rafting y las “flotadas”.

Los fanáticos de la escalada también tienen en Bariloche rincones incomparables. Los buenos vientos son una garantía para disfrutar del wind surf y el kite surf. La transparencia de los lagos tienta a los amantes del buceo y los ríos de montaña brindan los mejores escenarios para el canyoning y el kayakismo de aguas blancas.

Otra actividad muy demandada es el ciclismo de montaña y entre las más sofisticadas aparecen el parapente.

En la categoría “turismo de aventura” entran también las que tienen sus temporadas bien marcadas, como la pesca y el esquí, en todas sus variantes.

El presidente de la Asociación de Turismo Activo de la Patagonia, Martín Raffo, dijo que Bariloche no sólo es la “capital” por una declaración formal sino también porque esta ciudad y el parque nacional Nahuel Huapi son “el destino nacional que más mueve” en este rubro. Calculó que no menos de un 70% de los viajeros que llegan a la ciudad realizan al menos una salida de turismo activo. El presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, Felipe Orticelli, destacó que “cada vez hay más productos” de turismo de aventura “y con esta fluctuación del dólar el liderazgo de la ciudad se va a favorecer. Bariloche se transforma en más accesible para el extranjero”.

El subsecretario de Turismo de Río Negro, Joaquín Escardó, también destacó que el turismo de aventura “es una tendencia en crecimiento” y demanda “mejores infraestructuras”. Dijo que el cambio de tendencia es cada vez más acentuado, ya que la gente busca otro tipo de experiencias en sus viajes y “se pasó de lo contemplativo a lo vivencial”.

En números

Cabalgatas. Una experiencia inolvidable. Aquí, en el camping Los Baqueanos.
Marcelo Martínez

A remar parados (o arrodillados): SUP en el lago Gutiérrez.
Marcelo Martínez

Trekking en las alturas. Y la vistas de Bariloche desde las cercanías del refugio López.
Marcelo Martínez

Trekking en las alturas II. Aquí, desde el refugio Jakob.
Marcelo Martínez

Ofertas múltiples

Cada vez se ofrecen más productos. El valor del dólar hace pensar a los operadores que más extranjeros llegarán en busca de esas opciones.

Datos

70%
7 de cada 10 viajeros que arriban a Bariloche hacen al menos una salida de turismo activo.
21.276
personas tramitaron su permiso de trekking en el 2017. En lo que va del 2018 la cifra es de 14.315.
La cantidad de opciones que tiene Bariloche en turismo de aventura es enorme y varía según la época del año.
En la agencia Bastión Travel, por ejemplo, la oferta de invierno incluye canopy, kayak, flotadas en el río Limay, caminatas a la laguna congelada de Challhuaco (2.800 pesos) o esquí nórdico en Catedral (1.800 pesos).
La agencia Escenario Sur brinda opciones parecidas, con nombres que de por sí definen el perfil de los “productos”, por ejemplo “Nieve al límite”, “Vivencias” o “Extremo encantado”.
Los precios son algo más altos que en las excursiones tradicionales y arrancan en los 1.250 pesos para el canopy o 1.750 para una cabalgata de medio día, con almuerzo.
Una caminata guiada con raquetas de nieve y almuerzo incluido cuesta 2.800 pesos.
Pero también hay descuentos para menores y “liberados” por grupos, que superen las ocho personas.
Cada vez se ofrecen más productos. El valor del dólar hace pensar a los operadores que más extranjeros llegarán en busca de esas opciones.

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