Weretilneck: en el tema frutícola “no fracasé, sí hago una autocrítica”
Admite, sin embargo, que su gestión no logró armonizar las diferencias entre sectores . “Tenemos un problema de calidad, pero también de costos”.
El gobernador Alberto Weretilneck cree que la crisis en el complejo frutícola de los valles del río Negro no obedece a la presión fiscal ni al atraso en el tipo de cambio, sino a la falta de consensos entre los actores públicos y privados en torno de una política de modernización que signifique calidad y reducción de costos.
El mandatario ratificó que los serios problemas de la fruticultura son una asignatura pendiente en su gestión, pero no un fracaso. Sin embargo, la fría estadística que muestra la actividad da cuenta de una fuerte aceleración de la crisis en estos últimos siete años.
Weretilneck respondió brevemente las preguntas de “Río Negro” en Bariloche, poco antes del acto de entrega de microcréditos para emprendimientos productivos.
P- ¿Por qué fue un fracaso su política en materia frutícola?
R -Yo dije que era una asignatura pendiente. Y que lo que no habíamos logrado es llevar adelante un mecanismo de consenso entre el Estado nacional, el Estado provincial, los empresarios, los pequeños y medianos productores, y los trabajadores para un programa frutícola integral, que lo tenemos: es el “libro blanco” pero lamentablemente no logramos que sea aceptado por todas las partes.
P- ¿Y cuál sería la solución para esta crisis terminal?
R- Si hay una actividad que tiene un tipo de cambio como el que tiene hoy, una actividad que no está pagando contribuciones ni aportes hace tres años al Estado nacional, una actividad que no paga impuestos provinciales porque está exenta de Ingresos Brutos; si esa actividad no tiene rentabilidad, el problema no son únicamente las condiciones fiscales o impositivas. Evidentemente hay otros inconvenientes. Por eso hay que analizar nuevamente el diagnóstico que figura en el “Libro Blanco” y a partir de ahí buscar el financiamiento para las medidas que hacen falta.
P- ¿Concretamente, cuáles son las medidas que hacen falta, más allá de la reconversión de las chacras?
R- La reconversión varietal es una de las medidas, pero después está el proceso de modernización, desde las plataformas de cosecha y de poda, los sistemas de mallas antigranizo y antisoleado, los nuevos sistemas de riego con mejor eficiencia, pasando por la modificación de las plantas de empaque, la modernización de la industria frigorífica. Tenemos un problema de calidad, pero también un problema de costos.
P- ¿Y entonces…?
R- Hay que encarar un proceso de modernización para llegar a lo que puede ser Chile o puede ser Europa o Sudáfrica. Pero ponernos de acuerdo en qué fruticultura queremos, de qué manera la haríamos y con qué financiamiento, es lo que no logramos. Y lo planteo como una autocrítica, no como un fracaso. De hecho, las empresas que tienen financiamiento están implementando lo que nosotros escribimos en el “libro blanco”.
La gobernadora electa, Arabela Carreras, no quiso hablar de políticas frutícolas “para no entorpecer a la actual gestión, que tiene todavía siete meses por delante”.
“Río Negro” quería escuchar el pensamiento y las acciones que implementará la próxima mandataria frente a la devastación del sector.
Carreras se excusó: “No corresponde adelantarse cuando, todavía y por varios meses, hay funcionarios a cargo de esa responsabilidad”. Afirmó que está “formando equipos y analizando temáticas”, y que no tendrá inconvenientes de dialogar en su momento.
El gobernador Alberto Weretilneck cree que la crisis en el complejo frutícola de los valles del río Negro no obedece a la presión fiscal ni al atraso en el tipo de cambio, sino a la falta de consensos entre los actores públicos y privados en torno de una política de modernización que signifique calidad y reducción de costos.
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