Compartimos lo mejor de la fiesta del morfi más grande del país
Visito Masticar desde sus inicios. He visto la evolución que ha tenido y porque vale la pena siempre recorrerla y esperarla.
Compartimos lo mejor de la fiesta del morfi más grande del país
Feria Masticar, recorrida en su totalidad durante tres días. El resultado en esta nota.
Llegar a una de las ferias más importantes del país es sin lugar a dudas un juego extraordinario, no solo de alimentación y ejercicio al codo cada vez que entra un bocado, sino de aprender sobre el maravilloso mundo de las personas, el trabajo y la cocina, que en este sitio tiene todos los condimentos para irse superando cada vez más.
De jueves a domingo, en todas sus ediciones Masticar propone una lógica y una dinámica que han ido mutando a lo largo del tiempo.
Prueba y error, ensayos comprometidos y superación la han transformado en la feria por excelencia de un país que tiene un potencial enorme en cuanto a productos, proyectos, cocineros y productores que llegan desde diferentes puntos y le dan el pulso necesario a una máquina que no para durante esos días de apertura.
Alrededor de 150 mil personas pasaron por la feria en el barrio de Colegiales, pegado al mercado El Dorrego el pasado fin de semana. Es sabido que el primer día obviamente la cantidad de gente no es la misma que el domingo. Dato útil si pensás visitar las próximas ediciones: tratá de concurrir el primer día, ya que podrás disfrutar con más espacio y menos tiempo de espera la feria, luego con el fin de semana obviamente la concurrencia explota.
Este año se incorporó el taller de oficios, una muy buena propuesta para conectar a los productores, cocineros, productos y consumidores de una manera muy pedagógica y sencilla. Te podías ubicar en pupitres de escuela y escuchar a reconocidos cocineros y productores debatir sobre fermentación, cerveza, quesos, gins, helados, picantes, miel.
Otro de los hitos y que realmente conmueve es el mercado de productores de todo el país. Realmente es un zoom a lo que se produce silenciosamente muchas veces y resalta la calidad de quesos, dulces, aromáticas, aceites, embutidos, sales, frutas, verduras, azafrán, harinas, mostazas, etc.
Barras de tragos, patio cervecero y algunas pocas bodegas.
Obviamente la fiesta del morfi está animada por innumerables puestos de comida más de 40, que permiten en 3 opciones de menú (60, 80 y 100 pesos) elegir e ir probando de mucha de la mejor oferta gastronómica de los restaurantes de Buenos Aires y cocineros de todo el país.
Mis preferidos:
Conejo con mostarda de peras y pickles de hinojos, Dolli Irigoyen
Terrina de Ciervo, Chutney de membrillos y pan artesano, China Müller
Gravlax de Trucha, Pablo Buzzo
Chipa taco con carne desmechada, hogao y mayonesa de cilantro de ILatina
Taco al Pastor de Búfalo, Fernando Rivarola, El Baqueano
Lasagna de Italpast
Sándwich de Chinchulín de cordero, hojas de alcaparra, tomate y lechuga capuchina de Elena.
El mercado de productores tuvo cosas increíbles. Los aceites de Zuccardi, la sal de aquí de Martin Moroni, los quesos de Mauricio Couly y un montón más.
El acceso a la feria fue en esta ocasión por Zapiola y Matienzo, el sistema de billetes sigue siendo el mismo con la chequera.
Bien los baños y la limpieza. Mal la gente que ocupa sillas con sus objetos mientras otros tantos deambulan con la comida y bebida buscando un lugar donde dejar el cuerpo por un rato y sentarse a comer.
Los primeros días nublado, luego salió el sol.
Pasó una nueva edición de Masticar y eso es realmente muy bueno.
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