Dónde comer rico sin morir en el intento, en Villa La Angostura

Una escapada de fin de semana para conocer algunos lugares donde la gastronomía es un gran placer. Recomendaciones.

Ensalada en Tinto Bistró.

Llueve. El cielo se abre, aparece un arcoiris, se nubla, llueve, sale el sol y explota todo, se cierra nuevamente el cielo. De gris a celeste, de violeta a naranja.

Así es una de las ciudades más bonitas de Argentina, así de vez en cuando es Villa La Angostura.

Escapada, fin de semana. Plan ideal para reseñar algunos sitios de cocina de la ciudad que respira su temporada baja, pero que mantiene el fuego encendido en algunos rincones.

El centro de operaciones fue la flamante hostería Huenú, en el punto más alto de Bahía Manzano. Ideal para descolgar de todo. Súper cómoda, tranquila, con un estilo muy moderno en su diseño. Escribo estas líneas en la sala de lectura y la calma es infinita. No hay teléfonos, bocinas, frenadas, sirenas, no hay sonido perturbador, solo el bosque y una vista certera a la naturaleza.

Entrar y salir. Conocer por primera vez y reconfirmar los lugares visitados allá lejos y hace tiempo. Ahí van mis recomendados por esta vuelta en La Angostura

“Belisario”

Hace un año y medio que existe este restaurante en la avenida principal de la villa. Llegué allí de casualidad, buscando un sitio donde almorzar. Alguien dijo que era “el” lugar para ese plan. Afuera amenazaba una garúa en transformarse en otra cosa. Encaré hacia el boliche en cuestión. Funciona atravesando un pasillo abierto ancho a unos diez metros de la vereda. Un salón único con pocos buenos vinos y una biblioteca de cocina ideal para chusmear mientras se pasan las horas. Un dato interesante es que la cocina está abierta desde el mediodía hasta la medianoche.

Buena carta con promos o platos del día con precios acordes. Comí una trucha con puré de coliflor increíble, manteca de eneldo, brotes de soja y una milhojas de remolacha perfecta.

Salón de unos 40 cubiertos. Se nota la mano dedicada en la cocina. Se recomiendan las mollejas doradas con miel y entre otras cosas las pastas.

Tinto Bistró por dentro.

“Tinto Bistró”

Uno de los sitios que mantiene el nivel de cocina desde sus inicios. Si bien se mudó hace un año y monedas, la nueva locación no puede más de bonita. Conserva su espíritu de madera y elegancia, transformándolo en una nave maravillosa que flota sobre un mar de cocina increíble. Fusión absoluta, su chispa mantiene el fuego que los ha caracterizado siempre. Cocina asiática, italiana, española, latina y argentina.

La cava del restaurante es una de las más lindas que vi. Un tonel de 60 mil litros, original de bodega Humberto Canale con estantes donde se pueden encontrar cientos de etiquetas increíbles. Gran trabajo del equipo y un enorme aporte de servicio a la agenda gastronómica de la ciudad. Me di una panzada de ensaladas. Recomiendo queso brie tibio con chutney de frutos rojos y aceto con rúcula, lechuga, nuts y cebollas asadas.

Otra increíblemente deliciosa es la que lleva jamón crudo, alcauciles, oliva, rúcula, parmesano y aderezo de tomate.

Los platos cojudos forman parte de una lista de imperdibles como flor de pesto (bucatini, zuchini, berenjena, cebolla morada y boconccini), Red Hot Chili Prawns, (langostinos en salsa de tomates agridulce y picante con arroz y verde) súper hot.

Tomé un Escorihuela Gascón Syrah, nunca falla. Los postres son todos buenos. El clásico cambia todas las semanas, te puede tocar un flan de la casa. Los fijos explotan y se mantienen: Nina´s Secret, coco y piña, La Tota y La Flaca.

Gracias al cielo que existe Tinto.

Restaurante Hotel Correntoso

No solo tiene una de las mejores vistas de la Patagonia sino que su cocina está en un nivel muy interesante. Probé parte de su menú de pasos, reducido por estar cerca del cierre de temporada. Una verdadera fiesta de sabor con un manejo de la sutileza llamativo de la mano de su chef Emanuel De Mendoca.

Croquetas de mozarela con crema de puerro y panceta, en simultaneo una sopa de kabuto asada, cremosa y con un sabor muy marcado. Una linda charla con su Maître Gastón Cofre me da la pauta que la trucha y el cordero son los productos regionales que más presencia tienen en la carta y que los únicos platos que no rotan son el marquise de chocolate y los capeletis rellenos de trucha. Los postres son un canto a la vida, sobre todo el pudín con crema de maracuyá y frutos rojos.

El servicio de té sigue siendo un clásico y quizá uno de los más recomendables en este hotel reinaugurado hace 15 años pero con una historia de más de 100. Conocí la cava, subterránea, donde descansan parte de las etiquetas que figuran en carta y realmente es muy linda y correcta. Vale decir que su segundo restaurante, Puerto Correntoso a orillas del lago permanece cerrado hasta que se habilite la temporada y es un lugar extraordinario.

Hasta aquí mi recorrida en Villa, es hora de volver a la ruta.

En líneas generales y con un paso fugaz estas son mis recomendaciones de momento.

Hasta pronto.

Info:

Belisario: Av Arrayanes 87 – 0294 482-5300

Tinto Bistró: Av Arrayanes 305 – 0294 449-4924

Correntoso: Av. Siete Lagos 4505

Hostería Huenú: Las Hortensias 205, Puerto Manzano


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