El caso Patagonia

La cuestión ambiental que rodea al crecimiento de la actividad cervecera demandó por primera vez la intervención de la Justicia cuando la organización Árbol de Pie denunció el año pasado los incumplimientos detectados en la fábrica montada por Maltería y Cervecería Quilmes en Circuito Chico para producir su marca artesanal Patagonia.

En diciembre un primer fallo de la Cámara Civil de esta ciudad ordenó frenar la producción y el caso llegó hasta el Superior Tribunal de Justicia, que hace pocos días resolvió ratificar la sentencia de primera instancia que restringe la producción diaria a no más de 800 litros y prohibe “derramar efluentes sobre el suelo”.

El subsecretario de Medio Ambiente municipal, Carlos Beros, aseguró que la planta depuradora instalada por esa empresa en Circuito Chico es “de última tecnología”. Pero la justicia objetó que no se haya cumplido en todo con la ley ambiental, que exigía la realización de una audiencia pública y el dictado de una “resolución ambiental” del intendente que autorice a iniciar la producción.

Beros dijo que la cantidad de agua que toma la planta del lago Moreno –24.000 litros/día– “es menor a la empleada para riego” por otros propietarios de esa zona.

Desde el municipio señalaron que otras plantas cerveceras de importante tamaño construidas con anterioridad, por ejemplo la de Berlina en Colonia Suiza, no encontraron las mismas trabas.


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