“Un aniversario aciago”

Pareciera que sucedió no hace mucho tiempo por lo vívido que quedó en mi memoria, pero fue el 16 de junio de 1955.

Serían algo más de las 10:30 de la mañana y me hallaba almorzando frugalmente pues a las 11:45 debía presentarme a mi destino en la Comisaría 21ª de la por entonces Capital Federal, cuando fui sorprendido por extraordinario bramido de motores que hacían vibrar las ventanas y las puertas de nuestro departamento. Ascendí rápidamente por una escalera exterior hasta la terraza y observé al menos dos aviones a muy baja altura que avanzaban lentamente atronando con sus hélices en paso bajo.

Eran sin duda anfibios probablemente PBY 22 Catalina, quizás de la Marina de respetable porte, un ancla pintada en negro sobre sus colas y compuertas abiertas en sus panzas. Bajé a continuar con mi almuerzo comentada mi extrañeza a mi madre, cuando al cabo de unos minutos fuimos sorprendidos por extraordinarios estampidos irregulares, que parecieron muy cercanos pero que posteriormente comprobé que sucedieron a más de 7 kilómetros y que se trató de bombas de aviación.

Habíamos sido lejanos testigos de un lamentable y luctuoso capítulo de nuestra historia, el “Bombardeo de la Plaza de Mayo”, realizado con la intención de eliminar al entonces presidente de la Nación. Las víctimas fueron muy numerosas, especialmente por el horario, ya que el transporte público estaba abarrotado por empleados bancarios que concurrían a la city de la calle San Martín masivamente, pues los bancos en ese entonces abrían sus puertas de 12 a 15 y el personal debía presentarse a las 11.

Recuerdo haber visto la fotografía en el diario “Noticias gráficas” de un trolebús (microómnibus impulsados eléctricamente) del cual sólo quedaba su chasis y las cuatro campanas de frenos, todo lo demás había sido volatilizado por un impacto directo, sólo aplicable si recordamos que esos vehículos de transporte público eran casi totalmente de aluminio.

Para concluir, una cita y una reflexión. La cita: me extrañé al leer por internet un informe de la época en lenguaje PDF (probable reproducción de original) con el rótulo Ejército Argentino, en el que se detalla que la incursión aérea se inició pasadas las 12:30 y mencionan aviones Gloster Meteor (se observa uno de ellos en el aeropuerto de Neuquén) que sólo pertenecían a la Fuerza Aérea. No leí todo el extenso informe pero me impactó desagradablemente la imprecisión en el horario del comienzo de las acciones (casi dos horas de diferencia).

La reflexión: es lamentable sorprender en lo que se supone es un “informe oficial” semejante falencias. Y hasta me arriesgaría a opinar que hubo una “si es no es” intención de deslindar responsabilidades de una rama militar hacia otra tras comprender claramente los alcances y la brutalidad de la lamentable decisión planeada.

Sólo discurro… “Cuáles otras atrocidades o arbitrariedades se habrán ocultado o se ocultan en diversas páginas de nuestra historia con el único fin de salvar ‘pseudos prestigios’”.

Agrego: tampoco leí o escuché párrafo alguno en cuanto a que “toda la Plaza de Mayo” quedó cerrada con una valla de madera de más de dos metros de altura y todos los edificios cuyas fachadas abrían hacia ella tuvieron sus ventanas tapadas con el mismo material, ante la eventualidad de un estallido de una bomba con espoleta de retardo aún enterrada.

Corroborando lo que afirmo, declaro que yo mismo estuve de “servicio” con uniforme de agente de la Policía Federal desviando el tránsito en Perú y avenida de Mayo para que avanzara por Florida hacia el noreste evitando circunvalar la plaza con los peligros eventuales y su reconstrucción.

Carlos Alejandro Nagel

DNI 4.164.880

“Corroborando lo que afirmo, declaro que yo mismo estuve de ‘servicio’ con uniforme de agente de la

Policía Federal desviando el tránsito

en Perú y avenida

de Mayo”.

Carlos Alejandro Seguel

DNI 4.164.880

Carlos Alejandro Nagel

DNI 4.164.880