El dólar y el reloj

El tiempo transcurre sin que lo advirtamos, determinando circunstancias inevitables. El atraso cambiario en la Argentina resulta evidente, pero se sujeta en orden a un modelo económico ya conocido.

La ecuación es simple: exceso de dólares por exportaciones, algo del blanqueo –la entrada de divisas es mucho menor a los montos nominales que se anuncian– y sobre todo endeudamiento externo (ver nuestro comentario del 2/2/17). Las reservas de dólares que aumentan en el Banco Central son principalmente el resultado de depósitos coyunturales de inversores financieros que ingresan los dólares y se transforman a pesos para inversión financiera (Lebac y otros bonos), quedan en el Central y son retirados cuando se decide “salir de los pesos” y volver a comprar más dólares –la ganancia– fruto de la altas tasas en pesos: más pesos compran más dólares baratos de los que se vendieron cuando esos dólares entraron al país y quedaron en el Banco Central que los cambió por pesos. Desde que asumiera el actual gobierno, la cantidad de Lebac (deuda del Estado en pesos) aumentó un 57 %.

Es decir, casi 43.000 millones de dólares que compran pesos especulan con la tasa de interés de nuestra moneda (ganancia del 20% anual en dólares, única para un país en desarrollo) y vuelven a comprar dólares para sacarlos libremente de la Argentina sin límite de tiempo alguno.

Le pregunto a usted estimado lector: si tiene pesos para levantar una fábrica o comprar una máquina, ¿los invierte o compra Lebac para después comprar dólares?

Sencillo pero poco explicado, o explicado también bajo la superficialidad de que las reservas del BCRA son altas, omitiendo el proceso de deterioro productivo que enfrenta la Argentina. Ese deterioro también es fiscal, el aumento de deuda obliga a pagar más intereses que salen del presupuesto anual: deuda en dólares para activar el proceso, no deuda en pesos.

En enero de 2017 la compra de dólares billete, lo que antes se denominaba dólar ahorro, creció 74% (fuente BCRA), subió de 1.474 millones en enero de 2016 a 2.556 millones en enero de este año.

¿Quién compró? Grandes operadores que sacan dólares del país o especulan con tasas de interés altas que lo único que hacen es bajar la actividad económica, con el pretexto de disminuir la inflación. El dólar está bien quieto y barato, hasta un señor dueño de una panadería lo sabe (los argentinos somos bastantes expertos en el tema); seguirá un tiempo así.

La página web del BCRA nos informa que en diciembre del 2016 la fuga de capitales devoró todo el ingreso de divisas por el blanqueo de capitales y una parte sustancial de la nueva deuda que se está tomando sin control parlamentario alguno. Los inversores siguen aumentando la dolarización de sus carteras, ¿por qué sucede esto si la estabilidad cambiaria está asegurada? Será que “los inversores” no advierten la estabilidad política de la gestión o “el fin de la recesión” que anunciara irresponsablemente el ministro de Economía.

Tanto el BCRA y el ministro de Economía celebran esta situación, se trata para ellos de la “especulación estabilizadora”, en tanto la demanda de dólares es arbitrada en su precio justo por una oferta en aumento, llegando al valor de equilibrio que evita un aumento del tipo de cambio. Sabemos los argentinos cómo han terminados los (varios) procesos de especulación financiera que hemos padecido.

La fuga de capitales no es sólo producto de la salida de dólares del país por grandes empresas y operadores financieros, sino también la compra para el ahorro y los gastos de turismo, que durante el 2016 utilizó casi 10.000 millones.

La deuda está generando una apreciación nominal del peso que ya se consolida en los valores más bajos desde noviembre del 2016. La decisión política del gobierno es clara: afrontar el déficit fiscal en base a endeudamiento, principalmente externo; y por cierto dejar que las importaciones a un dólar barato sean el freno de los precios para combatir la inflación… ¿Qué harán los industriales –medianos y grandes, los chicos afrontan una crisis evidente– cuando la pérdidas se transformen en insoportables para su continuidad económica?

Por otro lado a partir de este mes veremos un aumento estacional del ingreso de divisas por liquidación de exportaciones agrícolas y por ende la abundancia de dólares va a seguir a lo largo del año, manteniendo achatado el valor de aquél. La perspectiva de devaluación será entonces poselectoral: el resultado de las elecciones, unido a las crecientes presiones de los sectores productivos y exportadores.

Por otro lado el FMI, nuestro “pater familia” que tanto acierta y ayuda en sus consejos y predicciones económicas, acaba de ajustar las proyecciones de crecimiento de la Argentina: revisión a la baja: 2,2 %. El presupuesto elaborado por el gobierno nacional lo estimó en 3,5%. El reloj marcha sin cesar, repitiendo un tiempo conocido.

*Abogado, docente de grado y posgrado Facultad de Economía la UNC

Casi 43.000 millones de dólares que compran pesos especulan con la tasa de interés de nuestra moneda y vuelven a comprar dólares para sacarlos de la Argentina.

La perspectiva de devaluación será poselectoral: el resultado de las elecciones, unido a las crecientes presiones de los sectores productivos y exportadores.

Datos

Casi 43.000 millones de dólares que compran pesos especulan con la tasa de interés de nuestra moneda y vuelven a comprar dólares para sacarlos de la Argentina.
La perspectiva de devaluación será poselectoral: el resultado de las elecciones, unido a las crecientes presiones de los sectores productivos y exportadores.

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