“Moacir III”: la historia de encierro y libertad llega a su fin

Moacir Dos Santos es un cantautor brasileño que disfruta de su libertad luego de haber vivido durante años en el hospital psiquiátrico Borda. Ejemplo de fortaleza, el protagonista, irá tras el sueño de filmar su película.

“Así, de la mano del director Tomás Lipgot el cine inunda la pantalla, en la cual Moacir representará sus fantasías y sus miedos en un acto de sanación audiovisual”, cuenta la presentación del último largometraje del cineasta neuquino.

Y agrega: “Moacir III traspasa la locura, convirtiéndose en una experiencia cinematográfica repleta de música y emociones”.

Lo cierto es que Moacir migra hacia desde su Brasil natal a Buenos Aires allá por el año 1982 persiguiendo su sueño: triunfar como cantante en la tierra de Carlos Gardel.

Pero termina internado en el hospital psiquiátrico Borda con diagnóstico de esquizofrenia paranoide.

Es allí donde Lipgot, que nació en Neuquén pero se formó y radicó en Buenos Aires, lo conoce y lo retrata, primero en el documental “Fortalezas” (2010) y luego en “Moacir” (2011), películas que junto con “Moacir III” conforman lo que el cineasta denominó “Trilogía de la libertad”.

“Es una saga que vengo haciendo con este personaje que termina con esta película. La primera es ‘Fortalezas’ (2010) que es un documental en el que estuve en muchos lugares de encierro y él era uno de los tantos personajes, no era una película sobre él”, rememoró Lipgot.

Y siguió: “cuando estrenamos esta película, yo veo que el personaje funciona muy bien, que tiene mucha potencia y a la vez él se externa del Borda, se va por mérito propio, y yo encuentro unas canciones que él creía perdidas y todo eso hizo como meritorio lo que sería un spinoff, que es “Moacir”, la segunda película, que es la aventura de Moacir junto Sergio Pángaro grabando un disco”.

“Y ahora esta tercera que cierra la trilogía es un especie de propuesta bastante experimental, aunque es narrativa, en donde Moacir es una especie de codirector, donde hacemos escenas que él idea y que tienen que ver con sus fantasías, su miedos, su historia”, contó a la vez que aclaró: “es como más un delirio creativo”.

“Se mezclan en la película esas escenas que hacemos juntos y un ‘making of’ de ese proceso creativo, esas cosas están mezcladas de una forma bastante confusa, a propósito, donde vos no sabes qué es realidad, qué es ficción”, cerró sobre la idea base del filme.

P- ¿Cuál fue el desafío de grabar esta tercera película sobre Moacir?

R- La verdad es que no fue fácil cuando decidí hacerla porque tuve que pensar en hacer algo muy distinto de lo anterior, a la vez algo que no se pise y que sea autónomo. El que ve esta película no tiene que haber visto las anteriores y me parece que eso está logrado. Después si alguien tiene curiosidad puede buscarlas y verlas pero no es una continuación en la que tenés que haber visto obligatoriamente las anteriores.

P- ¿Finalmente qué te llevo a tomar la decisión de grabarla?

R- Con Moacir tengo un vínculo personal más allá de las películas. Hace ya más de 12 años que trabajamos juntos, siempre lo veo, estoy con él, y me pareció interesante esta faceta suya. Veo su evolución en la vida cotidiana y me pareció que podíamos hacer una película nueva. También tuve ciertas sospechas en la película anterior donde él ya tenía unas ideas de puesta en escena y le gustaba dirigir. Entonces me agarré un poco de eso y nos lanzamos, pero fue un proceso de mucha incertidumbre porque es tan rara la película y tan rara la propuesta que hasta que no se terminó de montar yo no sabía como iba a quedar.

P- ¿Y cómo quedó?

R- Por suerte quedó bien. Yo estoy chocho porque creo que logré algo que venía buscando hace tiempo. Es una película muy divertida, con mucha emoción y además cierra una etapa, un ciclo de 12 años de trabajo juntos.

P- ¿Cómo es trabajar hombro a hombro con un personaje tan particular?

R- Hay actores que son peores. No tiene nada particular. Se ve en la película momentos en los que nos peleamos y discutimos, pero que son parte de todo proceso creativo. No fue un tema ese, fue un trabajo bastante fluido y muy conectado a lo creativo.

Ficha técnica de “Moacir III”

Dirección: Tomás Lipgot.

Guión: Moacir dos Santos y Tomás Lipgot.

Producción: Tomás Lipgot y Sergio Roizenblit.

Producción ejecutiva: Mauricio Mancovsky y Marina Puech Leão.

Elenco: Moacir dos Santos, Ruy Alonso, Tomás Lipgot, Sergio Pángaro, Noelia López, Dante Mancovsky, Damián Ubeda, Marisa Barcellos, Jenny Giménez.

Montaje: Bruno López.

Dirección de fotografía y Cámara: Javier Pistani.

Música: Moacir dos Santos y André Ricardo

Director de sonido: Hernán Severino.

Dirección de arte y Vestuario: Marcela Vilariño.

Administración: Teresa Ogas.

Maquillaje y peluquería: Laura Moreno.

Dirección de Producción: Marisa Reis.

¿Quién es Tomás Lipgot?

Es productor y director de cine, fundador de la productora Duermevela SRL, nacido en Neuquén en 1978.

Estudió en la Universidad del Cine y la Escuela de Música de Buenos Aires.

Dirigió ocho cortometrajes y los largometrajes “Casafuerte” (2004), “Fortalezas” (2010, con Christoph Behl), “Ricardo Becher, recta final” y “Moacir” (2011), “El árbol de la muralla” (2012) y “Vergüenza y Respeto” (2015). Todos sus trabajos participaron en más de 200 festivales de cine, obteniendo diversos premios y reconocimientos.

En la actualidad se encuentra trabajando en la película de animación “Gilgamesh” y en el documental “Yo dono rosas oro no doy (Palíndromos)”. Además está produciendo el documental “Marta Show” de Bruno Lopez y Malena Moffat y la ficción “Los elegidos” de Daniel Gimelberg.

La función estreno en Neuquén será mañana a las 21:30 en el Cine Teatro Español. Las entradas tienen un costo de 40 pesos.

También se verá lunes, martes y miércoles de la semana que viene, a las 20. El miércoles las entradas tendrán promoción de 2×1.

La opinión de Maia Debowicz, de Bafici

“Un equilibrio discursivo entre ficción y documental”, comienza señalando.

“Tomás Lipgot es mucho más que un documentalista: es un retratista de personajes. Así como Renoir lograba volumen en un rostro plano con un puñado de pinceladas, el cineasta construye la imagen y las fantasías enigmáticas de su musa a través del encuadre y los movimientos de cámara”, agrega.

Y cierra: “es el tercer cuadro audiovisual que Lipgot le dedica al cantante brasileño Moacir Dos Santos, quien disfruta de su libertad luego de haber vivido durante años en el hospital Borda.

La película refleja con ternura la potencia de tres vínculos muy diferentes: el de Moacir con su nueva vida, el de la ficción con el registro documental, y el del retratista con el retratado. Esa inmensa complicidad emotiva entre el protagonista y el director traspasa la pantalla”.

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