Disputa del zurdo y el dueño de la pelota

Panorama de Neuquén

La adhesión al presidente Mauricio Macri en la provincia levantó polvareda porque actualizó la desconfianza que se prodigan el gobernador Omar Gutiérrez y el intendente Horacio Quiroga. Hubo dos actos, uno frente al ministro del Interior Rogelio Frigerio y, otro, la apuesta a la reelección del mandatario desde San Martín de los Andes.

El ministro político del gobierno nacional en un acto en la zona de mayor densidad poblacional de la ciudad se vuelve un escenario más que atractivo para los protagonistas de la política provincial. En cuanto se enteró de que venía, Quiroga lo difundió bajo el paraguas de que iba a anunciar obras para regularizar asentamientos, uno de los problemas patológicos de la ciudad. Después se supo que, en realidad, la visita había sido organizada por Gutiérrez “hace más de un mes”, según aclararon sus colaboradores.

En una competencia de penales, el intendente se anotó un gol, blandiendo su capacidad comunicativa.

La adhesión del MPN al gobierno del Pro siempre es motivo de recelos entre los militantes del partido de Macri en Neuquén que vienen remándola desde hace más tiempo. Hay un componente de adaptabilidad cuyo protocolo fue inventado por el partido neuquino que retiene el poder en la provincia. “Cuando tuvimos que plantarnos, nos plantamos, en la época de Néstor (Kirchner)”, se atajó una fuente del partido sin desconocer que, más allá de todo, las regalías que ingresaban, en ese momento, alcanzaban y sobraban para pagar los sueldos de los empleados públicos. Hoy apenas cubren poco más de la mitad de los más de 20.000 millones de pesos. “Fue Omar el que invitó a Quiroga y a Pereyra, primero al almuerzo que fue en el Duam y después al acto en Toma Norte”, se indicó. Se dijo que fue una decisión del gobernador donde no intervino el protocolo nacional, más preocupado por cómo debía sacarse la foto para que el ministro se luciera “en la visita al sur”.

En la competencia, el tiro a favor fue de Gutiérrez.

Superada la instancia barrial, Quiroga se dispuso a marcar tarjeta en Cambiemos en una friendly city como es San Martín de los Andes. Como mensaje hacia adentro de los cuatro partidos que integran la coalición bautizó conducciones colectivas (él sabe que no funcionan, pero…). Después no tuvo empacho de dar una muestra de apoyo a Macri al indicar que el objetivo es ganar las elecciones del año que viene –se eligen tres diputados nacionales– porque eso implicará una base de partida para programar la reelección del presidente. La idea fuerza de Quiroga es que si el gobierno gana el año próximo tendrá expectativas de seguir, como ocurre en las primeras legislativas de los presidentes.

Desde la estrategia política, la pelota la ingresó Quiroga con un zurdazo dentro del arco con sus 62 a cuestas.

Gutiérrez, con sus recién cumplidos 49, está convencido de que cuando juega al truco con Quiroga, a solas, recibe señas que son equivocadas y que, cuando muestra las cartas públicamente, resulta que no le alcanzaban ni para el envido. Cuando lo recibió a Frigerio tenía la certeza de que el ministro no podía pernoctar en la provincia porque tenía que ir al cumpleaños de su madre. Un allegado aseguró que el diálogo entre ambos es casi a diario, por lo que la visita estaba lejos de las especulaciones políticas que se tejieron de todas formas. Es más, se había previsto en un principio una visita más larga para recorrer tres barrios y, luego, por la estrecha cantidad de minutos que iba a estar, después de la recorrida por Bariloche, se optó por los vecinos de la cancha de Maronese. Se aseguró que el viernes ya habían estado hablando otra vez, por lo que “mi cercanía con el poder no estaba en juego ese día, fue como un día más”, dicen que dijo el gobernador.

Y claro, de ser el artífice de la visita y administrar las cadencias, este tiro le fue favorable a Gutiérrez.

Ambos ahora juegan a la política de la foto que suben al Twitter. A veces gana uno de ellos, pero por minutos.

La apreciación que tienen los seguidores de Mauricio Macri en Neuquén choca con la cercanía que tejió el MPN en lo partidario y en lo institucional.

La visita del ministro del Interior y el lanzamiento de Cambiemos para posicionarse el año próximo, dos actos de una misma secuencia.