Miedo, impotencia y dolor de la testigo clave del doble femicidio

Estéfani no puede borrar de su mente la violenta escena que vivió en Las Ovejas. Ahora teme, porque Muñoz sigue libre.

“Abandono total de la Justicia, impotencia y dolor ” fueron los sentimientos que pudo expresar Estéfani De la Costa, única testigo presencial del atroz doble femicidio ocurrido en Las Ovejas, que le costó la vida a Carina Apablaza y su hija en la tarde del jueves. Ahora vive con miedo, ya que el agresor, Lorenzo Muñoz, sigue libre.

De la Costa relató a “Río Negro” que a las 13:10 salía del banco donde estaba haciendo un trámite y a corta distancia delante de ella caminaban Carina y su hija. Cuando tomaron una curva “comencé a escuchar gritos, por lo que apresuré el paso para ver lo que ocurría”, recordó.

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La escena fue aterradora. Estéfani relató que el homicida tomó a la nena de los pelos de frente a él “y al principio pensé que la golpeaba varias veces en la espalda, mientras su madre trataba de defenderla, pero luego veo que lo que tenía era un cuchillo”.

La testigo agregó que “creo que él la sostenía parada a la nena tomada de los pelos porque fueron muchas puñaladas, no sé si ya no estaba muerta” sostiene.

“La madre trataba de arrebatársela pero la furia descontrolada del hombre que la apuñalaba por la espalda se lo impedía, a punto tal que en un momento la nena cae al piso.

Lorenzo saca su brazo hacia atrás, arremete contra Carina y le clava el cuchillo por el costado del cuerpo”.

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En ese momento Muñoz la ve, sale corriendo y se pierde entre los pinos, mientras ella huye en sentido contrario, en busca de ayuda. Previamente, registró unos instantes de la escena en video con su celular buscando asustar al agresor, sin lograrlo.

La zona donde ocurrió es una calle amplia con mucha arboleda, por lo que se presume que Muñoz estaba agazapado esperándolas, a sabiendas de que iban a pasar por el lugar para dirigirse a la casa, que queda a unas tres cuadras del lugar del hecho.

Estéfani llegó a la casa de Laura Encina le relató lo sucedido y le pidió que llame a la policía. Luego fue hasta su vivienda pero, asustada, no durmió en toda la noche. A las 3 de la madrugada llamó a la Policía para pedir custodia pero se la negaron, argumentando que el móvil “sólo estaba para emergencias”, lo que aumentó la angustia por su seguridad, la de sus hijos de 3 y 8 años y la de sus padres.

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Alrededor de las 15, Estéfani fue a declarar a la Policía y cuando finalizó pidió que la acompañaran a su casa porque estaba muy asustada. Ayer por la tarde hubo un allanamiento en la casa del cuñado de Muñoz, que da al patio de la casa de la única testigo.

“Me siento culpable por no haber podido ayudar”, dijo la testigo que no logra olvidar el momento aterrador que presenció, en el temor por su familia y en su decepción con la Justicia.

Tres jóvenes

vieron el ataque

“No podemos creer el salvajismo con que actuó este hombre”; “fue totalmente inhumano e irracional” fueron las palabras de tres hombres testigos del doble femicidio.

Hugo, Javier y Mario son tres vecinos de Las Ovejas que aún tienen temor y si bien accedieron a ser entrevistados no quisieron fotos.

Dos de los jóvenes estaban trabajando en una obra a unos 100 metros de donde ocurrió el hecho. Javier escuchó gritos de mujeres y su instinto lo hizo salir corriendo. Bajó por la calle pero “al acercarme me di cuenta que nada podía hacer, creo que en dos minutos ejecutó el crimen”.

“Cuando llegué al lugar Muñoz se iba corriendo” y percibió otra persona corriendo en sentido contrario; era Estéfani de la Costa, la testigo principal que desde ayer tiene custodia.

La nena estaba en el piso y la madre hizo un intento de pararse y volvió a caer, relató Javier sin poder creer tanta violencia.

“Me quedó la imagen de la mujer moribunda, mirándome tendida en el suelo como pidiendo auxilio”.

Mario escuchó los gritos desde su casa y cuando llegó se encontró con las dos mujeres tendidas. Llamó al hospital pidiendo una ambulancia y perdió un tiempo precioso porque le preguntaron su identidad. “Necesitaba que la ambulancia viniera urgente por lo que volví a insistir en que había dos mujeres lastimadas”, y brindo precisiones del lugar.

Cutral Co, una ciudad de luto

Valentina y Carina Apablaza fueron recordadas en las redes.

Otras mujeres ya habían denunciado acoso y agresión

“Era un pervertido, siempre hablaba con doble intención y te decía guarangadas. Si hablás con la mayoría de las mujeres de acá te van a decir lo mismo”. Así describió al femicida Lorenzo Muñoz una portera que fue su compañera de trabajo y quien pidió no dar su identidad por miedo a las represalias. “Acá somos un pueblo chico, nos conocemos todos, por eso él se ha ido a buscar una novia de otro lado” reflexionó la portera sobre el vinculo que había establecido con Karina Aplabaza y que se rompió luego de que ella lo denunciara por abusar sexualmente de su hija Valentina. Cuando la justicia imputó al femicida por abuso sexual simple, se ordenó que no estuviera con niños y adolescentes, despertando la queja de sus compañeras de trabajo, quienes no se sentían seguras. En la Escuela Primaria Nº 30 varias mujeres cuentan que las rozaba y les decía obscenidades. Muñoz ya había sido denunciado por golpear a su exesposa.

Datos

Anoche comenzó el velatorio de Carina Apablaza de 31 años y Valentina Apablaza López, de 11 en Cutral Co. Hoy, a las 11, los restos los trasladarán hasta el cementerio de esta ciudad.
Después de las autopsias ordenadas por la justicia que se realizaron en Neuquén capital, se dispusieron los trámites de traslado hasta esta ciudad. A partir de las 21, se abrió la puerta en la sala velatoria de la empresa López, sobre la calle Salta N° 469.
Se conoció que el municipio cutralquense, al tomar conocimiento de lo ocurrido y la conmoción que provocó en toda la población, dispuso las gestiones necesarias para el traslado y el servicio de sepelio para la madre y su niña.
Ayer, el padre la pequeña Valentina, acudió a la Fiscalía para requerir asesoramiento y orientación. Allí, luego de ser atendido, se lo derivó para que fuera recibido por los integrantes del Centro de Atención a la Víctima del Delito. Es el lugar donde los profesionales brindan contención a las víctimas o a sus familiares, como es el caso de este femicidio.
El padre de la niña, se encontraba muy consternado por lo ocurrido y pidió no tener ningún tipo de contacto con la prensa.
Las muestras de dolor inundaron las redes sociales y los medios de comunicación locales.
Desde la escuela primaria N° 119, llegaron las condolencias para la familia de Valentina López Apablaza, quien asistía a esta institución primaria antes de mudarse a Las Ovejas.
En la despedida, indicaron que “tu sonrisa permanecerá en nuestro recuerdo querida Valentina QEPD”.
Por otra parte, desde el Centro de Formación Profesional N° 22, (el ex Cepaho 15) se hizo público el pesar por el deceso de Carina, quien fuera alumna de esta institución y su hija, víctimas de femicidio. “Acompañamos a sus familiares y amigos en este doloroso, triste e inesperado momento”, se indicó.

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