Antares, la estrella rubí que se puede ver en los cielos patagónicos

La estrella Antares es muy fácil de ubicar en nuestros cielos. En particular, esta noche parecerá estar cerca de Saturno y de la Luna. Es roja, muy roja y se ubica a unos 600 años luz de distancia de la Tierra (esto significa que su luz, que viaja a unos 300.000 kilómetros por segundo, tarda 600 años en llegar hasta nosotros). Y estos últimos días se convirtió en noticia, porque un equipo de astrónomos de Chile y Alemania, utilizando un dispositivo denominado interferómetro perteneciente al Observatorio Europeo del Sur (ESO por sus siglas en inglés) logró la imagen más detallada de su superficie que resulta ser la mejor de una estrella que no sea el Sol, así como un mapa de la velocidad de la materia distribuida en su atmósfera. Se encontraron con sorpresas.

Para conocer un poco más sobre este logro y como se compara Antares con nuestro Sol (que efectivamente es una estrella ¡de lo más común!), “Río Negro” entrevistó al doctor Marcelo López Fuentes, investigador del Conicet en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, UBA-Conicet), quien es un experto en nuestra estrella.

P. ¿Cómo se compara el Sol con Antares?

R. Los astrónomos caracterizan a las estrellas de acuerdo con la temperatura de su fotósfera (la superficie que separa el interior estelar de su atmósfera). Esta temperatura está relacionada con lo que llamamos el espectro de la estrella, que define la composición de la luz emitida por ella. El espectro de las estrellas más calientes tiende a ser más “azul” que el de las estrellas frías, que se clasifica como “rojo”. El Sol es una estrella intermedia (con una temperatura superficial de unos 6.000 grados) y se la clasifica como “amarilla”, mientras que Antares (3.500 grados) es una estrella “roja”.

Además es una estrella del tipo supergigante, tiene un radio que es 800 veces más grande que el del Sol y su masa es unas 15 veces mayor. Si fuera colocada en el centro del sistema solar, Antares ocuparía hasta más allá de la órbita del planeta Marte. Otra diferencia fundamental es que mientras el Sol está en la mitad de su vida (se estima que durará unos cinco mil millones de años más) Antares se encuentra al final de su existencia y se estima que se convertirá en supernova dentro de unos pocos cientos de miles de años. Antares se encuentra a unos 600 años luz de la Tierra, en comparación, la luz tarda 8 minutos en recorrer la distancia que separa la Tierra del Sol.

P. Hasta ahora se conocía bastante sobre las estrellas. Sin embargo, en este nuevo estudio se encontraron movimientos de gases de la atmósfera de Antares que no se pueden explicar ¿Qué puede surgir de este nuevo enigma? ¿Podría ser un error?

R. Personalmente creo que estas nuevas observaciones no ponen en riesgo el estado de conocimiento de la evolución estelar en general. Lo que sí demuestran es que los detalles de cómo evoluciona la atmósfera de las estrellas supergigantes, como Antares, pueden ser mucho más complejos de lo que se pensaba.

Hasta hace poco, los movimientos de ascenso y descenso de los gases atmosféricos con velocidades promedio de unos 5 km/seg, inferidos de las observaciones, se asociaban con un proceso llamado de convección en la superficie de la estrella (¡que también ocurre en el Sol!). Sin embargo, este nuevo estudio muestra velocidades mayores (de unos 20 km/seg) a alturas en la atmósfera que no son coherentes con este proceso. Por esta razón, los autores interpretan que puede deberse a algún otro mecanismo. El enigma es: cuál es ese otro mecanismo.

P. La nueva información que se obtuvo, ¿agrega algo nuevo a las diferencias entre Antares y el Sol?

R. Las diferencias entre el Sol y Antares son de por sí bastante fundamentales . Por lo tanto, es muy posible que los fenómenos que ocurren en sus atmósferas correspondan a procesos completamente diferentes. En qué medida existen similitudes entre el origen de los movimientos de materia observados en la atmósfera de Antares y los que ocurren en el Sol, podrá ser respondido con el tiempo a través de una mejor comprensión, tanto de los fenómenos solares cómo de los que ocurren en otras estrellas. Existe una rama de la astrofísica dedicada a explorar esta “conexión solar-estelar”.

“Si fuera colocada en el centro del sistema solar, Antares ocuparía hasta más allá de la órbita del planeta Marte”.

Doctor Marcelo López Fuentes, investigador.

El telescopio

“Es novedoso el uso del telescopio más poderoso del mundo para este tipo de estudios”, dice Marcelo López Fuentes. El Very Large Telescope Interferometer (VLTI) instalado en Cerro Paranal, Chile, consiste en 4 telescopios de 8,2 metros de diámetro cada uno, que equivalen, funcionando a través del método de interferometría óptica, a un único telescopio de 200 metros. Con esta configuración se podría detectar un objeto de 2 metros sobre la superficie de la Luna.