Quieren “desalentar” el trabajo de fotógrafos con perros

La discusión por el uso de los San Bernardo en el Centro Cívico podría llegar a su fin. Una concejal espera introducir cambios en la normativa vigente desde 1995.

Quieren “desalentar” el trabajo de fotógrafos con perros

Será difícil acostumbrarse a la ausencia de los perros San Bernardo en el Centro Cívico. Pero hacia ese camino apunta una modificación a la normativa que habilita la actividad de fotógrafos con animales en la vía pública.

“Ahora estamos en condiciones de avanzar”, aseguró la concejal Cristina Painefil (JSB), quien asumió como una de las mediadoras cuando un grupo de vecinos instauró una campaña pública contra el malatrato animal.

Si bien aún no existe un texto formal para ser llevado a los despachos del Concejo Municipal, Painefil adelantó que buscarán “desalentar” el trabajo con animales.

“La norma no está terminada, por eso voy a tratar de generar consensos”, dijo acerca de las reuniones previas con los fotógrafos para “recolectar opiniones” e incorporar modificaciones, si es que las hubiera.

Painefil aclaró que no irá contra el trabajo de los fotógrafos e incluso confió que el grupo, que se reúne en la plaza del Centro Cívico, pidió tiempo para organizarse y no perder una fuente de ingresos “que en muchos casos es única”, reveló.

Sobre este pedido, la concejal explicó que será un proceso “de transición” en el que los fotógrafos habilitados por la comuna podrán continuar hasta la desaparición física del animal que tengan a cargo.

“Hoy se habla de cuestiones que antes eran impensadas”, argumentó sobre las demoras en la concreción de un texto definitivo y el respeto por los derechos de los animales. Recordó la aprobación de la ley que prohibe la carrera de galgos en el país, y celebró una reciente prohibición de actividades fotográficas con animales en Villa La Angostura aunque resaltó: “es distinto cuando lo hacés en forma preventiva a cuando tenés 19 familias cuyo único ingreso es este”.

El año pasado fueron varias las denuncias realizadas por asociaciones protectoras de animales ante la falta de regulación y controles en el trabajo con perros. La intervención de la Defensoría del Pueblo terminó por acercar posiciones y hasta lograr un acuerdo con los fotógrafos que coincidieron en la necesidad de incrementar la fiscalización.

El proyecto de la concejal Painefil introducirá cambios respecto a la ordenanza 494/95 que establece zonas, Centro Cívico, Llao Llao y Circuito Chico, y prevé la licitación de espacios para ejercer la “actividad fotográfica turística con perros”.

La concejal prefirió no aventurar tiempos para llevar el proyecto ante los demás concejales, pero aseguró que su bloque definirá una norma “que nos deje a todos (los involucrados) relativamente satisfechos”.


SOCIEDAD

Una foto muestra un San Bernardo recostado en un baúl en pleno mediodía, en una imagen distinta a la postal que guardan turistas, y varios residentes, como recuerdo de su paso por el Centro Cívico. Esa misma foto tomada por alguien que caminaba por la zona, junto a un comentario de indignación, llegó a las redes sociales, se viralizó, y encendió la polémica sobre el uso de los perros con fines de lucro.

Las quejas llegaron hasta la Defensoría del Pueblo, donde particulares denunciaron “maltrato y abuso” por parte de algunos fotógrafos. Para colmo, el viernes uno de los San Bernardo que suele mostrarse con cara larga y desinteresado, se trenzó con otro de los tantos perros sueltos que abundan en las calles. Además de ser maltratados, ahora también resultaban feroces. Bombas de tiempo con collar.

Cristina lleva 16 años trabajando en la plaza. Acompañada por Brenda, todos los días a las 8 busca un lugar y, durante cinco horas, espera por conseguir una, dos, o vaya uno a saber cuántas fotos. “Todo el mundo salió a decir de todo”, explica sobre una situación que no es nueva y que fue tratada por última vez por la exintendente María “Chiche” Costa en 1995. Desde aquel entonces, los interesados tienen que rendir examen en la Secretaría de Turismo y pagar un canon semestral.

La fotógrafa reconoce que los argumentos son válidos, que no todos cuidan a sus perros, que muchos ni siquiera están reglamentados, tal como lo pide una ordenanza, pero también apunta sus críticas a la comuna porque “ni siquiera se hacen cargo de lo que está vigente”.

Pero el pedido de autocrítica no solo sirve para sus colegas, sino que también hace un llamado al municipio: “tienen la potestad de controlar si los perros están o no maltratados”.

“La gente sigue tratándonos de todo y tiene el insulto a flor de piel”, se queja acerca de los comentarios que los tratan de vagos o que los mandan a agarrar una pala. Cansada de todo, esperó al intendente municipal, Gustavo Gennuso, y le pidió una reunión para “cambiar la reglamentación”.

El intendente aceptó la propuesta y coordinó una reunión para el martes con otras áreas del municipio, los fotógrafos y las asociaciones de protección animal. “Está en juego el trabajo de todos”, resumió antes de sincerar que espera “algo positivo” de un encuentro que buscará acercar posiciones.

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