El arte de saber pedir mejoras en el trabajo

El trabajo en equipo, y un fluido diálogo entre los jefes y el personal, permite mantener la armonía en el ámbito de trabajo y elaborar nuevas ideas que abran las puertas al staff a mejorar no solo sus condiciones laborales, sino a incentivarlos para ejecutar nuevas propuestas, no solo individuales, sino en conjunto.

No es fácil lograrlo, ya que tanto en el equipo directivo como en la planta del personal uno se encuentra con diferentes tipos de personalidades que suelen facilitar o dificultar el diálogo para dar a conocer nuevas directivas o escuchar nuevas propuestas para poner en funcionamiento dentro de áreas de la empresa.

En una compañía hay personas que son abiertas al diálogo, pero otras son difíciles para acordar puntos de acuerdos. En cambio, hay empleados que se caracterizan por poner una distancia con el resto de la gente, pueden parecer frías y despreocupadas en relación a las problemática de los demás, y esto complica la integración. Frente a este escenario, es posible que se deban hacer muchos intentos hasta que el empleado pueda abrirse para dar a conocer su opinión sobre un tema importante para el grupo.

Para evaluar este tipo de casos, la investigadora sobre temas de género Linda Babcock, directora del programa de doctorados de Carnegy University (Pittsburgh), recibió en su despacho a un grupo de mujeres estudiantes con distintas personalidades. Venían a quejarse de que mientras varios de sus compañeros (hombres) estaban dando sus propios cursos, ellas seguían realizando labores de asistente en las clases regulares.

A la profesora Babcock aquello también le pareció injusto y esa misma tarde fue a pedir explicaciones al decano, la persona encargada de asignar esas clases. El superior explicó que él estaba muy dispuesto a brindar oportunidades docentes a todos aquellos doctorados que le propusieran una buena idea a un coste razonable. El problema, dijo, estaba en que muchos hombres le habían pedido esa oportunidad, pero las mujeres no.

Pero más allá de las consideraciones de género, ‘pedir’, ya se trate de un ascenso, una oportunidad laboral o un aumento de sueldo, es una de las conversaciones más difíciles a las que se enfrenta cualquier empleado en los entornos de su trabajo.

“Cargamos con una serie de creencias que nos llevan a pensar que al pedir rompemos la armonía. Que molestaremos ante ese pedido o que los demás piensen que somos arrogantes”, explicó Miriam Ortiz de Zárate, socia directora del Centro de Estudios del Coaching (CEC).

El temido “¿y si me dicen que no?”, ese “miedo al rechazo tan típicamente latino”, es, según Pilar Jericó, presidenta de la consultora española Be-Up, es otro de los grandes obstáculos para encarar esas demandas.

Miedo al rechazo y también al orgullo, ya que, en muchas ocasiones, el profesional no verbaliza una aspiración que cree merecer porque piensa que debería ser su jefe quien se diera cuenta por si solo.

“Cuando un empleado tiene que pedir es que algo no funciona como debería en la política de gestión de recursos humanos. En una cultura organizativa adecuada la propia empresa tiene mecanismos para premiar o reconocer los méritos de sus trabajadores”, sentencia Richard Mababu, profesor de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones de la Universidad a Distancia de Madrid (Udima).

Para Gema Monedero, socia directora en Ackermann Beaumont, el sistema también debería ser lo suficientemente avanzado para ayudar al empleado a hacerse responsable de su propia carrera.

“Si hay buenas herramientas todo queda formalizado y ese empleado sabe en qué punto se encuentra su carrera. Conoce el tipo de comportamiento que se espera de él, los huecos que existen para una posible promoción o el nivel de adquisición de competencias que le falta para pasar al siguiente nivel”, comentó.

Pero cuando esas circunstancias ideales no se dan, el silencio del trabajador no ayudará a sacar a la empresa de su ceguera. “Hay muchísimas ocasiones en las que en la organización no tienen ni idea de que a ese empleado le habría gustado participar en un determinado proyecto o trabajar, por ejemplo, en una de las sedes del extranjero. Porque nunca lo ha manifestado”, aseguró Miriam Ortiz de Zárate. Además, añade Pilar Jericó, “para un jefe es muy cómodo tener a un colaborador que no se queja y que nunca pide nada”.

En general, concluye Ortiz de Zárate, en la empresa se levanta poco la mano para pedir “porque tiende a pensar que si pedimos algo y nos lo conceden, quedamos automáticamente en deuda y con muchos ojos pendientes de nosotros”.

Pedir auxilio es otra de las conversaciones laborales que suponen todo un trago para muchas personas, porque, “les pone en situación de vulnerabilidad”, señaló Ortiz de Zárate. Para eludirlo, denuncia esta especialista, es frecuente recurrir a la manipulación. “En lugar de pedir abiertamente que nos ayuden a terminar el informe, nos quejaremos con amargura de la enorme carga de trabajo que soportamos o de que llevamos varios días saliendo tarde de la oficina, hasta que sea el compañero quien se ofrezca a echarnos una mano”, opinó la coach.

Otro tipo de solicitud delicada es la referida a incrementos salariales. Ernesto Póveda, presidente de ICSA Madrid, aconseja elegir bien el momento de pedir alguna mejora laborar a su jefe, por ejemplo, “después de conseguir un objetivo extraordinario o de traer a un cliente importante”.

Conviene estar atento a la situación que atraviesa la empresa, si ese año ha tenido resultados económicos positivos o si acaba de cerrar contratos que los garanticen en el futuro. No hay que olvidar que ese aumento sólo será viable si es sostenible el ingreso logrado para la compañía”. En cualquier caso, advirtió este experto, cuando se trata de pedir más dinero, mejor no poner a la empresa entre la espada y la pared. “Jugar una carta ganadora no suele ser una buena idea, porque aunque inicialmente la organización puede verse obligada a aceptar tus condiciones es probable que te salga mal”, remarcó Póveda.

Conseguir objetivos claros para que valoren tus habilidades

No es fácil comunicarse con sus superiores en el trabajo si no se tienen los objetivos claros. Nuestro jefe, además de valorar nuestro trabajo, busca que nosotros sepamos que queremos crecer dentro de la compañía. En otras palabras, cuando sea el momento apropiado, describe tu trayectoria en términos que demuestren el verdadero valor monetario a la función que realizas dentro del grupo de trabajo.

Por eso los especialistas, aconsejan a los candidatos a un cargo a pensar en sus logros, de acuerdo con los problemas que han podido resolver y el impacto que han tenido sus soluciones para con la empresa.

Frank Gentile, director titular de la empresa de reclutamiento Professional Staffing Group, en Boston, explicó que “para revalorizar el accionar de un empleado calificado puede incluir detalles sobre cómo en determinada área la información era difícil de conseguir, hasta que gracias a que un empleado creó un nuevo sistema pueden obtener respuesta de manera instantánea sobre determinado cliente o un renovado programa de ventas. Esto serán tenido en cuenta cuando un trabajador solicite que se mejore sus salario”.

La relación fluida permite comprender las preocupaciones e intereses de los diferentes empleados en una empresa.

Los diez tips a tener en cuenta para lograr una suba salarial

1- Hay que asegurarse de que uno es rentable. Sólo hay un tipo de persona que puede conseguir un aumento: aquella de la que la compañía no se quiere deshacer porque le resulta rentable. Sólo cumpliendo este requisito estás en disposición de negociar. Si eres un empleado mediocre, olvídate de pedir un aumento, puede que acabes de patitas en la calle.

¿Estás realmente cobrando demasiado poco? Si la respuesta es afirmativa, no dudes en lanzarte a pedir un aumento.

2- Revisa qué has hecho por la empresa. Si tu compañía está atravesando por una mala racha económica, está habiendo despidos y bajas en los sueldos, quizás no es el mejor momento para pedir un aumento. Pero esto no significa que no puedas hacerlo. Para lograr un aumento lo principal es demostrar que generas un beneficio para la empresa que es mayor que lo que vayan a pagarte

3- Estudia la política de tu compañía. Si tu empresa tiene un departamento de Recursos Humanos, antes de hacer nada, habla con alguien que conozca la política de la empresa en este tipo de asuntos.

Hay varias preguntas que debes hacer: ¿utiliza la empresa algún tipo de review para determinar los salarios? ¿Hay un rango salarial fijado para cada categoría? ¿Quién toma la decisión sobre las subidas de sueldo? ¿A quién debes proponérselo primero?

4- Realiza un análisis de mercado. Hay un dato esencial para negociar un aumento de sueldo. Si alguien de la competencia está ganando más por el mismo trabajo que tú haces es que hay margen para pedir un incremento. Aunque sería bueno hacer consultas con los compañeros de trabajo si alguno recibió una mejora salarial.

5- Una vez que se haya reunido toda la información, y se haya decidido que mereces un aumento de sueldo, hay que preparar una lista con las conclusiones a las que se llegó.

6- Un punto clave es saber cuánto de aumento se va a pedir. Es muy probable que te lo pregunten, y tienes que tener todo estudiado.

Si pides una suba muy pequeña puede que te la concedan, pero no podrás volver a pedir otro en bastante tiempo y, si ya tenían pensado subirte el sueldo, quizás acabes ganando menos. Si solicitas una demasiado grande partirás de una peor posición la próxima vez que negocies.

Puedes negociar con otro tipo de ventajas que también forman parte del salario: tickets comida, reducción de jornada, una ayuda al transporte…

7- Como en cualquier otro intercambio comercial, el empleador tratará de maximizar su beneficio pagándote lo menos posible: si te paga más es porque lo vales. Desde esta base se debe negociar, y hay que estar dispuesto a usarla. No creas que te van a subir el sueldo sin regatear. Eso no ocurre prácticamente nunca. Dicho esto, no tienes que tener miedo al pedir un aumento.

8- Para pedir un aumento lo primero que tienes que hacer es concertar una reunión con tu jefe. No puedes pedir un aumento cuando te lo cruces en el pasillo, abórdale en algún momento y, como si fuera tu novia, dile: “Tenemos que hablar”.

9- La reunión con tu jefe para pedir un aumento de sueldo no es muy distinta a una entrevista de trabajo. Tienes que ser honesto y pensar en positivo. Bajo ningún concepto tienes que ser arrogante, esto no conduce a nada y menos a un aumento.

10- Si la respuesta es negativa no debes tomar las cosas en clave personal. Si te enojas todo tu esfuerzo habrá sido en vano. Si muestras una actitud razonable, pedir un aumento de sueldo sólo supondrá un paso más en tu carrera.

Hay empleados

con experiencia

Los trabajadores capaces pueden ser reconocidos.

Ernesto Póveda, especialista en relación de persona.

El diálogo comprende y ayuda a entender los potenciales conflictos de los trabajadores, por eso hay que responder con rapidez ante esas problemática.

Datos

La relación fluida permite comprender las preocupaciones e intereses de los diferentes empleados en una empresa.
Varios especialistas identifican cuatro formas de pedir en función del nivel de destreza y experiencia de cada empleado.
1- Instruir. Si el colaborador nunca realizó esa tarea, se le enseñar cómo realizarla.
2- Persuadir. El subordinado ya hizo ese trabajo la misión del jefe será argumentarle la necesidad de volver a hacerla.
3- Participar. El colaborador tiene experiencia y es importante pedirle su opinión,
4- Delegar. El profesional es un especialista que asumió esa responsabilidad. La mejor manera de pedirle que haga esa tarea es no pedírselo en absoluto, porque él ya sabe de sobra que tiene que hacerla y, seguro, ya la esté haciendo.
El diálogo comprende y ayuda a entender los potenciales conflictos de los trabajadores, por eso hay que responder con rapidez ante esas problemática.

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