Se conocen desde la primaria, llevan toda una vida juntas y viajan a conocer a Francisco

“¿Te acordás cuando la profe nos enseñaba la fauna de la Patagonia en la escuela?”, le consulta “Titina” a su compañera de asiento después de ver un guanaco por la ventanilla. Pero ella no es un acompañante ocasional de butaca: se conocen desde hace más de 40 años. Fueron compañeras de curso en la primaria, trabajaron juntas en galpones de empaque y guardan cientos de anécdotas juntas como amigas durante toda la vida.

“Titina” es el apodo cariñoso por el que todo el mundo conoce a Alicia Muñóz, una ama de casa nacida y criada en Godoy, pero habitante de Cinco Saltos. Maximina también nació en el pueblo del Alto Valle y después de casarse se mudó a Catriel. Años más tarde la vida la reencontró en Cinco Saltos con su compañera de escuela. Hoy vive en Cipolletti y desde allí visita seguido el pueblo. Su mamá, sus hermanas y sobrinos viven ahí.

La escuela 70 de Godoy las unió y la vida nunca más las separó. Y eso es más que una frase armada, ellas creen que todo está “muy ligado”: sus hijos nacieron con pocos días de distancia, trabajaron juntas en los galpones de empaque de Godoy y hoy viajan juntas a conocer al Papa Francisco en Temuco.

Sobre la visita de Papa a Chile, “Titina” piensa en la seguridad de Francisco: “tengo miedo que le pase algo, quiero que no le pase nada, quiero su bendición. Él nos ha demostrado que está con los humildes, con los pobres, con los pueblos originarios. Pienso que no vienen a la Argentina porque a él le duele lo que pasa en el país”.

Por su parte Maximina cree que no visita Argentina por problemas de agenda: “Es la primera vez que voy a Chile, para mi va a ser todo novedad lo que vea en Chile. Creo que en algún momento vendrá a la Argentina, quizás por su agenda que tienen no puede, pero ya vendrá”.

Las amigas comparten habitación en un hospedaje en Villarrica. El miércoles participarán de la ceremonia del Papa en Temuco junto a otros miles. Una vez más, juntas.