Empleado judicial atacado por un preso

Ocurrió ayer cuando era atendido en el juzgado penal de turno un detenido que reaccionó violentamente al reclamar por la respuesta de una apelación que se tramita en la Cámara.

POLICIALES

Otra vez la inseguridad en el edificio judicial. En esta oportunidad un empleado de más de 30 años de antigüedad fue agredido por un interno del Penal N°1, mientras le recibía una declaración.

En un minuto a los insultos en alta voz le siguieron ruidos de muebles que se corrían y un puñetazo en pleno rostro que dejó una lesión sangrante producto del arrastre de los anteojos con el golpe.

“Por una borrachera me van a tener preso tres meses hijos de p..!!!” fueron algunas de las expresiones de Ceferino “el Oso” Millanahuel, quien había solicitado una audiencia con el juez penal de turno, Guillermo Bustamante, para interiorizarse sobre el resultado de una apelación presentada por el último procesamiento con prisión preventiva que pesa en su contra.

El corpulento hombre, característica a la que hace alusión su apodo, no es la primera vez que agrede a un representante de la autoridad judicial. En julio de 2010 el mismo hombre levantó por el aire un escritorio con el que golpeó a la defensora oficial Marta Gianni y un empleado que lo atendían en una pequeña oficina del penal provincial.

Además la mayoría de las causas que lo han privado de la libertad están vinculadas a actitudes violentas como la última, por ejemplo, que al ser consultado si tenía turno en un centro privado de atención de la salud de Viedma extrajo un elemento cortante, totalmente ofuscado. En ese momento pesaba sobre él una advertencia judicial de no cometer otro delito de lo contrario sería detenido luego de haber averiado el vehículo de un comerciante gastronómico que se negó a darle bebidas alcohólicas.

El hecho en el centro privado de salud generó su procesamiento y preventiva en mayo pasado, resolución que fue apelada y cuya respuesta de la Cámara aún en espera generó la violenta agresión de ayer.

El recorrido diario de DeViedma por Tribunales detectó ayer la difícil situación que vivió el empleado judicial que generó la presencia en el juzgado de los jueces del Superior Tribunal de Justicia, Adriana Zaratiegui y Enrique Mansilla. Esta circunstancia sumada a otras agresiones vividas en los juzgados hasta con presencia de armas blancas renovó la necesidad de adoptar medidas de seguridad. Desde el año pasado cuando la Policía decidió retirar del Poder Judicial el personal allí asignado sólo se cuenta -en la sede del STJ- con personal uniformado en el sector de celdas.

No obstante, la responsabilidad del personal penitenciario en este tipo de situaciones no puede ser dejada de lado, en relación al celo que se debe mantener en la custodia de los internos aunque se encuentren en Tribunales.

En el caso de ayer se realizó la denuncia correspondiente ante autoridades policiales y se requirió la presencia del médico policial para que certificara las lesiones del empleado judicial.

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