«¡Extra, extra!»: Orlando, el orgulloso canillita de Viedma que elige el título más vendedor

Río Negro cumple 110 años y es tiempo de celebrar con los canillitas. Como ejemplo del esfuerzo de tanto, la historia de Orlando Quintero en la capital provincial.

A los 49 años, Orlando Quintero vive en Carmen de Patagones, al sur de la provincia de Buenos Aires, como toda la vida. A los 9 ya daba una mano a su familia cargando verdura. Y a los 13 se hizo canillita, del otro lado del río, en Viedma. “Había que trabajar, no quedaba otra, otros tiempos”, dice. En la capital de Río Negro se hizo un experto en el oficio: si al principio le hacían sentir el rigor si se paraba en una esquina con dueño, con el tiempo se fue ganando la confianza de los más veteranos y no tuvo problemas con ninguno.

“Había que ingeniárselas, éramos muchos vendiendo. Yo me fui ganando mi clientela y cuando terminaba de repartir me iba a los semáforos y a la esquina del Banco Nación”, cuenta. En todo el recorrido, voceaba las noticias más impactantes: “’¡Extra, extra!’ le mandaba. Yo miraba los títulos y elegía uno, el que me gustaba más, el que pensaba que podía andar mejor’, recuerda.

«Llegué a vender 115 diarios por día y con mucho esfuerzo pude hacer mi casa. Yo quería estudiar, ser profe de educación física. No pude, pero tengo el orgullo de que mis dos hijas sí pudieron.

Orlando Quintero

“Eran épocas de gloria como quien dice. Arranqué con 10 diarios y una vez me dieron 60. No me acuerdo bien qué había pasado pero sí que no sabía ni dónde llevarlos. ’Que sea lo que Dios quiera’ pensé. Salí a la calle, empecé a gritar ‘¡Diario, diario!’ y arranqué. Vendí todos y nunca había tenido tanta plata encima. Imaginate que agarré a Argentina campeón del mundo en el 86, los campeonatos de Boca, River, sabían venir posters grandotes de un metro, una cosa impresionante. Y las elecciones. Cuando ganó Menem o acá las de la intendencia o la gobernación. Tremendo lo que se vendía, hasta en las finales barriales de fútbol, por ahí te lo compraban ese solo día, pero te lo compraban…»

Así se distribuye Río Negro para que llegue a los canillitas de toda la región.

«Llegué a vender 115 diarios por día y con mucho esfuerzo pude hacer mi casa. Yo quería estudiar, ser profe de educación física. No pude, pero tengo el orgullo de que mis dos hijas sí pudieron. Y a ellas les inculqué el valor del trabajo. ‘Yo estoy recontra orgulloso de ser diariero, pero ustedes tienen que buscar otro rumbo, tienen que estudiar’ les decía. Ahora cambió todo, Internet cambió todo. Vendo menos, es cierto. Y me las tuve que rebuscar en una panadería y como delivery a la tarde. Pero sigo firme con mi clientela, cambió todo, pero algo no: yo sigo siendo un canillita orgulloso”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios