1899: otros detalles de la gran inundación
El territorio nacional del Río Negro en 1899 trascendía en el país por «haber obtenido la única medalla de oro, acordada al trigo, en la Exposición Nacional abierta en Buenos Aires en 1899» (Memoria del Dpto. del Interior, 1899). Algo no muy tenido en cuenta en escritos históricos y visto con algo de asombro, teniendo en cuenta las tierras argentinas donde predomina dicho cereal. Pero los españoles del valle inferior del río Negro desde 1779 siempre lo habían priorizado. También, en 1899 vía Ministerio de Agricultura se creaban las colonias Valcheta y Catriel, alentándose la colonización agrícola de Choele Choel.
Eugenio Tello, primer gobernador civil del territorio, era el actor principal y el telégrafo que años antes tendió el yugoslavo asimilado al ejército argentino Santiago Buratovich iba informando sobre la descomunal avenida de agua originada antes del río Neuquén y que en la Confluencia se hermanaba con el Limay para correr como Negro con furor de desastre hasta el Atlántico. «Fuerte General Roca fue un pueblo de mil habitantes civiles… fue destruído por la inundación de los días 19, 20, 21 y 22 de julio de 1899, por lo que se trasladó casi toda esa población á un terreno contiguo á 8 kilómetros del Río Negro, hácia la falda de la barranca que limita el valle, estando resguardado de las crecientes máximas… nuevo pueblo, construído en cinco meses, por iniciativa del coronel Don Jorge J. Rohde» (sic). (Informe Tello, 1901).
Se completaba la información del ex gobernador jujeño y chubutense con datos del pueblo Roca viejo: «El agua alcanzó á 2 metros 20 centímetros de hondura» y la rapidez en levantar el nuevo se expresaba en 263 solares y en aquellos cinco meses estaban «construídas o en construcción 130 casas de material cocido ó zinc». «El pueblo nuevo ha sido declarado campamento militar donde sus autoridades han reservado las chacras 241 y 250 que nunca fueron cultivadas hasta su límite con el canal, para capital del territorio:…» (sic)
A fines del siglo XIX el último censo general del país arrojó 9.241 habitantes para el Río Negro y por 1899 se calculaban 13.500. La Guardia Nacional la componían 1.555 uniformados (1895) y pululaban en sus 196.695 kilómetros cuadrados un millón de lanares, más de treinta mil caballos de tiro y silla y alrededor de cien mil vacunos. La furiosa correntada pasó por Choele Choel, General Conesa y Pringles (Guardia Mitre), dejando un ingrato recuerdo. En zona de Viedma, los 60 kilómetros de la laguna «El Juncal» en el lado derecho del Negro y alimentada por éste, constituía el mayor peligro de inundación con su abrazo hídrico rumbo al Atlántico. Sin duda la laguna fue uno de los mayores problemas que afrontó Tello, mereciendo la atención de los ingenieros Eliseo Schieroni y Giosué Sironi (italiano) y hasta la creación de la Comisión Popular de Desagüe como apoyo para construir canal de descarga de la laguna que «se empezó a excavar en el segundo semestre del año 1900» con proyecto del nombrado técnico italiano.
Así lo admitió Tello escribiendo e informando: «En tres crecientes especialmente extraordinarias y sucesivas ha sido inundado (Viedma) como consecuencia del desborde de la laguna del 'Juncal'… con la creciente de Julio último se inundó el pueblo de Viedma por el desborde de las aguas del Juncal que rebasó» y recordó que el ingeniero César Cipolletti en su informe (1899) había considerado conveniente para evitar inundaciones «la construcción de un dique aguas arriba de Viedma» con costo de pesos 85.000 m/n y «economizarse en gran parte si se dispone que los 120 penados de Roca hagan los movimientos de tierra», pensando en la desecación de la laguna y destinarla a la agricultura.
Pero las aguas del Negro continuaron subiendo y si bien al comienzo hubo traslados a las cercanas cuchillas (bardas) para salvar a personas, enseres y animales, finalmente la hermana Carmen de Patagones recogió a los inundados del antiguo barrio que no tuvo diferencias sociales: gobernador, secretario, juez letrado Facundo Lamarque, militares, guardias, presos y vecinos pobres y ricos. Botes, pero lo más eficaz fueron vaporcitos del comandante Santiago Albarracín, jefe de la Escuadrilla del Río Negro. La parte baja de Carmen de Patagones quedó también completamente inundada. Se conservan testimonios fotográficos.
En la parte alta de Viedma, en pie y como mudo testigo, la manzana salesiana, sobresaliendo la torre para usos meteorológicos y sus estructuras de ladrillos aguantaron en algunas partes más de un metro de agua, señal que sus paredes mostraron por mucho tiempo. Fotografías de los salesianos desde la torre, testimonios del desastre («Río Negro», 23/7/06, pág. 39). Años antes, también le había tocado a Manuel J. Olascoaga gobernar durante varios meses el territorio neuquino desde otro estado: Carmen de Patagones (Bs. As.) y Tello lo repetía, con Río Negro obligado por el descomunal meteoro. Curiosidad ofrecen algunos de los documentos manuscritos y firmados por Tello, por ejemplo: «Patagones, residencia accidental del gobernador del Territorio Nacional del Río Negro» en algunos, y en otros directamente «Patagones», firmando la primera resolución el 28 de julio de 1899 y el 21 de octubre del mismo año, la última en el pueblo maragato.
Por resolución del 28 de julio de aquel año Tello nombró en comisión a los vecinos Marcelino C. Crespo, Angel Gayone, Antonio Rial, Antonio Costerg y Felipe Crespo para efectuar el reparto de víveres «entre los inundados», los que llegarían vía marítima enviados por el Ministerio del Interior, distribución que se haría «de acuerdo con la Sociedad de Vicentinas». El vapor «Vaca» fue el transporte utilizado y el «Depósito de la Comisión de Auxilios a los inundados del Río Negro constituida por la Municipalidad de Patagones» fue destino de los más variados elementos: bolsas de galleta, arroz, azúcar, yerba, harina, papas, porotos, arvejas, fideos, jabón, tasajo. En Buenos Aires, damas de la «Comisión de Socorros», encabezada por la presidenta Rosa H. de Wintter (Vintter) y vice Ana H. de Bernal, ligadas familiarmente con Carmen de Patagones lograron numerosos aportes. Se dieron los nombres de más de ciento veinte donantes, muchos de ellos con apellidos de tradición maragata y la mayor parte de las donaciones estaban constituida por piezas de ropa, lienzo, botines, sábanas, pañuelos, ropa usada, «una bata», frazadas, medias, «10 mts. de bramante», «1 rebozo», pantalones, «1 camisa tartan», ponchos y camisetas, etc. También «49 líos catres fierro, 36 colchones», hilo algodón, botones, «bombachas gambrona algodón», «botines crimea para criatura», alpargatas, «12 pares botas vaqueta» y otros elementos para vestir. El minucioso «balance general» fue impreso y fechado el 30 de diciembre de 1899, firmado por Cirilo Olivares como vicepresidente y tesorero Mariano Requena, como despedida para aquellos «inundados del Río Negro», donde primó la hermandad de 120 años.
Bibliografía principal: Tello, E. Gob. Informe, 1901. Vecinos Viedma, Antecedentes, Imp. La Nación, 1901. Gob. R. Negro, Libro Res., 1899. Sironi, G. Memoria técnica, Imp. Peuser, B.A., 1903. Tello, E. Gob. Informe, 1900. Comisión Auxilios, Balance, Patagones, 1899. Pérez Morando, H. El Negro, 1993. Viedma a 220 años, 1999. La gran inundación, 2006, diario «Río Negro». Río Negro y el gobierno, JHECPRN, 1999. Dep. del Interior, Memoria, II, 1899. Biblioteca Museo Tello, Viedma. Biblioteca Patagónica, archivo diario «Río Negro» y otros.
HECTOR PEREZ MORANDO, Especial para «Río Negro»
Periodista. Investigador historia patagónica
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