5 paseos para disfrutar los sabores de Bariloche

La ciudad lacustre no sólo es un deleite para los ojos, también para el paladar más exigente. Ofrece platos típicos de la gastronomía de montaña en versión local, delicias gourmet y comidas como en casa.

La comida no suele ser el primer punto en la lista de prioridades al momento de decidir un viaje pero… está entre los gustitos que buscás darte cuando visitás un lugar. Por eso te contamos un circuito para que la gastronomía y las delicias te sorprendan.

1. La cuadra de las chocolaterías. Larga historia tiene este producto en Bariloche. Por eso un Museo del Chocolate en el kilómetro 1 de la avenida Bustillo –que muchas veces pasa desapercibido– te ofrece un recorrido autoguiado por la mayor dulzura que ofrece la ciudad para conocer su origen, cómo llegó a esta zona y los inventos más destacados entorno a este sabor. Abre de 10 a 20.

Además hay decenas de chocolaterías artesanales para poder degustar pero si no hay tiempo para recorrer todas, la cuadra más dulce está en la comercial calle Mitre donde se concentran la mayoría de los locales que ofrecen venta al peso, a elección o por caja cerrada, pero además las más grandes, como Rapa Nui, Frantom, Abuela Goye, Mamushka y Tante Frida, tienen cafetería. El kilo tiene un valor de $ 450 a 900.

2. Cuarenta fábricas de cerveza artesanal. La bebida con lúpulos de la zona y estilos europeos y americanos se consolida como uno de los principales productos con sello barilochense. Hay unas 40 pequeñas fábricas de cerveza artesanal, la mayoría son de origen familiar, y las canillas están por todos lados. No hay bar, confitería o restaurante que no tenga alguna opción de birra artesanal. En el centro, en la zona del Club Andino se encuentra el paseo cervecero que en verano tiene las mesas en la calle y música en vivo. Para el otoño, es mejor refugiarse en el interior de los bares pero la propuesta es tan amplia que es imposible no encontrar lugar en alguno. Para acompañar pizzas gourmet, picadas con ahumados y las infaltables papas fritas con queso y el toque particular de cada cocina. La pinta cuesta entre $ 85 y $ 105.

3. Curanto, los miércoles y domingos. Para deleitarse con una porción de curanto hay que viajar 20 kilómetros hasta Colonia Suiza. Este refugio natural rodeado de enormes montañas rocosas, bosque y a pocos metros del lago Moreno, es el epicentro de este plato traído de la zona de Chiloé y readaptado en una versión argentina. Su singular manera de cocción en un hueco en la tierra, sobre piedras calientes y cubierto por hojas de maqui, atrae el interés de los visitantes. Para ver todo el proceso se puede visitar el curanto de la Feria Artesanal de Colonia Suiza que comienzan con la colocación de los productos frescos cerca de las 11:30 para destaparlo a las 13:30. Siempre es miércoles y domingos. La porción es para compartir y cuesta $ 450.

4. Del criadero a la góndola gourmet. Un buen plato de trucha ya sea con roquefort, crema de champiñones o al limón es posible encontrarlo en muchos restaurantes de la zona céntrica y los kilómetros. Las truchas son de criaderos de agua dulce de la región y en algunos casos, como dos restaurantes de Colonia Suiza, tienen sus propios criaderos a unos pasos para tener el pescado fresco del día.

Otra opción para saborear la trucha es a través de los patés que también se producen en la ciudad y se pueden encontrar incluso en la góndola gourmet de los supermercados.

5. El secreto de los locales. Los platos calóricos de distintos puntos de Europa fueron adaptados como la gastronomía típica barilochense, por eso en los menúes a la carta no es extraño encontrarse con platos como fondue de queso o de carne (bourguignon), ciervo a la cazadora o goulash con spaetzle. Pero los residentes tienen lugares muy barilochenses como ir a La Fonda del Tío para saborear una enorme milanesa napolitana ($ 320) donde la porción es tan abundante que se comparte entre tres comensales. Siempre hay cola para entrar pero el secreto es ir a partir de las 22 para encontrar mesas disponibles. Para los amantes de las pastas y risotos, los platos más abundantes y sabrosos están en Girula, en San Martín 496 y a pocos metros, la taberna gallega Breogán tiene una amplia carta de platos españoles.

El paté de trucha, una delicatessen de la producción regional.

El curanto se cocina en un hueco en la tierra, sobre piedras.

Entre los secretos de residentes, las pastas y risottos de Girula.

La gastronomía barilochense celebra
su semana con el Bariloche a la Carta
que se realiza todos los años en el mes
de octubre.

Los precios

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Datos

La gastronomía barilochense celebra
su semana con el Bariloche a la Carta
que se realiza todos los años en el mes
de octubre.
$ 320
cuesta la milanesa napolitana en La Fonda del Tío. Es tan abundante que se comparte entre tres comensales.
$ 450
es lo que vale la porción de curanto, miércoles y domingos, en la feria de Colonia Suiza.
$ 90
promedio es el valor de la pinta de cerveza artesanal. La mayoría de las cervecerías tiene happy hour de 18 a 20.

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