Análisis: LeBron James, un jugador de toda la cancha

Redacción

Por Redacción

La obtención del título de la NBA por parte de Los Lakers el domingo a última hora tiene varias aristas que lo hacen único.

Desde lo contextual, la pandemia obligó a cambiar el formato de la liga de básquet más importante del mundo. Se conformó una burbuja sanitaria infalible en Orlando, en la que no hubo un solo jugador contagiado.

Pese a no haber público en las tribunas, en términos de espectáculo deportivo la NBA sigue siendo de elite. Por las características del básquet como disciplina y por la calidad que tiene como organización.

También es relevante que Los Ángeles haya alcanzado a Boston como la franquicia más ganadora con 17 títulos, apenas perseguida por Chicago y Golden State con 6. Por otra parte, la muerte reciente de Kobe Bryant le da un toque emotivo, ya que de alguna forma implica continuar el legado de ‘‘Black Mamba’’, cuyo fallecimiento a comienzos de este año fue trágico.

Desde lo individual, LeBron James y Anthony Davis, se ratificaron como las grandes figuras . Ambos lideraron al equipo en distintos momentos de la temporada y fueron determinantes en el camino al campeonato. Claro está,  James se hizo cargo de los momentos más calientes por lo que representa desde el juego en todos los rubros.

Pero lo que hace singular a LeBron ocurre fuera del rectángulo de juego. Su enorme grado de exposición, personalidad e ideología, lo posicionaron como un símbolo de la lucha contra el racismo. Un mensaje que la NBA debió tomar como entidad para respaldar a sus protagonistas, que en su mayoría son de raza negra.

En agosto, la competencia se paró en medio de los playoffs, en un hecho sin precedentes, luego del asesinato de Jacob Blake a manos de la policía de Wisconsin. Los jugadores, con James a la cabeza, decidieron no jugar como forma de protesta. Un par de meses antes, el crimen de George Floyd en circunstancias similares generó marchas en todo el país y repercusiones en el mundo sobre la violencia racial.

James llegó a declarar en contra del presidente Donald Trump, quien se puso en contra de la NBA por la postura que tomaron los jugadores profesionales. Cabe recordar que en el regreso a la actividad el 31 de julio, uno de los cambios fue que se les permitió a los jugadores utilizar insignias políticas en sus dorsales. La más utilizada fue ‘‘Black Lives Matter’ (la vida de los negros importa) que se lució en las canchas donde se completó la temporada en Orlando.

El último fin de semana, otros deportistas de alto rendimiento que se sentarán en la mesas de los grandes de sus respectivas disciplinas siguieron marcando records. Es el caso de Lewis Hamilton en la Fórmula 1 y Rafael Nadal en el tenis.

Pero James marca diferencias como lo hizo adentro de la cancha, porque su mensaje es multiplicador. En un mundo castigado por la pandemia y la profundización de las desigualdades, LeBron demostró que es un jugador de toda la cancha y es la voz de muchos que no tienen voz. Un MVP con todas las letras.

Cuando el equipo lo ayudó fue imbatible

En cuanto al juego, en la final que Lakers le ganó al Heat, Los Ángeles dio la misma sensación que había transmitido durante la temporada. Cuando el equipo respondió a la altura de su principal estrella, se hizo muy difícil de vencer.

El juego 5, en el que Miami se hizo fuerte para ganar 111-108 fue una cabal muestra de ello. James hizo de todo para sostener a su equipo, pero ni siquiera Anthony Davis pudo darle una mano como suele hacerlo, ya que estaba mermado desde lo físico.

Danny Green tuvo el triple tras una asistencia de LeBron, pero se quedó corto y el partido fue para los dirigidos por Erik Spoelstra, cuyo planteo táctico funcionó. El DT de Miami logró que el partido no quede en manos del mejor jugador rival y su apuesta salió bien para quedar 2-3 abajo en la serie.
En el cotejo 6, los Lakers no dejaron dudas. Además de los 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias de James, lo distintivo fue el trabajo de los actores de reparto. Rajon Rondo (19 puntos), Danny Green (11) y Coldwell-Pope (17) acompañaron a James y Anthony Davis (19 y 15 rebotes).

El segundo cuarto fue lapidario y el ganador llegó a estar más de 30 puntos arriba. Los últimos dos parciales se jugaron casi de regalo y plasmaron la diferencia que existe entre un plantel y otro. Fue 106-93 final.

La temporada de Miami fue buenísima, ya que terminó quinto en su conferencia y en el camino eliminó a Milwakee, el gran candidato del Este. Pero quedó claro que no tiene la jerarquía individual con la que cuenta el campeón.

Rondo y las vueltas de la vida

En 2008, Rajon Rondo fue el base titular de Boston Celtics, campeón de la NBA tras derrotar a los Lakers. Dos años más tarde, perdió en la misma instancia contra idéntico rival, en lo que había sido el último título de Los Ángeles hasta el domingo pasado.

Con su veteranía al servicio del equipo, relegó minutos y cedió protagonismo para volver a ser campeón en un plantel donde James y Anthony son estrellas, pero que necesitó de jugadores como él para llegar al anillo.


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