Guardavidas se preguntan si el accidente del kayakista en el lago Moreno se podría haber evitado

Un grupo de guardavidas se sumó de manera voluntaria a las tareas de rastrillaje.

Desde las primeras horas en que se inició el operativo de búsqueda de Arnaldo Andrés Quinteros, el muchacho que cayó al lago Moreno al darse vuelta el kayak, un grupo de guardavidas se sumó de manera voluntaria a las tareas.

“Estamos dolidos porque nuestro trabajo es que no pase esto. Desde el primer momento en que supimos del accidente, fue imposible no pensar qué hubiera pasado si se hubiese prestado el servicio en la playa”, recalcó Juan Rapoport, secretario general de la Asociación Argentina de Guardavidas en Bariloche, institución que mantiene un conflicto con el municipio de Bariloche ante el intento de cambio de las condiciones de contratación para esta temporada estival.

“El 99% de nuestro trabajo es prevención y el mejor rescate es el que no se hace. Desde el primero de diciembre, debía haber guardavidas en esta playa (del Viento) y alertar a los chicos que estaban en el agua respecto a la necesidad de usar chaleco salvavidas”, planteó Rapoport.

Comentó que “los dos hombres que iban en el kayak ingresaron al lago por la bajada náutica delimitada con gaviones, la bordearon y fueron hacia el norte para el lado del muelle, pasando por la playa, donde suelen estar los guardavidas”. “Sin duda, hubiera ameritado un llamado de atención por el viento que había ese día o por el tipo de kayak. O bien, el pedido para que usen chaleco. No podemos decir que esto se hubiera evitado pero se habría advertido”, indicó.

Recordó también que el kayak se dio vuelta a las 18.30 pese a que el llamado de emergencia pidiendo auxilio pudo concretarse recién a las 20. “El joven que se salvó, quedó amarrado al kayak durante dos horas y a 150 metros de la costa, recién lo vio alguien que estaba en la playa, lo ayudó a salir y pidió ayuda. Pero a la hora del accidente -a las 18.30-, era horario de guardavida. Y si bien estaban muy lejos de la zona, si un chico que tomaba mate se dio cuenta de la situación, un guardavida hubiera tenido más herramientas para ayudar”, insistió Rapoport.

Cuestionó que “la decisión de que no haya guardavidas es estrictamente política. Hace rato que insistimos en que esto podía pasar”. Planteó que mientras un grupo de sus compañeros prestaba colaboración en la búsqueda de Andrés, otros se hacían estudios en el Hospital Privado Regional y contestaban preguntas de una psicóloga acerca de qué entendemos por servicio público. Es duro”.


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