Citrato de cobre y bicarbonato de potasio en vinos: autorizan su uso y opinan las bodegas

Referentes de la producción vitivinícola en Río Negro y Neuquén se expresaron sobre la reciente normativa.

Este lunes, se publicaron en el Boletín Oficial dos resoluciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). A través de las mismas, la entidad autoriza a las bodegas a agregar productos químicos a sus vinos a fin de mejorar su sabor.

La resolución 29/2025 del INV autoriza como práctica enológica lícita «la adición de citrato de cobre al vino para la reducción de olores y sabores desagradables debidos al sulfuro de hidrógeno y sus derivados». La misma norma establece que la dosis máxima a ser agregada será de un gramo por hectolitro.

«El citrato de cobre se usa para eliminar olores y sabores desagradables en el vino, especialmente los que aparecen por compuestos sulfurosos como el ácido sulfhídrico (ese típico ‘olor a huevo podrido’) o Mercaptano (olor a ajo o cebolla)«, explicaron desde una bodega de Río Negro a este medio.

Por otro lado, la resolución 30/2025 autoriza como práctica enológica lícita «la adición de bicarbonato de potasio para la desacidificación de mostos y vinos«, aclarando que «el vino desacidificado deberá contener al menos un gramo por litro de ácido tartárico».

Desde la misma bodega, y en igual sentido, señalaron que el bicarbonato de potasio «se utiliza para ajustar la acidez del vino, especialmente en casos donde hay exceso de ácido tartárico«.

Vinos con citrato de cobre y bicarbonato de potasio: qué opinan las bodegas de Río Negro y Neuquén


La resolución de la INV ha sido bien recibida por los enólogos consultados por Diario RÍO NEGRO. Horacio Bibiloni, de la bodega Humberto Canale, sostuvo que «es muy bueno que el INV vaya incorporando a las prácticas enológicas autorizadas el uso de productos que ya estaban autorizados por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), pero que en Argentina aún no lo estaban«.

«Si el INV aprueba el uso de estos dos productos y están dentro del vademécum enológico, no hay inconvenientes de utilizarlos. Queda a criterio del enólogo de cada bodega cuándo utilizarlo, de ser necesario«, opinó Marcelo Miras, de la Bodega Miras.

«Lo mejor es siempre trabajar en una enología preventiva para evitar tener que realizar correcciones en el vino, pero si por alguna razón hay que corregir, lo mejor es tener herramientas para poder trabajar».

Horacio Bibiloni, enólogo.

En la misma línea opinó Bibiloni: la utilización o no de esos productos dependerá del criterio de cada enólogo, aunque aclaró: «Lo mejor es siempre trabajar en una enología preventiva para evitar tener que realizar correcciones en el vino, pero si por alguna razón hay que corregir, lo mejor es tener herramientas para poder trabajar».

Finalmente, una enóloga de una bodega de Río Negro, cuyo nombre pidió que se mantenga en reserva, explicó que estas prácticas antes no estaban autorizadas porque la normativa argentina era «conservadora. «Con estas resoluciones, el INV se pone al día con los estándares internacionales, lo que es muy positivo para la industria: mejora la calidad técnica del vino, nos da más herramientas a los enólogos y facilita la competitividad en mercados externos«, marcó.


Este lunes, se publicaron en el Boletín Oficial dos resoluciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). A través de las mismas, la entidad autoriza a las bodegas a agregar productos químicos a sus vinos a fin de mejorar su sabor.

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