Innovadora Sala de Paleontología en el museo de Roca para maravillar a los más chicos

El Museo Patagónico de Ciencias Naturales termina el año con una nueva propuesta. Engloba varios años de trabajo sostenido y surgió de un proyecto conjunto con el IUPA.

El Museo Patagónico de Ciencias Naturales, asentado en pleno corazón de la ciudad de Roca, es dueño de una de las colecciones científicas más importantes de la Patagonia. No solo por la cantidad de piezas que resguarda, sino por el gran caudal de conocimiento científico que contiene. 

Con gran expectativa, este viernes 5 de diciembre a partir de las 20:30 quedará formalmente inaugurada una nueva sala de paleontología dentro de la institución, ubicada en Avenida Roca e Isidro Lobo.  

Pablo Chafrat, el director del Museo Patagónico de Ciencias Naturales, adelantó con profunda alegría que la nueva sala no sólo expone restos fósiles que hablan del pasado remoto, sino que propone reconocer la identidad regional a través de su geología y recursos naturales.  

La idea surgió a partir de un proyecto presentado de manera conjunta entre tres instituciones; la Fundación Patagónico de Ciencias Naturales, el Museo Patagónico de Ciencias Naturales y el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA), que se presentaron a una convocatoria de la “Fundación William”. 

Las bases del concurso eran ensayar nuevos dispositivos museológicos. Desde Roca, desarrollaron un proyecto centrado en contar la historia geológica y paleontológica de la comarca a nivel regional, a raíz de los descubrimientos científicos que la fundación y el museo viene desarrollando desde 2008. 

“Todo el gran trabajo científico que nuestro equipo lleva adelante ha generado, a través de expediciones científicas en toda la provincia, el rescate de patrimonio paleontológico y el desarrollo de líneas de investigación que han dado como resultado, descubrimientos científicos realmente asombrosos”, comenta Chafrat. 

Nueva sala paleontológica: una exhibición moderna 


La sala tiene para revelar una exhibición novedosa, con un concepto museológico y museográfico innovador para la zona, según el propio director. “Viene a poner en valor el museo en lo arquitectónico”, plantea. En vínculo con las nuevas tecnologías, usando códigos QR para que los visitantes puedan acceder a más información.  

La articulación público privada es clave en la concreción de esta sala. “Numerosas empresas locales y regionales han estado financiando parte del desarrollo de este proyecto, a través de una vinculación de padrinazgos que se han sumado para que el museo siga creciendo”, agrega el director del museo. 

Este proyecto permitió que el museo ponga en marcha el primer taller de réplicas, recreaciones y desarrollos de los animales a tamaño natural, esqueletos. Pronto podrían lanzar talleres abiertos a la comunidad para incentivar el diálogo entre el arte y la ciencia para el desarrollo de la divulgación científica. 

“Todo eso se enmarca dentro de un proyecto mayor, que es el poner en valor el patrimonio paleontológico como un recurso identitario para nuestra cultura, para nuestra educación, para nuestro turismo, como un sector emergente de la economía”, agrega.  

En la actualidad, el Museo de Ciencias Naturales tiene un programa de voluntariado de más de 65 personas, que participan de distintos proyectos. 

“Estamos felices, porque estamos inaugurando un círculo virtuoso que viene a poner en valor nuestra ciudad, nuestra provincia y la actividad, por supuesto, paleontológica y científica en la región”.

Pablo Chafrat, director del Museo de Ciencias Naturales.

Nueva sala paleontológica: más contingentes educativos en 2026


Para el año que viene, esperan más contingentes educativos que puedan visitar la sala y apropiarse de todo el contenido.

“Hemos triplicado el contenido en relación con la historia geológica, a la identidad propia del museo y de la provincia en base a los holotipos y los especímenes con los que se han designado nuevas especies para la ciencia”, cierra Chafrat. 


El Museo Patagónico de Ciencias Naturales, asentado en pleno corazón de la ciudad de Roca, es dueño de una de las colecciones científicas más importantes de la Patagonia. No solo por la cantidad de piezas que resguarda, sino por el gran caudal de conocimiento científico que contiene. 

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