“Ser cipoleño”
A modo de homenaje: Una frase atribuida a Jorge Luis Borges, a León Gieco y a varios más dice que los argentinos venimos de los barcos. Por cierto se olvidan de los que estaban acá y no venían de ningún lado. Eran de acá nomás, descendientes de pueblos originarios. Un poco de todo eso tenemos. De los barcos; pero también de los países vecinos y también los de adentro, que siguiendo una vieja costumbre cambiamos de pueblo. Y ésa es una característica que nos identifica, somos un poco nyc (nacidos y criados) y otro poco llyq (llegados y quedados). En la historia de Cipolletti la instalación de la empresa Hidronor –para no remontarnos muy lejos en el tiempo– constituyó la primera gran migración de profesionales y este hecho cambió nuestra fisonomía cultural y social. Y a ellos se sumaron también los profesores de la nueva Universidad Nacional del Comahue. Nacía la Cipolletti moderna. El perfil productivo de pueblo chacarero lentamente se iba modificando. A la migración interna y valletana se le sumaba la bonaerense, porteña, cordobesa, santafesina, tucumana, mendocina. Y Cipolletti también se ha ido conformando como un gran centro médico, no sólo por la Facultad de Medicina, única en la Patagonia, sino por la importancia y complejidad de las instituciones regionales de salud. Y un gran núcleo universitario de grado y de posgrado especialmente en la Facultad de Ciencias de la Educación. Y también con la Universidad de Flores. ¿Por qué es importante que hablemos sobre nosotros? Porque queremos mostrar nuestros orgullos, los símbolos, tradiciones, una manera de ser y todo aquello que nos diferencia y aglutina. Nacimos como resultado de la expansión: un fortín, unas chacras, el ferrocarril y un ingeniero, César Cipolletti, que planificó el canal grande. O sea la vida del valle. Y en eso de la gente de trabajo no podemos omitir a los chacareros, de donde vengo, y hombres y mujeres de campo que son los que inicialmente hicieron la región. Nombres como Juan Rosauer y el Ing. Roberto Gasparri ya son parte de esta historia. Emblemas de nuestra cultura son el Coro Polifónico del maestro Miguel Ángel Barcos; Lorenzo Kelly y Alberto Vilanova, pioneros del cine documental patagónico, y los creadores de museos como Atilio Morosín y Roberto Abel. En lugares próximos tenemos el monumento de los Italianos, la biblioteca Bernardino Rivadavia, la casa de Osvaldo Soriano y el club Cipolletti, emblema del fútbol patagónico. Y este lugar es también la muestra de un pueblo que ha crecido con esfuerzo, con paciencia, abriéndose paso en soledad, venciendo obstáculos; con sus grandes símbolos de pesar: dos triples crímenes, varios feminicidios y la cuenta pendiente por encontrar a los culpables. Y no se puede hablar de la dignidad de ser cipoleño sin mencionar al Dr. Julio Dante Salto, el hombre que supo ponernos en el centro del país. Es la ciudad de la confluencia de los ríos y también de los puentes. Cipolletti es ciudad de puentes y de abrazos. Porque los puentes crean lazos de unión. Por los que hay y por los que faltan: dos que esperan con santa paciencia. Y el Centro Cultural, otro que espera, y la UNRN que no se anima a establecerse como lo hizo en otros lugares, siendo la localidad universitaria que tiene la mayor posibilidad de captación de alumnos de toda la provincia. Eso también esperamos, particularmente ahora que tenemos el primer gobernador cipoleño, mi vecino Alberto Weretilneck. César Aníbal Fernández DNI 7.564.609 Cipolletti
César Aníbal Fernández DNI 7.564.609 Cipolletti
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