Pasión por la letra, pasión por la música 25-01-04

La peña Pasión por la letra, pasión por la música Es cuestión de buscar, es cuestión de escuchar y leer. Así es posible encontrar a cientos de poetas ocultos, desconocidos, capaces de conmovernos. De esos que nunca tuvieron la suerte, o la oportunidad, de mostrarse y mostrar lo que hacen. Y claro, uno a veces no cree hasta que no ve o no escucha. Tal vez por un poco de prejuicio, tal vez por tantos años de descreimiento. Lo cierto es que sin poder juzgarlo desde lo poético porque no tengo formación para hacerlo, puedo contarles una historia que en realidad lleva años en la zona, pero que para nosotros, los que seguimos el folclore es nueva. Y lo es también el nombre. Porque si le digo que Mario Ormeño es un muy buen autor y compositor, que escribió letras realmente elogiables no sólo del género folclórico, usted se preguntará quién es y posiblemente no haya mucha más referencia para hacer sobre él. Mario Ormeño, podríamos decir, es un poco riojano, de Chilecito y un poco rionegrino, de Regina, ciudad donde pudo desarrollar esta pasión por la letra que en definitiva termina siendo también la pasión por la música. Y como todos, remó para llegar no mucho más lejos que sus conocidos, su ciudad, sus amigos, su gente, que lo escucharon, que conocieron sus letras y que pueden hablar de él. Y no tengo dudas que le hubiera gustado llegar más lejos, trascender, que puede llegar todavía porque su soporte es su trabajo, sus obras hasta ahora grabadas por grupos vocacionales, como Quimey y Trova Sur. En realidad esta nota surgió por una carta de Mario Ormeño, donde me cuenta lo que hace y poco después me envió parte de sus trabajos para que escuchara. Y sin ser un descubridor de talentos, advertí que su trabajo era realmente bueno, siempre considerando mi criterio como oyente. Un trabajo pulido, grabado en CD doméstico, permite descubrir letras que perfectamente podrían estar en cualquier disco de un consagrado. Mario Ormeño es un compositor para tener en cuenta. En su «Antología Folclórica», Ormeño tiene varios trabajos que, según los gustos de cada uno, son un buen ejemplo de lo que hace. «No quiero despertar», «Apuesta a la vida», «Camino a Tarija», «Querido viejo», «Entre las bardas» (dedicada a Villa Regina) y «Se van buscando otro cielo», son según mi gusto los temas más destacados, aunque hay una larga lista de logros que seguro llegarían muy lejos. Mario Ormeño apela a la realidad, mucho a los sentimientos cuando escribe y muestra el costado sensible del poeta y compositor que no podría de ningún modo desprenderse de la realidad que lo rodea. Por eso habla de la vida y la muerte, por eso del trabajo, por eso del amor. Un poeta muestra su mejor cara cuando escribe, como él mismo dice que un compositor habla a través de sus obras. De nada servirían los elogios en la teoría si la realidad de los trabajos no se corresponde. Como Mario Ormeño hay cientos de poetas y compositores ocultos, que hicieron maravillas que jamás trascendieron, pero que esperan en silencio la oportunidad que alguna vez llegará. Jorge Vergara jvergara@rionegro.com.ar  

Es cuestión de buscar, es cuestión de escuchar y leer. Así es posible encontrar a cientos de poetas ocultos, desconocidos, capaces de conmovernos. De esos que nunca tuvieron la suerte, o la oportunidad, de mostrarse y mostrar lo que hacen.


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