Abstención que hace historia

Con la participación de 31% del padrón electoral y una abstención de más de 69%, no caben otros términos para describir lo sucedió este 6 de diciembre en Venezuela que los que usara el secretario de Estado del gobierno de Donald Trump: “Venezuela sufrió un fraude y una vergüenza, no una elección”.


Fue la voz que a partir de este 7 de diciembre colmó los titulares del mundo y las opiniones de todas las cancillerías. Los hechos de este 6 de diciembre constituyen un verdadero terremoto político. El uso despiadado de todos los mecanismos del poder del Estado, la oferta de bolsas de comida y dineros y desde luego el respaldo incondicional de los esbirros internacionales del castrismo –Zapatero, Evo Morales, Pepe Mujica & Cia.– no sirvieron de nada.


Es asco lo que los venezolanos sienten por un régimen odioso, nefasto, corrupto e inmoral que rompió todas las barreras: este domingo 6 de diciembre de 2020 se ha vivido la mayor abstención experimentada desde que existe la República de Venezuela. Como en la historia infantil: el rey está desnudo. Y lo que deja ver no es precisamente gratificante. Son las carnes malolientes de un despojo político.


Mike Pompeo fue la primera voz pública que emitió su diagnóstico: “Fue un fraude y una vergüenza. No una elección”. Con lo cual se marca la pauta que seguirán las democracias del planeta: nadie reconocerá la asamblea que salga de este desafuero y el desprecio será la única recompensa que obtendrá quien aparece como el mandatario más repudiado y despreciado del mundo.


Si hasta este 6 de diciembre, la Asamblea Nacional surgida de los comicios del 15 de diciembre de 2015 era la única institución legitimada nacional e internacionalmente, lo que permitió el respaldo acordado a su presidente, Juan Guaidó, a partir de hoy no existe una sola institución legítima en Venezuela. La satrapía está desnuda. Los venezolanos están huérfanos de todo gobierno. Venezuela es tierra arrasada.


Las palabras del secretario de Estado norteamericano deberán reflejarse en acciones concretas en respaldo del pueblo venezolano, que ha expresado un grito de angustia y un doloroso reclamo de auxilio a la comunidad internacional.


Llegó la hora de que la comunidad internacional active el R2P. La pandilla mafiosa y criminal que usurpa el poder del gobierno debe ser apartada cuanto antes y de la manera más eficaz posible del control, saqueo y abuso de las sagradas instituciones del Estado.


El pueblo que se ha abstenido masivamente saldrá de la misma forma a respaldar públicamente una acción de saneamiento institucional en nuestro esquilmado y zaherido país. Debe constituirse a la mayor brevedad posible un Consejo Nacional Electoral que garantice la absoluta pulcritud de unas elecciones generales, que deben ser organizadas cuanto antes.
Ciertamente: el domingo asistimos al entierro de la dictadura y todas sus circunstancias. Es la hora del renacimiento de nuestra democracia. Manos a la obra.

* Columnista El Nacional de Caracas.


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