Advierten que la crisis duplicará en Bariloche la demanda alimentaria

Un estudio de la Universidad Nacional de Río Negro advierte que con el aislamiento obligatorio y el freno de la economía, el municipio de Bariloche debería invertir más de 30 millones de pesos mensuales para dar respuesta adecuada.

Un estudio surgido de la UNRN anticipa que el aislamiento preventivo y obligatorio, sumado al freno de la actividad económica, multiplicará la demanda de ayuda social de tipo alimentario en Bariloche, con la consiguiente presión sobre el municipio, que para dar respuesta adecuada debería invertir más de 30 millones de pesos mensuales.

Según el informe, hasta febrero pasado el municipio distribuía 2.000 módulos alimentarios por mes. Cuando se desató la pandemia de Covid-19 incrementó la ayuda a 2.500 módulos semanales, pero la continua incorporación de más familias a la condición de vulnerabilidad alimentaria llevará en breve el requerimiento a unos 25.000 módulos por mes.

El trabajo fue realizado por el doctor en Ciencias Sociales Tomás Guevara en colaboración con el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Territorio Economía y Sociedad, de la UNRN.

Guevara subrayó que la caída general de ingresos en el turismo y otras actividades económicas afectadas por la cuarentena impulsó a miles de familias a postular como beneficiarias de los bolsones que distribuye regularmente el municipio y que contienen un máximo de 13 productos “secos”, como harina, fideos, cacao el polvo, leche y salsa de tomate, entre otros.

Elaboró una proyección a partir de datos del último censo nacional, la Encuesta de Hogares 2014 y el informe Pitba2016, que si bien son fragmentarios y desactualizados resultan suficientes para establecer estimaciones y “planificar la política pública durante los críticos meses que vienen”.

Guevara diferenció tres categorías distintas de beneficiarios: los hogares que venían siendo asistidos habitualmente por el municipio, los que “entran y salen” de los programas de asistencia según su situación coyuntural de empleo y que “probablemente se estén volviendo permanentes” con la actual crisis del coronavirus y un tercer grupo de hogares que no eran demandantes fijos ni eventuales “pero van a empezar a demandar progresivamente”.

Ubicó entre estos últimos a quienes pierdan su empleo, o pasen a cobrar sólo un porcentaje del salario.

Con ese panorama, indica el estudio, se puede prever que el municipio verá multiplicada la demanda de alimentos básicos de subsistencia.

Guevara anotó que la asignación regular de 2.000 módulos mensuales pasó a ser al principio de la pandemia de 2.000 por semana. A fines de marzo se incrementó a 2.500 por semana, “lo que representa un 23% de los hogares”, aunque ese dato es incierto porque una cierta proporción recibe más de un módulo, a pesar de la prohibición.

“En función de los indicadores reseñados -concluye- una estimación de la demanda alimentaria en el marco de la pandemia de Covid-19 se puede ubicar fácilmente entre el 25/30%, es decir entre 11 mil y 13 mil hogares”.

Si se considera que el módulo cubre la necesidad de una familia tipo para 15 días, la necesidad de distribución es de 22 mil a 26 mil módulos alimentarios por mes. De acuerdo al costo actual declarado por el municipio, una ayuda de ese volumen requerirá inversiones de entre 30 y 35 millones de pesos por mes.

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