Ahora hay dos cortes en Junín; San Martín quedó aislada

Hasta anoche no se había concretado la orden de desalojo judicial

JUNÍN DE LOS ANDES (ASM).- Los desocupados de una cooperativa obrera de esta ciudad desdoblaron el piquete parcial que desde el lunes mantenían en el puente del río Chimehuín, sobre Ruta 234, para concretar un segundo bloqueo a unos cinco kilómetros al sur de allí, sobre el puente del Curruhué y en carácter de «corte total». De esta manera, los desempleados de Junín de los Andes aíslan de modo definitivo a la vecina San Martín, que aún está en temporada turística.

Sin embargo, trascendió que desde el juzgado federal de Zapala ya se dispuso la orden de desalojo de la ruta, que debería ejecutar Gendarmería, pero la medida no se había concretado al cierre de este despacho.

Este diario consultó a autoridades del Escuadrón 33 con asiento en San Martín, pero por razones de «confidencialidad» declinaron confirmar o desmentir la existencia de la orden judicial.

La inesperada decisión de dividir el piquete, asumida luego de una asamblea en plena ruta, profundizó el malestar y la bronca de los ya fastidiados automovilistas. De hecho, hubo denuncias de que ni siquiera a pie se podía vulnerar el corte del Curruhué. Muchos quedaron virtualmente atrapados entre uno y otro bloqueo.

«Seguimos sin respuestas y por eso seguimos en la ruta», dijo uno de los voceros del piquete, en demanda de obras para reactivar el empleo en la ciudad, comprometidas por el gobierno provincial y aún no concretadas.

Los piqueteros abrieron el paso entre las 11 y las 12 de ayer, pero luego se dividieron en dos grupos con sendas barricadas. «Vamos a seguir y si nos mandan la represión aguantaremos, porque las que ya no aguantan más son nuestras familias; no podemos seguir esperando de brazos cruzados a que cumplan lo que nos prometieron», dijo Gustavo Guajardo, vocero del grupo.

Guajardo hacía referencia a las obras comprometidas por el gobernador Jorge Sapag en oportunidad del último aniversario de Junín de los Andes, y que consistían en el gimnasio del barrio Lanín, refacciones del viejo hospital y arreglos en el Vía Christi.

Cuando este diario recordó al delegado que, semanas atrás, el propio ministro Tobares había dicho que había que apagar las cubiertas si se pretendía dialogar, en clara alusión a no aceptar más negociaciones con los piquetes sobre las rutas, Guajardo desafió a «que manden la represión. Aquí nos quedamos».

El corte, como es natural, profundizó la bronca entre vecinos y turistas que se movilizan por la región, a la vez que trastoca el arribo o partida de vehículos que prestan servicios o transportan mercaderías desde y hacia la zona.


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