Análisis: un intervención peligrosa

EL PAÍS

Alejandro Vanoli salió a disputarle una batalla al mercado del dólar con las armas que el ministro de Economía Axel Kicillof le negó a Juan Carlos Fábrega: una fuerte suba de las tasas de interés.

No sólo se trata de introducir estímulos disuasivos para la adquisición de divisas, sino que las medidas apuntan a intervenir en el mercado y a mejorar los rendimientos en pesos, sin dejar de atender la regulación de los excedentes monetarios.

Este no es un aspecto menor, ya que el Banco Central será finalmente el árbitro de la contienda, en la medida que consiga hacer efectivos los mecanismos de absorción monetaria.

De manera implícita, tanto Vanoli como Kicillof están reconociendo que la emisión monetaria es el combustible de la inflación y se ha transformado en un dolor de cabeza, no sólo para el gobierno sino para toda la economía.

Tal es ese reconocimiento, que el abanico de instrumentos desplegados por Vanoli comprendió también a una mayor absorción monetaria.

La artillería de Vanoli busca rápidamente bajar el apetito por el dólar, en momentos en que no ingresan divisas al país.

Sin embargo, sin bien la absorción de liquidez calmaría los ánimos, por el momento, el costo de subir las tasas y absorber liquidez va a traer aparejado un efecto peligroso: menor actividad económica y aumento del déficit cuasi fiscal.

Miguel Angel Rouco

Miguel Angel Rouco


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