Anosmia, un síntoma del coronavirus mucho más frecuente de lo que creemos

Uno de los indicadores de un posible contagio de covid-19 es la pérdida de olfato. Sin embargo, esta situación es mucho más frecuente de lo que creeríamos: más de un 5% de la población mundial lo sufre.

La pérdida de olfato, la anosmia, es uno de los síntomas de Covid-19 que priva a quienes lo sufren de los “olores de la vida”; y es también un problema invisible pero “psicológicamente difícil de vivir” y que no tiene tratamiento particular.


“Lo que más echo de menos es el olor de mis hijos cuando los abrazo, el olor del cuerpo de mi esposa, el perfume de mi papá. La anosmia te priva de los olores de la vida, es una tortura”, afirma Jean-Michel Maillard, presidente de la asociación “Anosmie.org”, una de las más grandes.

No se trata solo de las relaciones personales. También se acaban los placeres cotidianos como el olor del café por la mañana, de la hierba recién cortada o “el del jabón en la piel cuando uno se prepara para una cita”.

“Descubrimos el olfato cuando lo perdemos”, lamenta el autor de la nota, a quien un accidente le dejó anósmico. Sin hablar del problema (peligroso, además) de no poder oler el gas, el humo o un basurero mal lavado.

Las comidas también son un problema ya que el 90% de lo que comemos está relacionado con el olfato, dice Alain Corré, otorrinolaringólogo del Hospital Fundación Rothschild de París.

Hay posibilidades de reeducar el olfato para los pacientes.


Aproximadamente, un 5% de la población mundial padece anosmia, según afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en datos previos a la aparición del coronavirus. Claro, este porcentaje se intensificó en el último tiempo.

“Hay decenas de causas de la anosmia”, explica el especialista que cita entre otras tantas a las poliposis nasales, las rinitis crónica, la diabetes, el Alzheimer o el Parkinson. Y ahora, además, el Covid-19.

Claro, en este último caso, en general se lo considera más como un síntoma que ayuda a establecer el diagnóstico que como una consecuencia posterior.

“Cuando la gente pierde el olfato y ven que no se recupera, notamos una verdadera alteración de la calidad de vida y una tasa de depresión nada despreciable”, dice Alain Corré.


El problema es cuando este impedimento se hace crónico. “Estar privado del olfato durante un mes, no es grave. Dos meses empieza a ser incómodo. Pero al cabo de 6 meses, estás solo, bajo una campana de cristal”, dice Jean-Michel Maillard. “Hay una dimensión psicológica muy difícil de soportar, y hay que buscar ayuda”.

No hay tratamiento específico para los problemas de olfato. Hay que tratar la causa pero “el problema de la anosmia relacionada con los virus es que, a menudo, el tratamiento de la infección viral no tiene efectos en el olfato”, precisa el doctor Corré.

“Según los primeros datos, un poco más del 80% de los pacientes aquejados de Covid-19 lo recuperan espontáneamente en menos de un mes. Y hemos notado que a menudo lo recuperan incluso antes, en un período que va de los 8 a los 10 días”, explica el médico.

Para otros pacientes, sin embargo, pareciera que las neuronas olfativas -que actúan como detectores de los olores- han sido destruidas por el virus.


Aún así, la buena noticia es que estas neuronas, que están situadas en el fondo de nuestra nariz, tienen una envidiable capacidad de regeneración.

Los hospitales parisinos Rothschild y Lariboisière están realizando un estudio, el “CovidORL”, con el objetivo de ensayar la eficacia de los lavados de nariz con cortisona junto con la reeducación olfativa. Este tratamiento ha demostrado su eficacia en anosmias originadas, pero principalmente en las originadas por catarros.

“La reeducación olfativa permite seguir estimulando las funciones cognitivas, las vías que asocian la memoria y el olfato”, explicó uno de los otorrinolaringólogos.

Para ello, el profesional recomienda elegir cinco olores de la cocina -los que más le gustan- como canela, tomillo o laurel, por ejemplo.

Datos

5%
de la población mundial está afectada por anosmia. Así lo aseguró la OMS previo a la aparición del Covid-19.

Acto seguido, propone olerlos dos veces al día, durante 5 a 10 minutos, al tiempo que se observa lo que está oliendo.

Con Hirac Gurden, director de investigación de neurociencias del CNRS, la asociación “Anosmie.org” también ha puesto a disposición en su página web un protocolo de reeducación a base de aceites esenciales diluidos, basado en trabajos del investigador Thomas Hummel (Dresde).

“Desde marzo, hemos recibido centenares de llamadas y correos de personas que tenían coronavirus y que pedían ayuda ya que habían perdido el olfato”, recuerda Gurden.

El invierno pasado, Jean-Michel Maillard terminó parte de la reeducación con cuatro olores. “Actualmente, tengo diez: pescado, cigarrillo, aceite esencial de rosa… e incluso he encontrado un perfume que puedo oler”, dice feliz.


¿Qué otros síntomas presentamos ante la aparición del covid-19?



Hay una gran variedad de síntomas que nos alertan sobre la posibilidad de tener coronavirus. Entre tantos, los más comunes son fiebre, tos seca y cansancio.

Otros síntomas, menos comunes son las molestias y dolores, el dolor de garganta, la aparición de diarrea o conjuntivitis, el dolor de cabeza, la pérdida del sentido del olfato (de la que hablamos antes) o del gusto, o erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies.


Por su parte, hay también una última tanda de síntomas graves a los que hay que prestarle especial atención, y son los siguientes: Dificultad para respirar o falta de aire, dolor o presión en el pecho o incapacidad para hablar o moverse.

Ante la aparición de cualquier síntoma, buscá atención médica inmediata.


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